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Luiz Henrique Mandetta ministro de Salud de Brasil, en el Palacio de Planalto en Brasilia, el 3 de abril.

Foto: Evaristo Sa, AFP

Bolsonaro decidió remover al ministro de Salud Pública, pero recibió presiones del Congreso y militares y dejó sin efecto la determinación

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El titular de la cartera, Luiz Henrique Mandetta, mantiene profundas diferencias con el mandatario acerca del combate al coronavirus.

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Este lunes en Brasil se produjo una nueva pulseada política, que parece haber debilitado un poco más la posición del presidente Jair Bolsonaro al frente del Poder Ejecutivo. El ex capitán había decidido que el ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, dejara la cartera, en razón de las divergencias entre ambos acerca de cuestiones como el aislamiento social en el marco de las medidas para detener la propagación del coronavirus.

El ministro las defiende, pero no Bolsonaro. Según informaron medios brasileños, dos militares que integran su gobierno, Walter Braga Netto, ministro de la Casa Civil, y Luiz Eduardo Ramos, ministro jefe de la Secretaría de Gobierno, persuadieron al presidente de no destituir a Mandetta. También le expresaron a Bolsonaro su malestar a raíz de esa decisión los jerarcas de las dos cámaras legislativas, Rodrigo Maia y Davi Alcolumbre, titulares de Diputados y el Senado, respectivamente.

Según informó Correio Braziliense, si Mandetta era cesado por el presidente, los diputados tenían pensado avalar el pedido de juicio político contra el mandatario que hace algunos días planteó la Orden de Abogados de Brasil, la entidad representativa de los juristas del país, debido a la actuación irresponsable del mandatario en el manejo de la crisis generada por el coronavirus. Además, desde el Senado le habrían hecho saber a Bolsonaro que la expulsión del ministro de Salud en medio de la lucha contra la pandemia “no sería bien recibida”, informó CNN Brasil.

Posteriormente, en las primeras horas de la noche Mandetta ofreció una conferencia de prensa en la que, además de aportar información sobre el número de personas infectadas por el coronavirus y aquellas cuya muerte fue atribuida a la nueva cepa viral –12.056 y 533, respectivamente–, negó su salida del cargo.

Tras haberse reunido con Bolsonaro, Mandetta dijo a los medios de comunicación: “Vamos a permanecer, porque continuando nosotros vamos a enfrentar a nuestro enemigo. Y nuestro enemigo tiene nombre y apellido: covid-19”. En su comparecencia el ministro reiteró una frase que ya había empleado en algunas ocasiones respecto de su posible renuncia por diferencias con el presidente: “Un médico no abandona a su paciente, y yo no lo voy a hacer”.

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