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Mike Pompeo, secretario de Estado de Estados Unidos, y Mohamed ben Zayed Al-Nahyan, príncipe de los Emiratos Árabes Unidos, ayer, en Abu Dhabi.

Foto: Jacquelyn Martin, AFP

La administración Trump impuso nuevas sanciones a altos funcionarios del gobierno iraní

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El presidente estadounidense dijo además que países que reciben petróleo que pasa por la zona deben velar por sus propios intereses.

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La confrontación diplomática y comercial entre Estados Unidos e Irán sumó un nuevo capítulo ayer cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, ordenó la aplicación de nuevas sanciones contra el líder supremo de Irán, Alí Jamenei, y otros altos funcionarios del gobierno persa, incluidos ocho comandantes de la Guardia Revolucionaria.

El jefe de la diplomacia iraní y ministro de Relaciones Exteriores del país, Javad Zarif –quien negoció el acuerdo nuclear de 2015 con Estados Unidos y otras potencias– también deberá afrontar nuevas sanciones, según afirmaron funcionarios de la administración Trump.

Al firmar la orden ejecutiva de aplicación de las sanciones en su despacho de la Casa Blanca, ante los medios presentes Trump calificó a las sanciones de “contundentes” y dijo que negarían al líder supremo y a sus más estrechos colaboradores a recursos financieros clave. “Estas medidas representan una respuesta sólida y proporcionada a las acciones cada vez más provocativas de Irán”, afirmó Trump en medio de una escalada de tensiones entre su país y el gobernado desde Teherán, conflicto latente que comenzó a recrudecerse en mayo de 2018, tras la retirada unilateral de Estados Unidos del acuerdo nuclear de 2015.

El líder republicano dijo también: “No buscamos un conflicto con Irán ni con ningún otro país [...] Sólo puedo decirle que nunca podemos dejar que Irán tenga un arma nuclear”. Criticó el actual sistema de control de las actividades nucleares de Irán, al que calificó de “inaceptable”, y señaló la necesidad de ampliar las restricciones existentes. Paralelamente, la diplomacia estadounidense tiene la intención de solicitar al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas que se lance una campaña de máxima presión diplomática contra Irán, con el objetivo de lograr la libertad de navegación en el estrecho de Ormuz, según afirmó el enviado especial de Estados Unidos para Irán, Brian Hook.

El propio Trump dijo ayer, en una publicación en su cuenta de Twitter, que los países que reciben petróleo que pasa por el estrecho de Ormuz, como China y Japón, deben velar por sus propios intereses en esa “peligrosa” región –ubicada sobre las costas de Irán, Omán y Emiratos Árabes Unidos– que, según aseveró, ya no es tan crucial para los estadounidenses.

Trump enfatizó que Estados Unidos se ha convertido en el mayor productor de energía del mundo y no necesita estar en la zona del estrecho de Ormuz, principal vía para enviar petróleo desde el Golfo Pérsico hasta el resto de los océanos, que Irán amenaza cerrar. Por eso, dijo, no se debe confiar en Estados Unidos para asegurar el tránsito por las estrechas rutas marítimas a lo largo de la costa iraní. “China obtiene 91% de su petróleo del estrecho; Japón, 62%; y así muchos otros países”, escribió Trump, quien a propósito de ello se preguntó: “Entonces, ¿por qué estamos protegiendo las rutas marítimas de otros países (desde hace muchos años) con cero compensación? Todos ellos deberían proteger sus propios buques en lo que siempre ha sido un viaje peligroso”. “¡Ni siquiera tenemos que estar allí, porque Estados Unidos se ha convertido (por lejos) en el mayor productor de energía de todo el mundo!”, añadió.

Las medidas adicionales anunciadas por el gobierno coinciden con una visita oficial del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, a Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, dos de los más fieles aliados que la nación norteamericana tiene en la región. Ayer Pompeo se reunió en la ciudad de Yeda, al oeste del territorio saudí, con el rey Salman y el príncipe heredero Mohammed bin Salman.

El gran contrapeso estadounidense en la cuestión de Medio Oriente en general y de Irán en particular es Rusia, que sigue muy de cerca el tema. Ayer, ni bien se conocieron las sanciones, se refirió al tema Serguéi Lavrov, el ministro de Exteriores del gobierno que lidera Vladimir Putin. En una rueda de prensa brindó junto con su par egipcio, Sameh Shukri, dijo que es necesario el diálogo para garantizar la paz y la seguridad en la región del Golfo Pérsico. Según informó la agencia de noticias Sputnik, Lavrov tachó de “contraproducente” la política de Estados Unidos respecto de Irán, que supone “culpar a ese país de todos los males sin recurrir a la investigación de cada uno de los casos”.

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