Ingresá

Matteo Salvini, líder del partido Lega, ayer, en Milán. Foto: Miguel Medina, AFP

La Liga Norte venció a la Forza Italia de Berlusconi e impulsa a su líder como primer ministro

2 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

Los que se vienen serán días difíciles para Italia, y el presidente, Sergio Mattarella, será quien tenga en sus manos la posibilidad de destrabar la situación política que dejaron las elecciones, con un Parlamento en el que serán necesarias las alianzas para conformar un nuevo gobierno. Los resultados electorales llevaron al ex primer ministro Matteo Renzi a anunciar su renuncia al liderazgo del Partido Democrático.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Una coalición de derecha ganó las elecciones parlamentarias de Italia con cerca de 37% de los votos para ambas cámaras, según los resultados oficiales. La sorpresa fue que, dentro de la coalición, el partido más votado fue la xenófoba Liga Norte, que contó con alrededor de 17,5% de apoyo en ambas cámaras. Las encuestas de intención de voto hacían prever que el domingo la victoria sería de Forza Italia, el partido del ex primer ministro Silvio Berlusconi, pero esta quedó por debajo de su aliada con 14% del respaldo.

Esta es la votación más baja que ha tenido un partido liderado por Berlusconi. Forza Italia obtuvo 30% de los votos en sus primeras elecciones, en 2001 y el porcentaje más bajo hasta ahora era el 24% de 2006. Esta caída contrasta con el crecimiento de la Liga Norte, que había obtenido 4% de los votos para las dos cámaras en 2013 y era, hasta ahora, sólo un partido de respaldo para Berlusconi, importante sobre todo por su peso en el norte del país.

También fue una votación negativa para el Partido Democrático, que consiguió 19% de los votos, su peor resultado desde su fundación, en 2007. Debido a esta derrota su actual secretario general, Matteo Renzi, renunció a su cargo. “Hay que abrir una nueva época en el Partido Democrático”, afirmó, en una conferencia en la que no aceptó preguntas y en la que recomendó a su partido que se limite a ser oposición y no haga alianzas con “extremistas”, “antisistema” ni “antieuropeos”, en referencia tanto a la Liga Norte como al Movimiento 5 Estrellas.

Antes de las elecciones, y a partir de las encuestas, sonaba la posibilidad de que la solución ante la incertidumbre podía estar en una alianza entre el Partido Democrático y Forza Italia. Ninguno de estos partidos quedó en posición de buscar un acuerdo de este tipo, que en todo caso sólo les permitiría tener poco más de un tercio de los votos en ambas cámaras.

Tampoco está claro si el Movimiento 5 Estrellas o la Liga Norte buscarán alianzas y, si es así, cuáles serán. El Movimiento 5 Estrellas, el más votado en las elecciones, con 32% en el Senado y 33% en Diputados, reconoció ayer que podría buscar aliados para llegar al gobierno. Su candidato a primer ministro, Luigi Di Maio, dijo que su formación está “dispuesta a empezar conversaciones con todos”. Por su parte, el líder de la Liga Norte, Matteo Salvini, parecía sorprendido de haber sido el más votado dentro de la coalición de derecha, lo que lo posiciona como candidato a primer ministro.

Ahora se abre un período de espera. El 23 de marzo se conformará el nuevo Parlamento, y durante las semanas siguientes se armarán los grupos parlamentarios, se designarán sus portavoces y se elegirá a los presidentes de las cámaras. Una vez que termine este proceso, para los primeros días de abril se prevé que Mattarella convocará a la ronda de consultas políticas, después de las cuales deberá resolver a quién encomendar la tarea de intentar conformar un nuevo gobierno.

La conclusión a la que llegue Mattarella dependerá de las negociaciones que en los próximos días se puedan generar entre los distintos partidos italianos, que en el actual escenario parecen difíciles de anticipar.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura