El presidente de Facebook, Mark Zuckerberg, se presentó ayer ante el Comité de Comercio de la Cámara de Representantes de Estados Unidos para dar explicaciones por el escándalo de Cambridge Analytica, la empresa británica que tuvo acceso a los datos de 87 millones de usuarios de la red social y los manipuló para –entre otras cosas– favorecer a Donald Trump en las elecciones de 2016.
Un día después de haber respondido a las preguntas de 44 senadores estadounidenses sobre el mismo tema, Zuckerberg reconoció ayer ante los diputados que es “inevitable” que el Congreso termine aprobando algún tipo de regulación para proteger la privacidad en internet.
Pidió a los legisladores, sin embargo, que “tengan cuidado” con las normas que someten a votación, ya que podrían afectar especialmente a las compañías tecnológicas “emergentes”.
Por otro lado, el empresario negó cualquier implicación con la campaña de Trump y aseguró que Facebook aplica “los mismos estándares a todas las campañas electorales”.
En un momento crucial de la audiencia, la legisladora demócrata Anna Eshoo preguntó a Zuckerberg si su propia información personal fue vendida a “terceras partes”. Él contestó con un breve “sí”.
El martes, poco satisfechos con las explicaciones de Zuckerberg, tres senadores presentaron un proyecto de ley que obligaría a las empresas tecnológicas a obtener el permiso expreso de los usuarios antes de recopilar y compartir sus datos personales.