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Rex Tillerson, secretario de Estado de Estados Unidos, y Patti Londono, ministra de Asuntos Exteriores de Colombia, ayer, en el aeropuerto de Chatham, en Bogotá. Foto: Luis Acosta, AFP

La agenda de Tillerson en América Latina choca con las declaraciones de Trump

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Una nueva amenaza del presidente estadounidense Donald Trump: esta vez, con motivo de la gira que su secretario del Departamento de Estado, Rex Tillerson, realiza por países de América Latina y el Caribe. Trump amenazó con cortar la ayuda financiera a países latinoamericanos para la lucha contra las drogas, argumentando que sus gobiernos no están impidiendo el ingreso de estas a Estados Unidos. Aseguró que se “burlan” de dicho país y “no hacen nada”, por lo cual agregó: “Vamos a tomar acciones muy duras”.

Mientras Trump hacía estas declaraciones, Tillerson concretaba la primera cita de su gira por América Latina, una reunión con el canciller mexicano, Luis Videgaray. Después de viajar a Argentina, su itinerario siguió por Perú y Colombia, países que están entre los tres que más cocaína producen en Sudamérica, junto con Bolivia.

Cuando estaba en Perú durante una conferencia de prensa conjunta con su par peruana, Cayetana Aljovín, fue consultado por estas declaraciones de Trump. En su respuesta, Tillerson fue evasivo y no se refirió específicamente a si habrá un recorte en la ayuda financiera a los países que luchan contra el cultivo de drogas ilícitas. Sí tocó otros aspectos del tema. Dijo que la cuestión de las drogas había estado presente en los diálogos que mantuvo durante la gira y que la violencia vinculada a su producción y traslado es un problema “hemisférico” que afecta tanto a Estados Unidos como a los países latinoamericanos.

Además, Tillerson admitió que Estados Unidos “tiene que reconocer” que es “el mayor mercado para drogas ilícitas” y, por lo tanto, debe “trabajar en este problema”. A continuación, enumeró una serie de medidas que el gobierno de Trump impulsará para luchar contra el consumo de drogas, y no sólo contra su producción y traslado. Algunas de estas medidas están, en realidad, dirigidas a reducir el consumo de opiáceos y fueron implementadas en octubre, cuando Trump declaró la emergencia sanitaria por este tema.

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