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Gina Haspel (izq.) al llegar al edificio de oficinas Hart Senate para una reunión con el senador Joe Manchin, ayer, en Washington.

Foto: Alex Wong

Trump ratificó el respaldo a su designada para dirigir la CIA, que es acusada de tortura

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La funcionaria ofreció retirar su candidatura.

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El presidente estadounidense, Donald Trump, salió ayer en defensa de Gina Haspel, su nominada para dirigir la CIA, ante la avalancha de críticas recibidas por su supuesta participación en torturas a presos acusados de terrorismo. Haspel era la subdirectora de la agencia y hace dos semanas asumió la dirección de manera interina para sustituir a Mike Pompeo, recién nombrado secretario de Estado. Se prevé que la funcionaria se someta mañana a un proceso de confirmación del cargo en el Senado.

“Mi muy respetada nominada para ser la directora de la CIA, Gina Haspel, ha sido criticada porque fue demasiado dura con los terroristas. Piensen en eso: en estos tiempos tan peligrosos, tenemos a la persona más calificada, una mujer, y los demócratas la quieren afuera porque es demasiado dura con el terrorismo. ¡Ganá, Gina!”, publicó Trump ayer en Twitter.

La candidatura de Haspel disparó las alarmas de varias organizaciones de derechos humanos y miembros de la oposición demócrata, que repudian el pasado oscuro de quien podría convertirse en la primera mujer en dirigir la agencia de inteligencia en sus 70 años de historia.

Haspel ingresó a la CIA en 1984 y fue escalando posiciones hasta convertirse en una renombrada experta en inteligencia. Sin embargo, según publicaron medios estadounidenses como los diarios The New York Times y The Washington Post, la funcionaria fue la máxima responsable de una prisión secreta en Tailandia que fue abierta por el gobierno estadounidense poco después de los atentados del 11 de setiembre de 2001 y a la que fueron trasladados varios presuntos terroristas que denunciaron haber sufrido torturas. Hace unas semanas, la cadena CNN reveló que algunos informes de la CIA apuntan a que Haspel dirigió y participó en esas torturas, que incluían prácticas como el ahogamiento simulado. Como si eso fuera poco, Haspel también es acusada de haber eliminado todas las pruebas.

En las últimas semanas, la CIA y la Casa Blanca han hecho una intensa campaña para limpiar la imagen de Haspel, que pasó la mayor parte de su carrera trabajando como agente encubierta. A la vez, ambas instituciones advirtieron que hay muchos documentos sobre la vida de Haspel que están clasificados y que podrían poner en peligro la seguridad del país en caso de hacerse públicos.

Los diarios mencionados aseguraron que el viernes pasado Haspel dijo a funcionarios de la Casa Blanca que quería retirar su candidatura para proteger su imagen y la de la CIA. No obstante, hasta ayer la nominación seguía en pie.

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