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Angela Davis y Ana Olivera, ayer, en la presentación del Plan Nacional de Equidad Racial y Afrodescendencia.

Foto: Federico Gutiérrez

Se presentó el Plan Nacional de Equidad Racial y Afrodescendencia

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La estadounidense Angela Davis fue homenajeada con un sello del Correo Uruguayo.

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Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, se presentó en la Torre Ejecutiva el Plan Nacional de Equidad Racial y Afrodescendencia y se instaló el Consejo Nacional de Equidad Étnico Racial y Afrodescendencia. La invitada estelar fue la académica feminista y antirracista Angela Davis, y se presentó un sello del Correo Uruguayo que la homenajea.

La titular del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), Marina Arismendi, comenzó diciendo que los movimientos sociales han colocado en la agenda pública una “interseccionalidad de batallas” de los movimientos estudiantiles, sindicales, afro, feministas y de la diversidad. Las leyes no “aparecen sólo de la buena voluntad” de las personas, acotó, y para que sus contenidos se apliquen como políticas de Estado, a la ley debe agregarse la movilización organizada. “Cuando uno empieza a rascar, se pone de manifiesto que sí hay racismo, que sí hay discriminación”, y que es necesario avanzar con medidas para impulsar la equidad racial, expresó.

El plan busca construir una política de Estado que enfoque los esfuerzos en el combate a la brecha racial existente, el racismo y la garantía de los derechos civiles, políticos, sociales, culturales y ambientales de la población afrodescendiente, explicó Arismendi. Señaló que la última Rendición de Cuentas le asignó formalmente al Mides un papel rector en los temas de equidad racial y afrodescendencia, y destacó la obligatoriedad de elaborar planes de promoción de igualdad de oportunidades de las personas afro cada dos años, así como la creación del Consejo Nacional. Sobre la presencia de Davis en Uruguay, la ministra expresó que inspira a “volver a tener ese fervor adolescente” de que “vamos a conquistar el mundo luchando”, en un momento “muy difícil”, porque el “mundo está muy complicado”.

La consultora internacional Claudia Mosquera, integrante del equipo que elaboró el plan, remarcó que la academia tiene que estudiar “mucho más” la presencia afrodescendiente en el país. “Por ejemplo, tiene que entender qué es eso de un país que se constituyó como blanco. ¿Qué es eso? Si el país no entiende cómo es que se construyó una nación como blanca, y que entre otras cosas se sabe que el resto de la región se construyó como mestiza, entonces ahí hay algo para analizar. Hay que entender cómo es esa construcción, que no quiere decir que sea cierta. Hay que entender por qué se escogió ese relato, porque es la única manera en que podemos entender la profundidad de lo que está reclamando la gente negra de Uruguay”.

La especialista mencionó que en el diálogo con funcionarios de todo el país se encontraron con cosas que son “preocupantes”. En primer lugar, algunos de ellos expresaron que no tenían datos ni cifras sobre las personas afro. “Son resistencias que para mí nunca son gratuitas. El privilegio blanco hace que uno no quiera darse por enterado de las cosas”, opinó. También instó a redoblar esfuerzos y trasladar la estadística nacional a la departamental, para que quienes estén trabajando en el territorio se apropien de esos datos. Según Mosquera, hay muy buenos datos en Uruguay y es necesario utilizarlos. “Este plan es la prueba de que el racismo y la discriminación racial están presentes en este país, como están en muchas otras partes del mundo, y de que ese racismo y esa discriminación racial están impactando en la ciudadanía de hombres y mujeres afro”.

Por último, la consultora remarcó que Uruguay reivindica haber avanzado mucho en educación, vivienda y derecho al trabajo, y que eso es “muy importante y cierto, pero la gente negra lo vive distinto”. Por eso, sostuvo, es necesario un enfoque étnico-racial en las políticas universales, pero también es importante focalizar las acciones, y que se entienda, desde una “política social moderna”, que la ciudadanía afrodescendiente tiene derechos universales y también particulares, porque su vida está mucho más “fragilizada”. Dijo que eso implica, por ejemplo, plantearse que “si bien el sistema educativo nos llena de orgullo, tenemos que saber por qué hay ciclos donde la gente negra se desengancha”. La respuesta que surgió de las asambleas que se organizaron en el país fue unánime: hay prácticas de discriminación racial “muy fuertes” en las aulas, explicó.

Por su parte, el director nacional de Promoción Sociocultural del Mides, Federico Graña, adelantó que el 26 de marzo se comenzará con la “primera capacitación” a todos los inspectores de educación media y técnico-profesional, a los docentes y los cuerpos administrativos, para tratar la perspectiva étnico-racial en los espacios educativos. En abril y mayo, el Mides hará la primera encuesta nacional sobre discriminación con perspectiva étnico-racial, de diversidad sexual y población migrante. En julio, junto con la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República, se presentará el primer manual de historia del aporte de la comunidad afrouruguaya a nuestra sociedad.

Sobre el Consejo Nacional, Graña comentó que se busca darle un “peso legal e institucional” mucho más fuerte al grupo de trabajo que venía actuando en la temática, y que será el encargado de darle seguimiento al plan. Parafraseando a Davis, Graña afirmó que es preciso renovar el compromiso de “no aceptar las cosas que no podemos cambiar, y seguir cambiando las cosas que no podemos aceptar”.

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