Para Donald Trump, las leyes fronterizas de su país “son muy débiles”, mientras que las de México y Canadá son “muy fuertes”. Una vez dicho esto, el presidente estadounidense anunció en el mismo tuit: “Hoy adoptaremos medidas fuertes”.
Horas después, la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, comunicó en conferencia de prensa en la Casa Blanca que Trump firmaría ayer mismo una orden para que esa cartera y el Departamento de Defensa trabajaran con los gobernadores de los estados limítrofes con México, con el objetivo de desplegar la Guardia Nacional en la frontera. “Es tiempo de actuar”, dijo Nielsen, y agregó: “Lo haremos tan rápidamente como sea posible”.
La funcionaria aclaró que son los gobernadores los que tienen la posibilidad de convocar a los reservistas de la Guardia Nacional, pero en algunos casos el presidente puede pedir su asistencia. Esta vez, la tarea de esos militares sería la de cerrar las “fisuras” que el gobierno encuentra en el sistema migratorio, hasta que se levante el muro que Trump prometió en su campaña electoral.
Todavía no estaba claro ayer cuántos integrantes de la Guardia Nacional se prevé enviar a la frontera. Se desplegarán “tantos como sean necesarios”, dijo Nielsen, y vinculó esa necesidad con un supuesto aumento de las solicitudes de asilo, y con “fraudes” en esas peticiones. Dijo que los traficantes de personas les enseñan a los migrantes a decir que su vida corre riesgo en sus países de origen para conseguir refugio.
Trump no es el primer presidente en recurrir a la Guardia Nacional para cuidar la frontera con México, recordó ayer el The New York Times. El diario estadounidense informó que en 2010 Barack Obama envió a esa zona 1.200 militares, y en 2006 George W Bush desplegó 6.000. Pero el actual gobierno acompaña esta medida con un fuerte discurso antiinmigración y con otras políticas destinadas a evitar el ingreso de extranjeros. Esta semana, la administración Trump anunció que está elaborando un nuevo proyecto de ley migratoria después de que no prosperaran las negociaciones con el Partido Demócrata para acordar una iniciativa de este tipo. En Twitter, Trump consideró que hay que cambiar esas normas y otras de la “era Obama”.
La decisión del gobierno estadounidense de recurrir a la Guardia Nacional coincidió con el avance de una caravana de migrantes centroamericanos que viaja por el territorio de México hacia el norte, convocada por la organización Pueblos sin Fronteras. Ayer, las 1.200 personas de todas las edades que participan en esta movilización se encontraban en Oaxaca y tenían previsto dirigirse hacia Ciudad de México.
El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, vinculó esta marcha con las medidas de Trump. “El presidente tenía claro que esta caravana debía detenerse antes de que llegara a nuestra frontera sur, y sus esfuerzos ahora parecen tener éxito”, dijo Sessions en un comunicado citado por la agencia Efe. Se refería a que algunos dirigentes del movimiento dijeron ayer que no llegarán hasta Tamaulipas, estado limítrofe con Estados Unidos, como estaba previsto. En su comunicado, además, Sessions anunció que “pronto” se conocerán medidas del Departamento de Justicia para “restaurar la legalidad en la frontera sur”.