Numerosas repercusiones causó en la comunidad internacional el anuncio realizado por el todavía presidente estadounidense, Donald Trump, de reconocer la soberanía de Marruecos sobre el territorio de Sahara Occidental a cambio del pleno establecimiento de relaciones diplomáticas del reino norafricano con Israel.
El acercamiento entre Rabat y Tel Aviv se da en el marco de la política exterior que la administración de Trump ha desarrollado en los últimos tiempos, siendo Marruecos el cuarto país árabe, luego de Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Sudán, en establecer relaciones diplomáticas con Israel.
Tras el paso dado por el gobierno de Trump, Estados Unidos se convirtió en el único país occidental que reconoce la soberanía de Rabat sobre el Sahara Occidental, territorio que Marruecos controla y gestiona de hecho en 80% desde que España abandonara su colonia en 1975, según recordó El País de Madrid. La acción de Trump supone un cambio drástico de la política de Washington respecto del Sahara y un desplante a todas las resoluciones de las Naciones Unidas. El paso además deja en una complicada situación al próximo presidente estadounidense, Joe Biden, quien deberá decidir si sigue adelante con este reconocimiento o lo revierte, poniendo así en peligro las relaciones ya de por sí tirantes entre Marruecos e Israel.
Según informó Efe, tras conocer la decisión adoptada por el gobierno estadounidense, el Frente Polisario y la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), reconocida por cerca de 70 estados, pidieron a la ONU que condene el paso dado por Washington.
En un comunicado oficial, ambas instituciones insisten en que al mandatario estadounidense “no le corresponde” tomar esta decisión y se mostraron sorprendidas de que la haya hecho coincidir con el Día Mundial de los Derechos Humanos, en una aparente provocación.
“Constituye una flagrante violación a uno de los derechos más sagrados: el derecho de los pueblos a la autodeterminación. El gobierno saharaui y el Frente Polisario piden a Naciones Unidas y la Unión Africana que condenen esta imprudente decisión y presionen al Reino de Marruecos para que ponga fin a su ilegal ocupación del Sahara Occidental”, agrega el comunicado.
En este sentido, los redactores del documento advierten igualmente que “el pueblo saharaui continuará su legítima lucha para completar su soberanía por todos los medios y asumiendo los sacrificios que esto requiere”.
“La posición declarada por Trump constituye una flagrante violación de la Carta de las Naciones Unidas y de la legalidad internacional –organizaciones y tribunales– y obstaculiza los esfuerzos de la comunidad internacional para encontrar una solución pacífica al conflicto entre la RASD y el Reino de Marruecos. También llega en un momento en que el ocupante marroquí hizo estallar el alto el fuego con su flagrante agresión del día 13 de noviembre de 2020”, se afirmó.
Ese día en la localidad de Guerguerat, situada en el suroeste del territorio del Sahara Occidental, fuerzas militares marroquíes atacaron a civiles saharauis, generando la reacción del Frente Polisario, que tras la acción anunció que retomó la acción armada, alegando la “legítima defensa” y la “protección de la población civil”.