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Julio María Sanguinetti, Luis Lacalle Pou y Jorge Larrañaga, ayer, en el Palacio Legislativo.

Foto: Andrés Cuenca

Color de rosa

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Lacalle Pou y Larrañaga se reunieron con Sanguinetti por iniciativa de este, que quiere mostrar “una perspectiva de esperanza”.

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El despacho de Luis Lacalle Pou en el Palacio Legislativo fue el lugar elegido para la reunión que el senador blanco mantuvo ayer de tarde con su par Jorge Larrañaga y el ex presidente colorado Julio María Sanguinetti, a pedido de este último. Al salir de la reunión, Sanguinetti dijo en una rueda de prensa que solicitó el encuentro “sin ninguna representación formal”, simplemente “como ciudadano oriental”, para expresar su “preocupación” por la situación del país y “empezar a construir una alternativa de cambio”.

“Es decir, la semilla de un eventual gobierno de coalición que represente no sólo lo que hoy está diciendo la oposición –que está diciendo bien–, sino además una perspectiva de esperanza. Podemos estar abroquelados al pie de las diferencias o también construir al pie de las coincidencias”, comentó Sanguinetti, y agregó que coinciden, por ejemplo, en “la democracia política aquí y en el exterior”, en “doctrinas de seguridad diferentes a las que se han aplicado estos años”, y en “una economía exportadora, de mayor libre comercio”. En su opinión, esto justifica que ambos partidos “busquen caminos para fortalecer al país”. El ex mandatario señaló que por el momento no ha pensado en reunirse con representantes de otros partidos, e insistió con que el motivo del encuentro fue tratar de que la “opinión pública” mire a la oposición “como una fuerza constructiva que ofrece una alternativa”. Acotó que esto no implica “ir todos juntos” a las elecciones, ya que “cada partido tiene su identidad y su perfil” y “nadie habla de perderlo”, pero que no puede ignorar “la fuerza” del Partido Nacional (PN) y por eso quiso expresarles a los dos senadores en qué dirección cree que se debería trabajar.

Larrañaga resaltó “la búsqueda de caminos que pasan por entendimientos programáticos que el país precisa” en temas como la enseñanza, las políticas sociales y la “inserción internacional”; y Lacalle Pou opinó que la reunión no fue “excepcional”, ya que este tipo de encuentros se da “todo el tiempo”, y ejemplificó con los que él tenía con el ex presidente Jorge Batlle o con Pablo Mieres, del Partido Independiente. Además, subrayó que los intercambios tienen que ser más amplios e incluir a otros partidos. “Quien crea que el proceso que viene es cambiar una mitad por otra le está errando al bizcochazo, y por eso esta reunión y tantas otras, con gente de distintas corrientes, no son sólo buenas sino también necesarias”, sostuvo Lacalle Pou, y añadió que, de cara a las elecciones, a nadie escapa que el PN y el Partido Colorado van a competir y que “cada uno tiene su perfil”, por lo que “de antemano es muy difícil tener programas en común”.

La reunión propuesta por Sanguinetti fue motivo de críticas de dirigentes de afuera y de adentro de su partido. El diputado colorado Fernando Amado escribió en Twitter que “la restauración es el camino para atornillar” al Frente Amplio. El líder del Partido de la Gente, Edgardo Novick, señaló, también en Twitter, que “se juntan entre ellos pero no quieren Concertación”. “La mayoría de la gente quiere un cambio de gobierno. Para conseguir eso lo mejor es votar juntos. Tienen que dejar de pensar sólo en sus sillas. Así es más de lo mismo. Lo que importa es cambiar el país”, indicó.

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