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Ope Pasquet en el homenaje por los 40 años del plebiscito del 80, en la cámara de diputados, el 1 de diciembre.

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A 40 años del plebiscito de 1980, diputados de todos los partidos rindieron homenaje a la ciudadanía

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La votación contra la reforma constitucional promovida en dictadura fue recordada como una “quijotada” y un “Maracanazo político”

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A modo de conmemoración del 30 de noviembre de 1980, cuando la ciudadanía votó en contra de la reforma constitucional promovida por el gobierno de facto, los diputados de todos los partidos recordaron los hechos históricos y homenajearon a la ciudadanía. 

El primero en hablar fue el frenteamplista Daniel Caggiani, quien dijo que el histórico triunfo del No fue mucho más que “el comienzo del fin”: “Fue realmente una quijotada, fue David contra Goliat, quizás una de las gestas cívicas más importantes de nuestra historia como nación”, destacó.

Recordó el debate televisivo en Canal 4, unas semanas antes de la fecha del plebiscito, en el que participaron Enrique Tarigo (Partido Colorado, PC) y Eduardo Pons Echeverry (Partido Nacional, PN), que se oponían a la reforma constitucional, y el coronel Néstor Bolentini y Enrique Viana Reyes, que defendían el “proyecto militar”; los actos públicos partidarios autorizados en los cines Cordón y Arizona; y algunas entrevistas y columnas escritas en ese momento.

Sin embargo, Caggiani dijo que también es hora de “homenajear a los invisibilizados e invisibilizadas de siempre”, que “hicieron posible” y “cimentaron” el resultado del plebiscito. “Este enorme triunfo fue un verdadero triunfo de los anónimos, de los miles y miles de uruguayos y uruguayas” que con “coraje cívico” construyeron “la conquista de la libertad”, sostuvo. 

En la misma línea, el diputado del Partido Independiente Iván Posada recordó que en el contexto de un país con desaparecidos y personas en las cárceles por “manifestar sus ideas o pertenecer a partidos”, con las libertades cercenadas y un “usufructo total de los medios de comunicación puestos al servicio de la dictadura”, “el pueblo uruguayo dijo no” a un “proyecto totalitario”, que pretendía “institucionalizar” la dictadura. 

El resultado, según Posada, “claramente marcó la derrota política” de la dictadura y fue “una suerte de Maracanazo político”. Además, señaló que se vivía en un contexto de crecimiento de la economía –“los años de la plata dulce” –, y que aun en esas circunstancias “nuestro pueblo fue convocado y dijo no”. “Cuando en el gobierno hay tiranos, se borran todas las cuestiones partidarias para dar entrada a un solo partido, el partido de la dignidad”, dijo el legislador, parafraseando a José Batlle y Ordóñez, y agregó que fue “el partido de la dignidad nacional” quien derrotó a la dictadura. 

A su turno, Federico Casaretto, del PN, reafirmó que la dictadura tenía la totalidad de los medios de comunicación bajo su dominio, y que casi “no existía propaganda televisiva o radial a favor del No”. “Las “encuestas de Gallup presionaban en la conciencia ciudadana” con pronósticos de “votaciones apabullantes a favor del Sí”, y las condiciones económicas del país, “como en muchas dictaduras, también ayudaban para que la gente que no vivía el sentimiento político se guiara por su bienestar social y económico”, destacó. Según Casaretto, una de las enseñanzas que deja el plebiscito es que “no es cierto que los medios ganen elecciones, no es cierto que las encuestas hagan ganar elecciones, no es cierto que la gente vota con el bolsillo”.

Ope Pasquet, del PC, comenzó en aquel momento su trayectoria política, en el grupo encabezado por Tarigo, y dijo estar convencido de que el plebiscito fue una de las “grandes jornadas de la historia nacional”. “Se produjo un pronunciamiento popular que definió lo que el país es y quiere ser”, señaló. Valoró que eso no fue producto de un acto individual o de una “una asamblea de notables”, sino que la “definición de identidad” fue del pueblo uruguayo. “Le dijimos que no a lo que es la negación de todo esto que sentimos que es la patria. Eso fue el no: la definición de la patria por el pueblo uruguayo”. 

Por su parte, el diputado Carlos Testa, de Cabildo Abierto, opinó que el plebiscito era casi “un todo o nada”, porque marcaba el futuro. A pesar del “temor” a que el período de facto se “extendiera indeterminadamente”, la sociedad sabía que la carta magna vigente “era sabia y justa, no necesitaba corrección”. “Homenajeamos desde Cabildo Abierto a nuestro pueblo oriental que dijo no y reafirmó su espíritu democrático al defender la Constitución de la república”, concluyó.

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