La crisis argentina empezó a recrudecer visiblemente la semana pasada, cuando el gobierno anunció que pediría un adelanto del préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el dólar llegó a los 40 pesos argentinos (hace un año estaba por debajo de los 20). Desde el jueves, el día crítico, el gobierno dijo que haría anuncios el lunes, cuando el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, partiría rumbo a Washington para reunirse con representantes del FMI y negociar con ellos el adelanto, que implicará nuevas condiciones para la economía argentina.
Durante todo el fin de semana los medios argentinos consultaron a sus fuentes en el gobierno e informaron sobre los cambios que se avecinaban. De esta forma, ayer no sorprendió cuando el Ejecutivo confirmó que la salud, el trabajo y la cultura ya no ameritan ministerios exclusivos para el gobierno de Mauricio Macri; que el jefe de Gabinete seguirá siendo Marcos Peña, aunque haya sido señalado por propios y ajenos como uno de los principales responsables de la crisis; o que se aplicarán retenciones a las exportaciones.
Los cambios ministeriales implican que el nuevo Poder Ejecutivo tendrá diez ministerios, tras la eliminación de varios de los que Macri creó cuando llegó al gobierno, a los que se suman la jefatura de Gabinete, que dejará de tener dos vicejefes para tener uno solo, Andrés Ibarra. Hasta que se dispusieron estos cambios, Ibarra era ministro de Modernización, una cartera de las recién creadas que ahora desaparece.
También se eliminan los ministerios de Medio Ambiente, de Turismo y de Agroindustria, que se convertirán en secretarías, las dos primeras dependientes de la presidencia y la tercera del Ministerio de Producción y Trabajo. Esta es una de las carteras que se transformó, pero en este caso por una fusión entre las de Producción y la de Trabajo. Otras ministerios fusionados fueron los de Educación, Cultura y Ciencia y Tecnología, que pasan a ser uno solo, al igual que los de Salud y Desarrollo Social.
Los nombres al frente de las áreas no cambian. Pero en muchos casos, personas que hasta ahora ocupaban cargos ministeriales pasarán a ser secretarios, y por lo tanto tendrán una menor jerarquía.
Otro de los anuncios fue el de las retenciones que se aplicarán a todas las exportaciones y que irán de 0,08 a 0,10 centavos por dólar exportado, de acuerdo con el sector, hasta el final de 2019. Por esta medida, el gobierno prevé recaudar unos 9.000 millones de dólares entre este año y el que viene.
En otras decisiones, detalladas en un comunicado, el gobierno informó que se reducirán aun más los subsidios al transporte y los servicios públicos, y que se dispusieron ahorros en remuneraciones de funcionarios y gastos operativos y corrientes. El Ejecutivo no informó cómo implementará estas medidas, pero ayer empezaron a conocerse algunos indicios: el responsable para enfermedades como el sida y otras de transmisión sexual, Sergio Maulen, renunció a su cargo en lo que hasta ayer era el Ministerio de Salud debido a que se le pidió que recortara 20% de un presupuesto que no aumenta desde el año pasado, informó el diario La Nación.
Haciendo sus propios cálculos, los sindicatos de funcionarios aseguraron que el gobierno seguirá con los despidos de empleados estatales y que estos podrían llegar a 15.000, una cifra que estaría impulsada sobre todo por las reducciones en aquellos ministerios que se convirtieron en secretarías. Ayer, unos 4.000 funcionarios se movilizaron hasta el Ministerio de Justicia a raíz de estos anuncios.
Por su parte, la central sindical Confederación General del Trabajo criticó la desaparición del Ministerio de Trabajo, mientras que desde los movimientos sociales cuestionaron el tono del discurso que dio Macri ayer. “No entendemos a quiénes les habla, parece un discurso fuera de tiempo y lugar”, dijo Gildo Onorato, de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular y el Movimiento Evita.
Las medidas del gobierno tampoco generaron aplausos en el sector agropecuario, y las gremiales que reúnen a los exportadores rechazaron las retenciones, un impuesto que consideran que desalienta la producción y los hace menos competitivos en el mercado internacional.
Las palabras de Macri
La jornada de las confirmaciones comenzó con un discurso televisado del presidente en el que atribuyó la crisis, nuevamente, a situaciones que están fuera del alcance del gobierno –la sequía, el aumento del petróleo, la suba de las tasas de interés de Estados Unidos y la guerra comercial de ese país con China–, sin asumir que se hayan cometido errores, como sí lo había hecho el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.
También señaló al gobierno anterior: dijo que esta situación se podría haber generado en 2016, cuando “no había reservas” y la economía estaba “distorsionada por cepos”, pero “la euforia” generada por la victoria del “cambio” y que se hubiera “frenado” a un gobierno que llevaba a Argentina “a ser Venezuela” le permitió a su administración “tener tiempo”. El único error del gobierno, repitió Macri, fue “creer con excesivo optimismo que era posible ir ordenando las cosas de a poco”, pero la realidad le demostró que es necesario “ir más rápido”. No lo aclaró, pero esa declaración fue leída como una anticipación de que se endurecerá el ajuste que ya viven los argentinos desde que comenzó este gobierno.
Macri también apuntó a la oposición y la responsabilizó por las dudas que genera Argentina en el sector financiero internacional. “No fuimos capaces de demostrar unidad en nuestro compromiso de avanzar con reformas estructurales” y “se aprobaron leyes que destruían el presupuesto aprobado”, dijo el presidente, en referencia a una ley que aprobó toda la oposición –y que él después vetó– y que tenía como objetivo reducir el impacto de los aumentos de las tarifas de los servicios públicos. “Eso, obviamente, generó un impacto negativo que aumenta la percepción de riesgo de Argentina”, afirmó.
Hay otro aspecto que, según Macri, incide en la pérdida de confianza en Argentina: “el escándalo de los cuadernos” que “afecta a la imagen del país y genera más dudas” sobre la capacidad de Argentina de “conducirse con seriedad”.
En un discurso en el que aseguró que estos han sido de los peores cinco meses de su vida y que para él “no es fácil” esta situación, Macri dijo que esta tiene que ser “la generación que se hace cargo” de “equilibrar las cuentas del Estado”.
“Sabemos que con esta devaluación la pobreza va a aumentar”, afirmó el presidente, y dijo que va a cuidar “a los que más necesitan”. Anunció bonos extra para quienes reciben programas sociales en setiembre y diciembre, más recursos para los programas alimentarios y un reforzamiento del programa Precios Cuidados “con especial foco en la canasta básica”.