Ingresá

Maestros argentinos se manifiestan fuera del Congreso, el 13 de setiembre, en Buenos Aires.

Foto: Eitan Abramovich

Denuncian ola de amenazas a centros educativos y docentes en Argentina

2 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

La mayoría de los casos tuvo lugar en escuelas de Moreno en las que funcionaban ollas populares.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Mientras continúa en Argentina el conflicto del sector educativo, que reclama mejoras salariales y más presupuesto, se multiplican las denuncias de amenazas a docentes, particularmente en el municipio bonaerense de Moreno. La semana pasada fue secuestrada la maestra Corina de Bonis. Antes de dejarla en libertad, la golpearon y torturaron con un objeto punzante con el que en su abdomen escribieron: “Ollas no”.

Si bien la investigación para localizar a los responsables del ataque empezó inmediatamente después de que De Bonis presentó la denuncia policial, se prevé que la maestra se presente hoy formalmente ante la Justicia como querellante en la causa.

Junto a su solicitud, los abogados del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (SUTEBA) adjuntarán una lista de 25 casos de amenazas recibidas en distintas escuelas de Moreno, informó ayer el diario Tiempo Argentino. La mayoría de las amenazas ocurrieron después del 2 de agosto, cuando la subdirectora y el portero de una escuela de la zona murieron por una explosión causada por una fuga de gas. Desde ese día, 285 escuelas públicas no tienen clases en el municipio y los docentes organizaron ollas populares para que los alumnos no perdieran también la instancia del comedor. Ante la ola de intimidaciones, finalmente, decidieron suspender esta iniciativa.

El Centro Educativo Complementario en el que trabaja De Bonis recibió tres amenazas antes del secuestro de la maestra. Todas hacían referencia a la olla popular para 250 alumnos que funcionaba en el lugar. Las advertencias iban desde “córtenla con la olla o van a ser boleta” hasta “la próxima olla es en Güemes y Roldán”, donde se ubica el cementerio municipal de Moreno. Las amenazas llegaron en forma de llamadas telefónicas, carteles y en una nota escrita.

En otras escuelas, aparecieron pintadas en las paredes. Una profesora llegó a recibir una nota en la puerta de su casa. En la mayoría de los casos, el mensaje que predominaba era: “Dejen de hacer política, den clases”.

El viernes, decenas de personas marcharon con antorchas en Moreno para repudiar los hechos, exigir justicia y pedir a la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, que destine recursos para mejorar las condiciones de las escuelas. La titular de SUTEBA Moreno, Mariana Cattáneo, dijo a Tiempo Argentino que si bien el sindicato no encuentra explicación a lo que pasó con De Bonis, “lo que está claro es que cuando el ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, dice ‘dejen de hacer política y den clases’ envalentona a estos grupos, que están más vinculados con el terrorismo de Estado que con la democracia, y les habilita estas acciones”.

El domingo, otra docente recibió amenazas, esta vez en Ramallo, unos kilómetros al norte de Moreno. La profesora Amanda González –también secretaria gremial de SUTEBA en su localidad– encontró escrito en el capó de su auto: “Acordate de Corina”, en referencia al secuestro de De Bonis. En diálogo con el diario Página 12, González dijo que su vehículo era “claramente identificable” porque adentro había chalecos y otros elementos de SUTEBA. Agregó: “No sabemos quién pudo ser ni con qué intenciones. En nuestro distrito no tenemos problemas edilicios tan severos como en Moreno, pero igual desde SUTEBA los acompañamos con todas las actividades. Acá, en Ramallo, el diálogo con las autoridades es permanente y hay una buena relación”.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura