En la descripción de estas imágenes, tomadas en la ciudad siria de Alepo el 7 de abril, el fotógrafo George Ourfalian, de la agencia AFP, escribió: “En ausencia de instalaciones y equipos especiales para el parkour, como el relleno para protegerse contra las caídas, los atletas a menudo corren el riesgo de sufrir lesiones graves. Y el parkour en el este de Alepo viene con un desafío adicional: restos de guerra”.
¿Acaso el fotógrafo sintió la necesidad de justificar el reportaje sobre jóvenes haciendo parkour en las ruinas de Alepo, destacando los peligros a los que se exponen, como si la historia no fuera pertinente sino a condición de evocar peligros? A fin de cuentas, ¿no se trata de un fotógrafo que trabaja en una zona de guerra? ¿No se espera de él que reporte catástrofes?
Antes de que comenzara la guerra, Alepo era la ciudad más habitada de Siria. Su población de 4,6 millones de personas superaba a la de Damasco, la capital. Hasta que se convirtió en uno de los principales escenarios de la guerra y buena parte de la ciudad fue convertida en ruinas. ¿Un gran campo de parkour lleno de posibilidades, a condición de no hurgar entre los escombros?
En una entrevista reciente, el escritor sirio Yassin Al Haj Saleh dijo: “Tenemos tres enemigos en Siria, no uno: el régimen y sus aliados, que hoy son Irán, Hezbolá y Rusia; las organizaciones islamista-nihilistas de la yihad global (hablo de la jihad sunita, ya que la jihad chiita está aliada con el régimen) –estas provienen quizás de un centenar de países diferentes, es decir, es un conflicto global, especialmente desde que el pueblo sirio está en todas partes ahora [...]–; el tercero es el imperialismo, y no hablo aquí sólo del imperialismo estadounidense, sino también del imperialismo ruso.
No es sólo una batalla contra el régimen, es una gran batalla y ya no somos sólo nosotros. Creo que a escala mundial, hoy, ser revolucionario es luchar contra estos tres enemigos.
Contra los regímenes autoritarios locales como el nuestro [...]. Contra organizaciones nihilistas que son ciertamente islamistas hoy, pero podrían tomar otra forma (Olivier Roy dijo que lo que estamos presenciando hoy es una islamización del radicalismo, no una radicalización del islam. Significa que muchas personas están buscando radicalismo hoy y quieren luchar contra el imperialismo. Y así es como se vuelven islamistas. Muchos de ellos no provienen de familias en las que se practica el islam, pero el islam proporciona una base cultural para sus emociones).
Por lo tanto, debemos dar un nuevo significado a la vida, inventar nuevas situaciones, nuevas experiencias, nuevas prácticas cuando luchamos contra estos tres enemigos: las élites gobernantes, el nihilista-islamista y otras organizaciones, y las hegemonías globales. Esta batalla debe apuntar a apropiarse del mundo. Somos la población de este planeta y queremos arrebatárselo a aquellos que lo roban”. (1)
Por encima, estos chiquilines reinventan la ciudad como un gran campo de parkour. ¿Qué hay debajo? Según una foto distribuida por AFP sin dato de autor, en túneles encontrados en la ciudad de Duma, próxima a Damasco, se encontraron escenas como la que se muestra en la foto de arriba. La descripción dice: “Material utilizado para la tortura por combatientes de Jaish al Islam en una prisión subterránea en la antigua ciudad siria de Duma, en las afueras de Damasco, el 19 de abril, cinco días después de que el Ejército sirio declarara que todas las fuerzas contrarias al régimen han abandonado el este de Guta”.
Entonces, ¿son los opositores al régimen los torturadores?
En un artículo titulado “Siria y las potencias occidentales: un problema internacional”, Yassin dice: “La raíz del problema en Siria es un régimen tiránico que gobernó el país durante 45 años, y que ha demostrado continuamente su afán por cometer asesinatos en masa de su pueblo. Las organizaciones radicales, incluidos Jubhat al Nusra y Estado Islámico [en esta clase podría incluirse a Jaish al Islam], surgieron, como ya habían aparecido en Irak y Afganistán, tras la devastación de la sociedad y la economía. En Siria, sin embargo, esta devastación no fue perpetrada por una invasión extranjera, sino por una ‘ocupación interna’, por así decirlo. Estos grupos nihilistas se beneficiaron de la privación de justicia y protección que el pueblo sirio demandó [a la Justicia internacional] sin obtener respuestas”.(2)
(1) http://www.yassinhs.com/2018/02/05/international-viewpoint-interview-with-yassin-al-haj-saleh/
(2) Yassin Al Haj Saleh, 2015, en https://freesyriantranslators.net/tag/yassin-al-haj-saleh/