El duelo entre el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y buena parte de los medios de comunicación sumó este miércoles un nuevo capítulo cuando el mandatario se negó a responder sobre el escaso crecimiento del producto interno bruto (PIB) del país en 2019 –que fue de sólo 1,1%– y puso en su lugar a un humorista que lo caracterizaba, quien se burló de los trabajadores de la prensa al ofrecerles bananas.
Como todas las mañanas en las que se encuentra en Brasilia, los medios de prensa se concentraron en la puerta del Palacio de la Alvorada, donde el mandatario suele hablar con los periodistas. En esta ocasión la pregunta cantada era sobre el magro crecimiento del PIB, que de acuerdo a informaciones divulgadas este miércoles por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística fue de apenas 1,1% durante el primer año de gobierno del ex capitán, la cifra más baja de los últimos tres años.
En lugar de responder, Bolsonaro compareció ante los periodistas junto a un humorista que suele imitarlo, Márvio Lúcio, conocido popularmente como el Carioca, quien, vestido como el presidente, banda presidencial incluida, comenzó a repartir bananas entre los periodistas, lo que hizo que buena parte de estos se retiraran del lugar. Cuando los periodistas se estaban yendo, el humorista continuó con su actuación, al grito de “otra pregunta, otra pregunta” y “no habrá represalias”.
Muchos de los periodistas que se retiraron de la Alvorada expresaron su malestar en las redes sociales. Fábio Murakawa, quien se desempeña en Valor Económico, el diario sobre finanzas más importante del país, escribió en su cuenta de Twitter: “Hoy Bolsonaro batió todos los récords de falta de respeto a la prensa en la Alvorada: puso a un humorista disfrazado de presidente a repartir bananas entre los periodistas y responder preguntas; así evitó comentar el frustrante resultado del PIB en su primer año de gobierno”.
Hoje @jairbolsonaro bateu todos os recordes de desrespeito com a imprensa no Alvorada: colocou um humorista travestido de presidente para distribuir bananas aos repórteres e responder perguntas; esquivou-se assim de comentar o frustrante resultado do PIB em seu 1o ano de governo
— fabio murakawa (@fabiomura) March 4, 2020
Pero más allá de la chicana que lanzó a los medios, el gobierno de Bolsonaro sintió el impacto negativo del escaso crecimiento del PIB, que hizo que el dólar continuara su tendencia al alza y llegara al valor de 4,56 reales por cada unidad de la moneda estadounidense. Según informó la revista Fórum, el alza del dólar generó la intervención del Banco Central brasileño, que puso en el mercado algo más de 218.000 millones de dólares en contratos swap para evitar que se intensificara la caída de la divisa estadounidense. El remate de contratos swap, según explicaron medios brasileños, equivale a una venta de dólares en el mercado futuro para los bancos, que de esta manera quedan protegidos ante una eventual disparada del dólar durante el período acordado en la subasta.
Paralelamente, este miércoles, poco después de su desplante a los periodistas, Bolsonaro participó en el Palacio de Planalto de la asunción de la reconocida actriz Regina Duarte como secretaria de Cultura, cargo para el que fue elegida por el mandatario para reemplazar a Roberto Alvim, quien fue destituido en enero, luego de haber posteado un video en el que emulaba muchos aspectos de discursos que empleaba Joseph Goebbels, ministro de propaganda nazi. En su discurso al tomar el cargo, Duarte –quien durante décadas actuó en producciones de la red Globo– dijo que ella apuesta al diálogo y a la pacificación, a la vez que recordó que cuando fue invitada para ocupar el cargo el presidente le dijo que tendría “carta blanca” para tomar decisiones.
La referencia de Duarte parece referir a las varias destituciones que ella ordenó antes de asumir. En la nómina de personas que abandonaron sus cargos se encuentran muchos de los llamados olavistas, seguidores del escritor esotérico de ultraderecha Olavo de Carvalho, uno de los pilares teóricos de un sector de quienes apoyan a Bolsonaro. De todas formas, el presidente no dejó pasar así nomás las palabras de Duarte y le recordó que él tiene poder de veto sobre los nombramientos de todos los ministros y secretarios de gobierno para que la que él ostenta sea la máxima autoridad de la administración federal. “Todos mis ministros recibieron sus carteras de puerta cerrada. Tienen libertad para elegir a sus equipos de trabajo, pero, obviamente, en algunos momentos puedo ejercer el poder de veto sobre algunos nombres”, afirmó Bolsonaro, según consignó la revista Veja.
Las destituciones de los olavistas generaron una oleada de reacciones en las redes sociales, entre ellas la del propio Olavo de Carvalho, quien en su cuenta de Twitter escribió: “Aplaudir la designación de Regina Duarte parece haber sido una cagada mía, una más entre tantas. No sé dónde voy a conseguir tanto papel higiénico”. Las declaraciones de Carvalho parecen moderadas dentro de la catarata de comentarios que repudiaron a Duarte en las redes, a quien llegaron a tildar de “caballo de Troya” y de “comunista”.