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Luiz Inácio Lula da Silva, el 7 de abril, en el edificio sindical de los trabajadores metalúrgicos en São Bernardo do Campo, San Pablo, Brasil.

Foto: Nelson Almeida

Surgen detalles de cómo Lula fue retenido en julio, contradiciendo una orden judicial

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Un juez reconoció que actuó con el objetivo de no liberar al ex presidente.

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“El juez [João Pedro] Gebran Neto admitió ante sus amigos que ignoró la letra fría de la ley al tomar una decisión contra la liberación de Lula”, escribió este fin de semana la revista Veja, refiriéndose a lo que sucedió el 8 de julio, cuando el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva podría haber sido liberado de la prisión de Curitiba, donde permanece desde abril.

Ese día empezó la feria judicial y el juez de guardia del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región (TRF-4), Rogério Favreto, aceptó un recurso presentado por la defensa del ex presidente, que pedía su liberación. Una vez emitido el fallo, el juez Sérgio Moro, que condenó a Lula en un tribunal de primera instancia, se comunicó con el presidente del TRF-4, Thompson Flores, con la intención de detener la aplicación de la orden, todavía pendiente. Flores le recomendó a Moro que llamara a Gebran Neto, encargado del caso Lula en ese tribunal.

Pese a que Gebran Neto estaba de licencia, emitió un dictamen judicial para anular la decisión de Favreto, y este, a su vez, reafirmó su orden en otro pronunciamiento. Finalmente, intervino el presidente del tribunal, Flores, para anular las decisiones de ambos y dejar la situación como estaba antes, aunque con una gran confusión agregada.

De acuerdo con Veja, Gebran Neto reconoció ante sus amigos que sabía que estaba incumpliendo la ley “al emitir una decisión contraria a la liberación de Lula sin tener en cuenta la competencia del juez que estaba de guardia”, en referencia a Favreto. Para el juez, “era la única salida para evitar un error todavía más dañino: liberarlo”.

Después de que trascendiera esta información, el Partido de los Trabajadores emitió un comunicado en el que señaló que “llama la atención el descaro en admitir que vale todo para mantener a Lula preso, callado, luchando por sus derechos más fundamentales”. El texto concluye: “Si hasta los más altos jerarcas del Poder Judicial violan la ley sin ningún remordimiento y se valen de ella para atender deseos personales, ¿cómo creer en la Justicia?”.

Gebran Neto no fue el único que reconoció que en julio hubo elementos extrajudiciales que interfirieron sobre las decisiones acerca de Lula. El director general de la Policía Federal, Rogério Galloro, dijo que la institución que dirige no cumplió con la orden judicial de Favreto de liberar a Lula debido a un llamado telefónico de Flores.

En una entrevista con el diario O Estado de São Paulo, Galloro contó que ese día “ante las divergencias” entre las decisiones judiciales la Policía Federal decidió hacer su propia interpretación, que era la de liberar a Lula. Se lo comunicó al ministro de Seguridad Pública, Raul Jungmann, después de lo cual recibió dos llamadas. La primera fue de la fiscal general de Brasil, Raquel Dodge, quien le comunicó que estaba por presentar un recurso ante el Supremo Tribunal de Justicia para evitar la liberación del ex presidente. La segunda fue del titular del TRF-4, Flores, quien le dijo: “Estoy decidiendo, no lo suelten”. Galloro dijo que ese llamado lo recibió mientras corría la hora de plazo que el juez Favreto le dio a la Policía Federal para que cumpliera con su segunda orden de liberar a Lula.

En las calles

El reclamo por la libertad de Lula por parte de movimientos sociales tuvo un punto alto en abril, después de su detención, más adelante retrocedió y ahora está creciendo otra vez, a medida que se acercan las elecciones del 7 de octubre. El Partido de los Trabajadores (PT) proclamó a Lula como su candidato la semana pasada y se dispone a inscribirlo ante el Tribunal Supremo Electoral mañana, al cierre del plazo para oficializar las candidaturas. Para esa instancia el PT convocó a una movilización masiva, a la que asistirá, entre otros, el Movimiento de los sin Tierra. Esta organización convocó a una movilización que tiene como destino la sede del Tribunal Supremo Electoral en Brasilia y que partió de tres lugares diferentes del país durante el fin de semana.

Esta manifestación se suma a una huelga de hambre que mantienen desde hace dos semanas siete referentes sociales cercanos al PT que la semana pasada fueron recibidos por uno de los magistrados del Supremo Tribunal Federal, Ricardo Lewandowski. Ellos también participaron ayer en una manifestación interreligiosa que se llevó a cabo frente a la casa de otro de los jueces de esa corte, Edson Fachin, y que contó con la presencia de autoridades religiosas de la tribu Xavante y de algunos jerarcas de las iglesias Asamblea de Dios, Católica y Presbiterana.

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