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El recién elegido primer ministro de Grecia y líder del conservador partido de la Nueva Democracia, Kyriakos Mitsotakis, saluda a sus partidarios fuera de la sede del partido después de los resultados oficiales, ayer, en Atenas.

Foto: Louisa Gouliamaki, AFP

La oposición conservadora ganó las elecciones en Grecia y tendrá mayoría absoluta

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Amanecer Dorado quedó fuera del Parlamento, pero una nueva formación logró ingresar.

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Las elecciones celebradas ayer en Grecia dieron la mayoría a Nueva Democracia, el partido de derecha que en 2015 perdió el gobierno en manos de Syriza y que vuelve con el liderazgo de Kyriakos Mitsotakis. Nueva Democracia consiguió 39% de los votos, mientras que Syriza se quedó en 31%, de acuerdo con los datos oficiales.

Si bien la diferencia en los porcentajes no es tan alta, sí lo será en el Parlamento: una ley electoral griega que dejará de regir después de estas elecciones establece que el partido ganador reciba automáticamente 50 escaños extra para garantizar la gobernabilidad. Así, el resultado se traduce en que Syriza tendrá 86 de los 300 escaños y Nueva Democracia, 158, la mayor bancada en los últimos 12 años.

Mitsotakis liderará el primer gobierno griego que no está condicionado por los rescates económicos de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, la troika que entre 2011 y 2018 controló y condicionó la política económica y financiera de Grecia. El líder de Nueva Democracia, el partido que tuvo que pedir el primer rescate y que impuso las condiciones más duras en Grecia, prometió durante la campaña beneficiar a aquellos sectores que más sufrieron, especialmente la clase media, con reducción de impuestos y otras medidas para promover el crecimiento económico del país.

El primer ministro, Alexis Tsipras, reconoció su derrota y la atribuyó al “costo político” de las difíciles decisiones que debió tomar durante estos años. “Nos vamos con la cabeza alta. Hace cuatro años nos encargamos de un país al borde de la quiebra. Hoy dejamos un país libre [de rescates], en crecimiento y con reservas”, subrayó.

El fin de la aventura

Syriza ganó las elecciones de 2015 prometiendo el fin de la austeridad, y una de sus primeras decisiones fue convocar a un referéndum en el que se rechazaron las condiciones impuestas por la troika. Embanderado en ese “No”, Tsipras viajó a Bruselas, pero le presentaron dos alternativas: aceptar las condiciones o salirse del euro. Optó por el primero, lo que implicó una fractura en Syriza que incluyó, entre quienes salieron, a quien era el ministro de Finanzas, Yanis Varufakis. Con el tiempo, y el evidente desagrado de sus representantes, el gobierno de Syriza terminó aplicando las mismas reformas que anteriormente imponía Nueva Democracia. La ilusión de que la política y la voluntad de los griegos podía imponerse sobre las condiciones de los acreedores duró poco. Este es señalado por analistas como un factor fundamental para que la coalición de izquierda perdiera en todas las votaciones que se hicieron desde ese entonces, incluidas las regionales y las del Parlamento europeo en mayo, que llevó a Tsipras a adelantar estos comicios.

Unos y otros

El partido neonazi Amanecer Dorado quedó fuera del Parlamento al no superar la barrera del 3% de los votos. Pero esto no implica que la ultraderecha esté afuera: un nuevo partido, llamado Solución Griega, logró 3,8% de los votos y tendrá diez diputados. Si se suman los votos de las dos formaciones, el porcentaje es el mismo que Amanecer Dorado obtuvo en las elecciones de 2015.

“Los griegos primero, Grecia primero” es el lema del líder de Solución Griega, el ahora diputado Kyriakos Velópulos, que reconoce su inspiración en el presidente estadounidense Donald Trump. Ayer mismo prometió que su partido defenderá “los derechos laborales de los nacionales griegos”.

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