El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, les transmitió a diputados y senadores allegados a él que recibió un supuesto informe elaborado por agentes de inteligencia en el que queda en evidencia una conspiración en su contra, informó el diario Folha de São Paulo. Según el artículo, Bolsonaro atribuyó intenciones golpistas al presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, y al gobernador de San Pablo, João Doria, así como a un sector del Supremo Tribunal Federal. Sin embargo, de acuerdo con el periódico, Bolsonaro no presentó ninguna prueba sobre sus afirmaciones a los legisladores con quienes habló.
Asimismo, entre rumores de que en los hechos concentró poderes el jefe de gabinete de Bolsonaro, el general Walter Braga Netto, el vicepresidente brasileño, Hamilton Mourão, otro general, se permitió bromear al respecto. Al cruzarse con la prensa en el ingreso a la sala donde se realizó ayer la ceremonia de asunción de un nuevo ministro de Salud, Nelson Teich, Mourão, que estaba siendo filmado, afirmó: “Está todo bajo control”. Y después agregó con gesto pícaro: “Pero no sabemos de quién”.
Las diferencias sobre la estrategia ante la pandemia de coronavirus agudizaron las tensiones en el interior del gobierno de Brasil. Durante la asunción de Teich, designado el jueves para remplazar a Luiz Henrique Mandetta, que mantenía diferencias fuertes con el presidente en cuanto a cómo actuar ante la crisis sanitaria, Bolsonaro reafirmó su posición, entre permanentes referencias a sus numerosos adversarios políticos.
Manifestó su alegría por la llegada de Teich al Ministerio de Salud y abogó una vez más por flexibilizar de manera contundente las medidas de aislamiento social, permitiendo la reapertura de fronteras y de actividades comerciales. “En esta pelea por comenzar a abrir los comercios, yo sé que corro un riesgo, porque si se agrava [la epidemia], el palo va a ser para mí”, afirmó Bolsonaro. “Pero también creo que hay mucha gente que es consciente de que hay que reabrirlos. Hoy mismo, creyendo en la prensa brasileña, leí un artículo que decía que los alcaldes están divididos en cuanto al tema de la reapertura comercial. Hasta hace poco tiempo, 100% o 99% estaba en contra”.
El presidente de Brasil también se mostró partidario de la reapertura de las fronteras. Dijo que dio su opinión sobre el tema y lo analizará con sus ministros. “Hay que comenzar a abrir las fronteras. Mucha gente se pregunta: ¿por qué está cerrada la frontera con Paraguay, que es una frontera seca y no tenemos forma de fiscalizarla?”.
También defendió la apertura de las escuelas. “Hay que enfrentarse a la lluvia, tenemos que enfrentar el virus. No ganamos nada quedándonos en casa. Sabemos que la vida es una sola y que los padres están preocupados con el retorno a clases de sus hijos. Por eso también tienen que reabrir las escuelas. Nosotros no tenemos ninguna noticia de que algún menor de diez años haya contraído el virus, o haya muerto por esto, o haya precisado cuidados intensivos”, dijo.
Por otra parte, el presidente dedicó un tiempo para criticar a sus rivales más enconados en este momento, los gobernadores de los estados de San Pablo, Doria, y de Río de Janeiro, Wilson Witzel. Los dos ex aliados políticos de Bolsonaro impusieron en sus jurisdicciones políticas de aislamiento social similares a las que adoptó la mayoría de los países del mundo.
Al respecto y haciendo referencia a dos casos ocurridos en los últimos días en Río de Janeiro, Bolsonaro afirmó: “Ustedes saben que si de mí dependiera, ningún ciudadano estaría preso en Brasil por esta causa. La detención, según la ley, es para quien estuviese diseminando de forma criminal algo que afectase la salud de todos. Pero ahora, esas escenas que vimos de detener mujeres por estar en una plaza pública, de tirar al piso y ponerle esposas a un ciudadano no logro entenderlas”.
El presidente dijo que la detención de personas por haber violado las restricciones de aislamiento social “tocan el alma de cada brasileño. Y eso no lo podemos permitir”, y agregó: “No voy a alentar la desobediencia civil, pero ese tipo de medidas deben ser rechazadas por todos”.
Bolsonaro, además, se refirió a la decisión adoptada por el Supremo Tribunal Federal (STF), la mayor instancia judicial del país, que esta semana decidió que los gobernadores y alcaldes del país tienen el poder de imponer sus propias reglas de restricción para combatir la expansión del coronavirus. “Es una pena eso, pero yo no puedo intervenir mucho en esto porque el STF decidió que las medidas restrictivas que deben ser respetadas son las tomadas por los alcaldes y gobernadores”, dijo el presidente. “Entonces vamos a respetar la decisión del STF, porque al final de cuentas estamos en una democracia, y además de independencia, tiene que haber armonía entre los poderes”, agregó.