A principios de noviembre, más de 70 trabajadoras domésticas decidieron cortar uno de los ingresos a los barrios privados de Nordelta, en la localidad argentina de Tigre, para protestar contra una situación de discriminación que sufren desde hace varios meses, según denunciaron. Manifestaron a distintos medios argentinos que los habitantes del lugar le pidieron a la única empresa de transporte colectivo que entra en la zona, MaryGo, que no permita a las trabajadoras compartir el vehículo con ellos.
Como consecuencia, las empleadas domésticas tienen que esperar a que pasen camionetas especialmente para ellas, que demoran más de 40 minutos y siempre están abarrotadas. Durante la espera, ven pasar vehículos con asientos vacíos en los que viajan “nordelteños”, pero no les paran. Las mujeres dijeron a La Izquierda Diario –con la condición de que se reserve su identidad, por miedo a perder sus trabajos– que unas semanas después de que empezaran a notar esos cambios se enteraron de que algunos miembros de la Asociación Vecinal de Nordelta se habían reunido para exigirle a la empresa que no permita que el personal doméstico viaje con ellos. “Dicen que hablamos mucho y que olemos mal”, dijo una de las trabajadoras a ese medio. “No quieren viajar con nosotras porque algunas hablan guaraní”, aseguró otra al diario Página 12.
En Nordelta ingresan dos tipos de camionetas de MaryGo. Unas hacen un recorrido interno, que va desde el centro de Nordelta hasta la avenida en la que las trabajadoras toman los ómnibus de línea para ir a sus casas. Las otras hacen el mismo trayecto pero continúan hasta la Ciudad de Buenos Aires. Las empleadas domésticas suelen viajar en ambas, pero los vecinos del pueblo sólo utilizan las que van hasta la capital. Hace unos meses, las camionetas internas quedaron destinadas a las trabajadoras.
El director de MaryGo, Nicolás Pasqualini, dijo al diario Clarín que las “dificultades” empezaron en marzo cuando la asociación de vecinos pidió que uno de los ómnibus de línea ingresara a Nordelta. La propuesta fracasó pero, “mientras se definía si llegaba o no y ante la supuesta incorporación” de esa línea, MaryGo retiró gran parte de las camionetas internas. “Esto hizo que bajara la frecuencia de este servicio y que sólo quedaran firmes las que van a capital. En ellas, llevamos a la gente que paga el viaje hasta capital, no hasta el ingreso de Nordelta”, detalló. Estos pasajeros suelen ser los “nordelteños”.
Sobre los comentarios de los vecinos, el empresario dijo que “nunca dijeron que no querían que empleados y propietarios viajaran juntos”. De todas formas, reconoció que “hay una gran falta de consideración por parte de la asociación con respecto a las empleadas domésticas que tienen que llegar a sus trabajos con menos frecuencias que las que tenían”.