Cada vez son más las organizaciones que deciden apoyar a los emprendedores que se lanzan al mercado con sus nuevas ideas. Sin embargo, en Uruguay no había ninguna institución que apoyara la unión de inclusión y emprendedurismo; ante esa situación, la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) decidió crear un fondo de innovación inclusiva. Ayer fue el lanzamiento de la cuarta convocatoria, que presenta algunas diferencias con las ediciones anteriores. Según explicó a la diaria Valentina Gómez, la ejecutiva de la ANII a cargo del seguimiento de los proyectos, este año se les permitirá a los emprendedores presentarse en alianza con “una institución de apoyo que los acompañe en la formulación del proyecto y su ejecución, eso incluye el armado del modelo de negocios, la detección de fortalezas y el planteo de objetivos claros y alcanzables”.
Luego de hacer una evaluación de las tres ediciones anteriores, notaron que los emprendedores necesitaban más apoyo. La subgerenta de operaciones de la ANII, Ximena Camaño, detalló en diálogo con la diaria: “Llegaban muchos proyectos en la etapa de idea, pero necesitábamos algo para fortalecer a las instituciones que apoyan a los emprendedores y a los propios emprendedores. Hicimos un llamado a consultoría que ganó Njambre; la seleccionamos por la experiencia que tiene y por tener una metodología sumamente armada y probada”. La empresa argentina “impulsa el surgimiento y la escala de empresas y proyectos de impacto”, se especializa en trabajar con startups y emprendimientos sociales; tienen más de diez años haciéndolo y ahora también se dedican a transmitir sus errores y aciertos a otras empresas que apoyan a emprendedores, según contó su director Federico Seineldin en la presentación de ayer. Camaño apuesta que la participación de Njambre en esta convocatoria “no sólo será un apoyo para los emprendedores, sino que también va a generar capacidades en Uruguay para que las instituciones tengan un mejor desarrollo”.
Gómez profundizó sobre las características del llamado que consta de dos etapas: “Primero son ideas de proyectos en las que se pide que se explicite cuál es el mérito innovador, cuál el de inclusión y cómo será el modelo de negocio, para eso ya pueden presentarse con la institución que los esté asesorando”. Sobre este punto la ejecutiva aseguró que a pesar de que la ANII trabaja con algunas organizaciones en otros llamados “los emprendedores se pueden presentar con el apoyo que ellos quieran, se pueden agregar otras instituciones que estén alineadas con la temática”. La segunda etapa del llamado es una evaluación que realiza un comité sobre esos puntos; las ideas que son seleccionadas pasan a la etapa de formulación del proyecto completo, donde también se incluye el apoyo de Njambre. En las ediciones anteriores alrededor de 30 proyectos se presentaban y entre diez y 15 pasaban a la etapa de formulación.
Durante la jornada de lanzamiento que se hizo en Sinergia, el equipo de Njambre brindó un taller de capacitación para las instituciones y los emprendedores sobre este tema; dentro de los consejos que brindó el director de Njambre está el tener “un impulso, liderazgo y orquestación claros antes de emprender”. Para él es clave ubicar una necesidad de la sociedad, encontrarle una solución innovadora, que no sea la unión de cosas que ya están, sino algo nuevo, asegurarse los recursos necesarios y la sostenibilidad económica.
Buenos ejemplos
Durante la presentación algunos emprendedores que ganaron el llamado en ediciones anteriores compartieron su experiencia. Yamandú Plada Thompson, cofundador de Redalco, comentó la experiencia de la organización sin fines de lucro que busca reducir las pérdidas y desperdicios de frutas y hortalizas recuperando los alimentos en buen estado y distribuyendolos a las poblaciones en situación de vulnerabilidad. Según contó, el proyecto surgió pensado en el beneficio social, no en una ganancia para los emprendedores, por lo que llegar al punto de equilibrio no es tan fácil, pero lograron presentar un modelo de sostenibilidad económica en el que las organizaciones que reciben los alimentos se hacen cargo de los principales costos.
Por otra parte, las mujeres de Dulce Melodía, un emprendimiento gastronómico liderado por Agustina, una joven con síndrome de Down, destacaron la importancia de ser inspiración para otros y de continuar formándose mientras cumplen un sueño. Para ellas este desafío es la oportunidad de generar ingresos mediante un modelo económico sostenible que también puede ser fuente de empleo para otras personas en el futuro. Según contó Agustina, a medida que la empresa siga creciendo espera poder abrir su propia cafetería que además ofrezca espectáculos musicales, que es su otra pasión.