Ingresá

Manifestaciones contra el gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua. Foto: Inti Ocón, AFP.

Nicaragua

1 minuto de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

Fotorreportaje de Inti Ocon, AFP.

Las fotografías fueron tomadas en Managua entre el 20 y el 25 de abril. En todos los casos se trata de estudiantes enfrentando a policías durante las protestas contra el gobierno de Daniel Ortega. Al menos 32 manifestantes han muerto y hay denuncias de numerosas desapariciones y torturas.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

El principio común de las armas de fuego es que la combustión producida en el interior de una cámara empuja un proyectil que se coloca delante. De adentro hacia afuera se alinean un detonante, un material explosivo (pólvora) y una munición. El caño sirve para darle dirección al proyectil.

Los artefactos fabricados por los jóvenes nicaragüenses que enfrentan al gobierno de Daniel Ortega se ajustan al mismo principio, pero falta el cálculo que, en la ingeniería de las armas, relaciona la presión que produce el propelente, la resistencia de la cámara, el peso de la munición y el largo del tubo, todo lo cual determina el alcance y la puntería del disparo. Según testigos, sus morteros son “pura pólvora, con metales y cosas pequeñas que hacen daño y no son nada efectivos, en el sentido de la puntería, pero donde pegan, matan. Es difícil pegar con él y aun así mataron a una policía en las protestas”.

¿De dónde provendrá la pólvora? ¿La fabricarán en casa con polvos robados del laboratorio de la universidad o vaciarán fuegos artificiales? ¿Qué serán las “cosas pequeñas que hacen daño”? ¿Piedras, clavos, tuercas? Quizás su efectividad sea, más que la intimidación y las bajas que producen en un enemigo armado de verdad, el ánimo que infunde en quien la empuña: la autoimagen de guerrero que provee esa cruza de juguete, artesanía y arma de fuego. ¿Son y no son armas, son y no son hombres quienes las cargan, es y no es una disputa verdadera acerca del legítimo monopolio de la violencia armada en Nicaragua?

Si pudiéramos reproducir aquí en buen tamaño las fotos que Susan Meiselas tomó en Nicaragua en los años 1978 y 1979, veríamos las similitudes y las diferencias de la apariencia de las cosas. Pero, ¿y el fondo del asunto? Aquella revolución fue tan importante para tantos de nosotros, tan llena de sentido y de esperanzas, tan joven, heroica, justa y libertaria. ¿En qué momento se jodió?

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura