El gobierno de Chile y la oposición acordaron en la madrugada de hoy una hoja de ruta para que el país tenga una nueva constitución. El mecanismo: un plebiscito de entrada que preguntará a la ciudadanía si quiere una nueva Carta Magna y, en caso afirmativo, se deberá elegir qué formula constituyente se prefiere.
Esta consulta se realizará en abril de 2020. La Constitución actual que rige a Chile fue aprobada en 1980, durante la dictadura de Augusto Pinochet, y es señalada como un escollo para construir un país con más igualdad.
Según consigna la agencia Efe, el plebiscito resolverá dos preguntas: en la primera, los ciudadanos tendrán que responder si quieren o no una nueva Constitución; en la segunda, deberán pronunciarse sobre qué tipo de órgano debería ser el encargado de la nueva carta magna: una “convención mixta constitucional”, compuesta al 50% por parlamentarios y por ciudadanos electos para la ocasión; o una “convención constitucional”, en la que todos sus integrantes serán electos para este efecto.
La elección de los miembros del órgano, sea cual sea, se realizará en octubre de 2020, en paralelo a las elecciones regionales y municipales bajo sufragio universal. Este órgano constituyente que se elija aprobará las normas y el reglamento de votación por dos tercios de sus miembros.
Una vez redactada la nueva Carta Magna, esta será sometida a su ratificación en otro plebiscito, también mediante sufragio universal obligatorio.
El pacto fue anunciado a las 2:24 y se logró tras dos largas jornadas de conversaciones entre las fuerzas políticas oficialistas y las opositoras, a excepción del Partido Comunista y del Federación Regionalista Verde Social, que no quisieron participar.
Según el presidente del Senado, Jaime Quintana, se trató de una “noche histórica para Chile y para la democracia”.