Luego de una sesión maratónica de unas 20 horas de debate, en la madrugada de este viernes se aprobó en la Cámara de Diputados argentina el proyecto de ley de legalización del aborto, con 131 votos a favor, 117 en contra y seis abstenciones. En los alrededores del Congreso, miles de mujeres se habían movilizado para acompañar la votación, cuyo resultado apoyaron con un aplauso colectivo.
No fue casualidad que el tratamiento en el plenario de la cámara baja se marcara para el 10 de diciembre, el Día Internacional de los Derechos Humanos, dato mencionado por varios diputados. Ese día se cumplía, además, el primer año de la llegada a la presidencia de Alberto Fernández, que incluyó la legalización del aborto entre sus promesas de campaña.
El jefe de gabinete, Santiago Cafiero, celebró la aprobación en Diputados. “Para nosotros es importante que se dé el debate”, marcó en declaraciones a El Destape Radio, y agregó: “Nuestra posición es clara y tenemos expectativas de que sea ley”.
El proyecto avanzó ahora al Senado, donde fracasó el último intento de legalizar el aborto, en 2018. En ese entonces se hicieron públicas presiones que se repiten en esta ocasión. Uno de los diputados de Jujuy, Daniel Ferreyra, del oficialista Frente de Todos, contó que tanto él como su hija –que no está vinculada a la actividad política– recibieron amenazas después de que anunciara que votaría a favor de la iniciativa. “No estoy actuando libremente y a la hora de votar me voy a abstener, les pido disculpas”, dijo durante la sesión.
Además del proyecto que legaliza la interrupción voluntaria del embarazo, se aprobó el programa “Plan de los 1.000 días”, que propone una serie de medidas para incrementar el acompañamiento del Estado a las mujeres durante el embarazo y los años posteriores al nacimiento.
Previsiones sobre el Senado
Si bien se preveía la aprobación en Diputados, la situación en el Senado es más compleja. El proyecto fue presentado por el Poder Ejecutivo, pero eso no garantiza que toda la bancada del Frente de Todos –que cuenta con 41 de los 72 senadores– lo respalde. El debate en torno al aborto ha sido trasversal y la legalización genera apoyos y rechazos en todas las bancadas.
Serán varias las comisiones del Senado que, a partir del lunes, tratarán el proyecto que llegue después al plenario de esa cámara, hacia el fin de la semana que viene. La reglamentación establece que deben transcurrir siete días hábiles entre el envío y el inicio del tratamiento, por lo cual la iniciativa podría ser evaluada hasta el 30 de diciembre.
Los medios argentinos han consultado con los senadores para intentar saber qué votarán. Estos conteos extraoficiales indican que el resultado será ajustado: los últimos datos muestran que habría 36 votos a favor, 35 en contra y una abstención. En caso de que se produzca un empate, deberá votar la presidenta del Senado, la vicepresidenta Cristina Fernández.
Los argumentos de un lado y del otro del debate son conocidos: quienes no quieren que el aborto deje de ser una práctica clandestina hablan del “derecho a la vida desde el momento de la concepción”, y quienes quieren regular esta práctica para que sea una política pública de salud piden que “no haya más muertes en abortos clandestinos”.
Los detalles del proyecto
La iniciativa permite la interrupción voluntaria del embarazo por la sola voluntad de la mujer hasta las 14 semanas de gestación. Fuera de ese plazo, se puede hacer el procedimiento si el embarazo es resultado de una violación o si está en peligro la vida o la salud de la madre.
Entre la solicitud y la ejecución del aborto puede transcurrir un período máximo de diez días.
El procedimiento será incluido en el Programa Médico Obligatorio, por lo cual ningún prestador de salud puede negarse a realizarlo o a cubrir su costo. Sin embargo, los médicos objetores de conciencia no estarán obligados a realizar el procedimiento (cuando este se solicita de forma voluntaria, distinto es si la vida de la madre corre peligro inminente). Si un prestador de salud no puede realizar el procedimiento por este motivo, debe derivar a la paciente dándole ciertas garantías.
Se establece que las mayores de 16 años "tienen plena capacidad por sí para prestar su consentimiento" y solicitar la interrupción voluntaria del embarazo. Para quienes tienen entre 13 y 16, si el aborto implica un tratamiento invasivo o compromete su estado de salud, necesitarán el consentimiento de uno de sus padres o un representante legal.