“Me postulo para la presidencia. Les pido que se unan a mí hoy como parte de una campaña popular histórica y sin precedentes que comenzará con al menos un millón de personas de todo el país”, escribió ayer en Twitter el senador estadounidense Bernie Sanders confirmando así su intención de competir en las elecciones presidenciales de 2020, algo que anunció unas horas antes en declaraciones a una radio de Vermont, su estado.
Sanders, de 77 años, es uno de los más veteranos entre los aspirantes demócratas que buscan enfrentarse a Donald Trump, que se presentará a la reelección, y también es uno de los más populares. El senador obtuvo reconocimiento en la campaña electoral de 2016, en la que intentó ganar la nominación demócrata a la presidencia en una reñida carrera que terminó con el triunfo de Hillary Clinton. Pese a esa derrota, el veterano logró adhesiones para su “revolución” y conquistó al electorado estadounidense más joven y progresista.
El senador, que se define como un “socialista democrático”, dijo ayer en la entrevista radial que llega a la carrera presidencial con la propuesta de “transformar la vida económica y política” del país. “Lo que prometo hacer es, al recorrer el país, tomar los valores de los que todos en Vermont estamos orgullosos: nuestra creencia en la justicia, en la comunidad, en la política de base y en las reuniones locales”, afirmó.
En una carta que envió por correo electrónico a sus simpatizantes a primera hora de la mañana, y que fue publicada por el diario The New York Times, el senador defendió su ideología frente a los recientes comentarios de Trump en contra del “socialismo”. En ese texto, Sanders manifestó: “Hace tres años, durante nuestra campaña de 2016, cuando presentamos nuestra agenda progresista, nos dijeron que nuestras ideas eran ‘radicales’ y ‘extremas’. Bueno, estos tres años han pasado y ya se han ido. Y, como resultado, hay millones de estadounidenses que se levantan y contraatacan. Todas estas ideas políticas cuentan ahora con el respaldo de la mayoría de los estadounidenses”.
En el mismo mensaje, insistió en la necesidad de crear nuevas políticas sanitarias, económicas y educativas. Recordó a la vez sus principales propuestas, con las que también se embanderó en 2016, incluidas la lucha contra el cambio climático, la suba de los impuestos a los más ricos y el aumento del salario mínimo.
Pero el panorama político es distinto al que enfrentaba Sanders hace tres años. El senador ya no es el único representante del ala más izquierdista del Partido Demócrata y su edad podría jugarle en contra después de que las elecciones legislativas de noviembre llevaron al Congreso a un número récord de mujeres, jóvenes, representantes de minorías étnicas y candidatos que se presentaban por primera vez. Sanders también tiene el desafío de conquistar a los votantes negros, una tarea en la que fracasó la última vez. Además, en tiempos del #MeToo, el dirigente debe enfrentar las críticas que surgieron por comportamientos sexistas contra mujeres que integraban su equipo de campaña en 2016 y por los que tuvo que pedir disculpas públicamente.
Con Sanders, ya son 12 las personas que anunciaron su candidatura a la nominación demócrata. La lista incluye a los senadores Kamala Harris, Cory Booker, Amy Klobuchar, Kirsten Gillibrand y Elizabeth Warren, una de las rivales más fuertes que tendrá Sanders. También anunciaron sus aspiraciones presidenciales el ex secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano Julián Castro; el diputado John Delaney; el alcalde de South Bend (Indiana), Pete Buttigieg; la congresista de Hawái, Tulsi Gabbard; el ex gobernador de Colorado John Hickenlooper; la maestra y escritora Marianne Williamson, y el empresario Andrew Yang.
Los sondeos de intención de voto revelan que Sanders es el segundo favorito para las primarias demócratas detrás del ex vicepresidente Joe Biden, quien todavía no confirmó si se presentará a la carrera electoral.
Ayer, en otra entrevista concedida al canal CBS, el senador veterano dijo que Trump es “el presidente más peligroso de la historia de Estados Unidos” y que, por eso, es “absolutamente imperativo” derrotarlo. “El actual ocupante de la Casa Blanca es una vergüenza para nuestro país”, prosiguió Sanders. “Es un mentiroso patológico [...], un racista, un sexista, un homófobo, un xenófobo, alguien que está ganando puntos políticos baratos apuntando a las minorías, frecuentemente inmigrantes indocumentados”, lanzó.
El equipo de campaña de Trump reaccionó al anuncio de Sanders unas horas después de que salió al aire la entrevista en la radio de Vermont. Su vocera, Kayleigh McEnany, dijo que Sanders “ya ha ganado el debate” en su partido porque “todos los candidatos están adoptando su marca de socialismo”, y agregó: “Pero los estadounidenses rechazarán esa agenda de tasas impositivas elevadísimas, salud dirigida por el gobierno y de consentir a dictadores como los de Venezuela”.
Sanders no ignoró el comentario y, en las declaraciones a CBS, dijo que “no quiere que Estados Unidos se convierta en la horrible situación económica que lamentablemente existe en Venezuela en este momento”. Y enfatizó: “Lo que Bernie Sanders quiere es aprender de los países del mundo por qué otros países están haciendo un mejor trabajo que nosotros para enfrentar la desigualdad de ingresos y la distribución desigual de riqueza”.