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El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva, participando en el Congreso del Partido de los Trabajadores, en San Pablo, Brasil, a fines de noviembre.

Foto: Nelson Almeida, AFP

Brasil: tribunal desestima posición del STF y establece pena de 17 años de prisión para Lula por el proceso de la finca de Atibaia

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El ex mandatario había sido condenado en primera instancia a 12 años de cárcel en este caso, por el que se lo acusa de corrupción y lavado de dinero.

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Por unanimidad, los integrantes de la octava cámara del Tribunal Regional Federal de la 4ª Región (TRF-4), los jueces Thompson Flores, João Pedro Gebran Neto y Leandro Paulsen negaron los alegatos presentados por los abogados del ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva en el marco del juicio por la causa conocida como de la finca de Atibaia. Además, los jueces votaron por incrementar la pena impuesta al mandatario, que inicialmente había sido de 12 años y 11 meses y ahora será de 17 años, la pena más dura dictada contra el líder petista en el marco de la operación Lava Jato.

En este caso, Lula fue condenado en primera instancia por recibir sobornos de las constructoras OAS y Odebrecht para reformar una residencia situada en la localidad de Atibaia, en el estado de San Pablo, a cambio de contratos con Petrobras. Aunque la propiedad se encuentra formalmente a nombre del empresario Fernando Bittar, un viejo amigo del líder petista, la Justicia determinó que Lula era el verdadero dueño y principal usuario de la casa. Fue por esto que en febrero de 2019 el ex mandatario fue condenado a 12 años y 11 meses de cárcel por corrupción activa y pasiva y lavado de dinero por un fallo dictado por la jueza Gabriela Hardt.

Además de Lula, otras diez personas fueron condenadas, incluidos los ex presidentes de las empresas constructoras OAS y Odebrecht, Léo Pinheiro y Marcelo Odebrecht, respectivamente. Los dos empresarios se convirtieron en colaboradores de la causa Lava Jato y reconocieron los delitos, algo que Lula siempre negó. Con la decisión adoptada este miércoles por el TRF-4, este tribunal logró formar mayoría, contrariando así la orientación del Supremo Tribunal Federal, que defendía que deberían volver a la fase de alegaciones finales los procesos judiciales en los que los reos delatados no presentaran sus testimonios después de los reos delatores.

“Lula ocupaba el máximo grado de dirigente de la nación brasileña. Había expectativa de que se comportase en conformidad con el derecho, y más aun que se comportase en conformidad con su cargo, que no cometiera ilicitudes”, afirmó el juez relator del caso Gebran Neto antes de anunciar su veredicto, que aumentó la pena del ex mandatario, acatando el pedido de la fiscalía. Según informó la revista Fórum, cuando argumentó su posición contraria a Lula, el juez Leandro Paulsen manifestó que “la jueza jamás uso los alegatos finales de los colaboradores, por lo que no hubo un prejuicio concreto [...]. No hay fundamento jurídico que justifique la anulación de la sentencia para renovar los alegatos finales, medida que sería totalmente inocua, porque no existió ningún prejuicio y hubo una extensa defensa”, afirmó el magistrado.

Por otra parte, Paulsen negó enfáticamente que la jueza Hardt haya “copiado y pegado” parte de la decisión del ex juez y actual ministro de Justicia y Seguridad Pública, Sérgio Moro, sobre el tríplex de Guarujá –causa por la que Lula fue encarcelado– en el caso de la finca de Atibaia. “Lo que se hizo fue aprovechar estudios realizados por el propio juicio, estudios técnicos y generales para el caso hechos para el juicio”, justificó Paulsen, negando la teoría que sostienen muchos partidarios del ex presidente. Liberado de su presidio en una dependencia policial de la ciudad de Curitiba el viernes 8 de noviembre, Lula ya cumplió un sexto de la pena en su condena por la causa del tríplex de Guarujá, lo cual garantiza que no volverá a un régimen de prisión cerrado por este caso.

Más allá de la decisión adoptada ayer por este tribunal, la situación de Lula no variará por el momento. Continuará en libertad, esperando la resolución de todos los recursos presentados en las causas en las que está implicado. Además, según recordó Folha de São Paulo, el dirigente, de 74 años de edad, sigue sin poder presentarse a ningún cargo electoral, a causa de la denominada Ley de Ficha Limpia, que se le aplicó durante la condena en segunda instancia en el caso del tríplex de Guarujá.

Ayer, pocas horas antes de que se conociera la decisión del TRF-4, Lula brindó una entrevista al diario digital Brasil 247, en la que habló de muchos temas y en parte se anticipó al dictamen judicial. “Voy a ganar cada proceso abierto contra mí, desenmascarando las mentiras de ellos. Mi inocencia está probada en los autos del proceso, ellos no tienen pruebas, lo que sí tienen es una tesis: la de que Lula no puede estar suelto”, afirmó el ex presidente. “Sé que voy a vivir una vida de mucha lucha de acá en adelante, pero el que sabe que es inocente no tiene miedo de pelear”, agregó Lula.

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