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Oscar Blumetto, de la ONG Vida Silvestre.

Foto: Mariana Greif

Integrante de Vida Silvestre: Uruguay “está muy atrasado” en la gestión de biodiversidad

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El ingeniero Óscar Blumetto criticó que los artículos de la ley de urgente consideración superponen las áreas protegidas a un interés local.

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El ingeniero agrónomo Óscar Blumetto recuerda con claridad aquel abril de 1995 cuando se acercó jovial y curioso a un curso que dictaban unos muchachos y muchachas sobre conservación ambiental. Era el primer curso de la ONG Vida Silvestre, cuatro meses después de su fundación. Desde entonces, celebró cada aniversario con la organización y participó de acciones, investigaciones y programas de conservación de biodiversidad de la naturaleza en Uruguay. En entrevista con la diaria habló de su periplo junto a Vida Silvestre, los objetivos de la organización, las propuestas ambientales de la ley de urgente consideración (LUC) y el impacto de la pandemia del coronavirus sobre el medio ambiente.

Blumetto cuenta que la organización surgió de un grupo de amigos –muy jóvenes, acota– “interesados en la fauna, sobre todo, y también la flora. La idea era conservar o intentar llevar adelante acciones para conservar la naturaleza en Uruguay”. Desde que los conoció, cuenta Óscar, sintió que ese era su lugar y permaneció allí hasta el día de hoy. Incluso pasó por la directiva y la presidencia de la organización.

Vida Silvestre es una organización sin fines de lucro “comprometida con el objetivo de encontrar soluciones prácticas a los desafíos ambientales a todo nivel, desde un enfoque científico, social y sobre todo plural”, según establece en su página web. El texto agrega que trabaja con las comunidades, municipios, entidades educativas, empresas y otras organizaciones.

El camino recorrido

En dos décadas y media Vida Silvestre ha tenido un amplio recorrido; la lista de experiencias y actividades “es bastante larga”, dice el ingeniero, pero se anima a descartar algunas actividades. Por ejemplo, la ONG organizó tres congresos sobre áreas protegidas en Uruguay cuando todavía “no existían áreas protegidas en el país y ni siquiera la ley” que creó el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP). Vida Silvestre implementó en estos años varios programas de conservación, como el programa para la cría y reintroducción del cardenal amarillo en su medio natural, un proyecto “que todavía está funcionando”. Entre los últimas propuestas, Blumetto destaca como “programa insignia” de la organización el desarrollo de “Refugios a la vista”, que muestra las historias de una red de propietarios privados que “hacen conservación en sus campos” y es una propuesta que han desarrollado desde agosto de 2019, pero lanzarán a lo largo de 2020.

Pero las actividades de la organización no se agotan allí. A lo largo de los años sus integrantes se han preocupado por generar diferentes cursos abiertos a todo el público interesado en informarse y formarse sobre la naturaliza nacional, en especial fauna y flora, cuenta Blumetto. También han implementado proyectos con participación de instituciones educativas y caminatas silvestres por diferentes espacios naturales como una “herramienta de educación y sensibilización para alcanzar la conservación de los recursos naturales”, informa la página web de la organización.

Asimismo, Vida Salvaje ha tenido una importante participación en asesorar al Poder Ejecutivo y Legislativo bajo diferentes gobiernos en diferentes propuestas sobre políticas ambientales y en “la ejecución de planes de manejo de áreas protegidas”, dice Blumetto. “Entonces es una lista amplia, de acciones todas siempre tendiendo a contribuir a la conservación de la biodiversidad en Uruguay”, añade el ingeniero.

La propia organización ha evolucionado en sus 25 años de funcionamiento: “Pasamos de ser una organización que era poco más que un grupo de amigos con mucha motivación, a ser una organización muy profesional y profesionalizada donde gran parte de los integrantes tiene una muy buena formación de grado, posgrado, multidisciplinario y que eso por supuesto ha mejorado las posibilidades y el alcance de la actividad de Vida Silvestre”, expresa Blumetto.

Adaptarse al cambio

La profundización de las crisis globales ambientales y los impactos locales han ampliado las exigencias de políticas públicas en materia ambiental y han incrementado la importancia del rol de las organizaciones ambientales. Vida Silvestre no es ajena a esos cambios y está atenta a lo que ocurre y las urgencias locales. “Sin lugar a dudas todo se ha ido transformando”, sostiene Blumetto: “Hay cosas negativas, como el cambio climático y la antropización de muchos sitios, que han sido muy modificadas”. Pero, por otro lado, considera que hay cosas “buenas” en el ámbito legal, como la aprobación del SNAP y otras leyes en pos de la conservación. De todas formas, lo que más destaca es “una sensibilidad mayor en la sociedad por los temas de biodiversidad”, que según él es lo que permite un mayor cuidado del entorno socioambiental donde las personas se desarrollan y la atención, reclamo y exigencia de políticas públicas en la materia a los gobiernos.

Uruguay no es está fuera de la crisis ambiental mundial, de la pérdida de biodiversidad, la pérdida de calidad de sus suelos y de los cursos de agua, la mala gestión de residuos, etcétera. Sobre la conservación de los recursos naturales a nivel nacional, Blumetto considera que el país “está en distintos niveles según en qué aspecto nos fijemos”. Al respecto, destaca la promulgación de la ley de suelos, Nº 15.239, que considera “una buena medida que ha permitido el desarrollo de determinadas actividades bajo un concepto de conservación de suelos que es muy importante”. Además, para el integrante de la ONG, a partir de la preocupación que generó la calidad de agua de la Cuenca de Santa Lucía se generó una movilización por el agua. Pero, a su juicio, aún queda mucho por recorrer: “se han dado pasos muy incipientes; estamos atrasados en temas de gestión de agua”.

Pero para Blumetto aún estamos “más atrasados” en la gestión de biodiversidad: “Nos habíamos comprometido como país a tener, para 2020, un 17% de la superficie terrestre dedicado a áreas bajo protección; tenemos apenas un 1%. En ese sentido, estamos muy atrasados, así como en planes concretos de conservación de la biodiversidad, ya sea a nivel de especies o ecosistemas”, expresó Blumetto. “Nuestro panorama ambiental es diferente según donde nos paremos, hay cosas que estamos haciendo bastante bien y otras en que estamos muy atrasadas”, resumió.

Ambiente y las propuestas en la LUC

Al respecto de las áreas protegidas, dos artículos que modifican la forma en que se introducen las tierras al SNAP fueron introducidos en la LUC que llegó a la instancia de votación en el Senado el miércoles. En primera instancia, desde el Ejecutivo fueron propuestas dos normas que no convencieron a la oposición ni a sus propios socios de coalición de gobierno. Estos artículos, en resumen, proponían que para anexar una propiedad privada al sistema se necesitaba el consentimiento de los propietarios. Sin el consenso necesario se trabajó en una nueva redacción.

En el texto sometido a votación en la cámara alta se propone que para incorporar un área “pública o privada” al SNAP, el Ejecutivo, desde la formulación de la propuesta o en el caso de que se amplíen las áreas protegidas que integran el sistema, “se hará en acuerdo con los gobiernos departamentales competentes” y deberá cumplir “las disposiciones, instrumentos y principios de ordenamiento territorial y desarrollo sostenible vigentes en acuerdo con las autoridades departamentales competentes”.

Para Blumetto, la modificación “tiene la ventaja de haber quitado el consentimiento individual para formar parte de un área protegida de parte de los propietarios”, mientras agrega el trabajo con los gobiernos departamentales, algo que en realidad ya se hacía: “ningún área protegida fue propuesta ni instrumentada sin la participación de los gobiernos departamentales”, aclara. “Eso, desde el punto de vista del funcionamiento, está muy bien que se haga así porque facilita y aceita los mecanismos para que funcionen bien”, sostiene, pero también advierte que puede plantear dificultades porque la ley “supone que queda un interés nacional bajo la decisión departamental”.

De todas formas, en materia de áreas protegidas, para el integrante de Vida Silvestre “queda mucho para trabajar”, planteo que hicieron a los senadores en la Comisión Especial que estudió la LUC en la cámara alta. “Hay muchos otros aspectos que hay que evaluar y tratar de mejorar. Por lo tanto, la inclusión de estos artículos en la LUC no nos parecía bien porque teníamos que darnos un espacio de tiempo y de participantes mucho mayor para discutir esas modificaciones y no hacerlo así tan rápido”, expresó Blumetto.

En el caso de la propuesta de la creación del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Blumetto expresó su apoyo. “Tenemos esperanzas de que eso facilite y le dé jerarquía a muchos temas ambientales que hoy no la tienen”, dijo. De todas formas, sostuvo que se debe aguardar para ver cómo se implementa el ministerio para “cumplir su misión”. Uno de los aspectos que preocupa a la organización, y que para Blumetto puede ser “un tema serio”, es dónde se ubicará la Dirección de Ordenamiento Territorial, que en la ley no se nombra como competencia del nuevo ministerio, por lo tanto, permanece bajo la órbita de lo que será el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial. Lo más lógico para el ingeniero es que la dirección sea transferida al nuevo ministerio.

“Estaría muy bien que todas las potestades de conservación que hoy están distribuidas en otras oficinas, cuyos cometidos principales no son esos, pasaran al Ministerio de Ambiente, como todo lo relativo a los montes nativos y los recursos acuáticos”, sostuvo Blumetto, y contó que en Uruguay hay una experiencia previa que fue exitosa, cuando Fauna estaba en el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca y pasó al MVOTMA. “Si bien todavía queda mucho por hacer en el tema fauna, empezó a mejorar la efectividad, porque pasó a estar en la órbita de un ministerio cuyos intereses y competencias tenían más que ver con el tema que dónde estaba antes”.

Medio ambiente y pandemia

En el contexto que atravesamos, era inevitable conversar sobre la llegada de la pandemia del nuevo coronavirus a Uruguay y su impacto en el medio ambiente. En varios países del mundo se han realizado estudios sobre cómo afectan las medidas de emergencia sanitaria al medio ambiente, por ejemplo, en la disminución de las emisiones de dióxido de carbono. En las redes sociales se han viralizado videos de animales apoderándose de espacios en ciudades normalmente muy pobladas, o delfines en los canales de Venecia, Italia, pero en Uruguay el impacto no fue tan evidente.

“Todos pudimos ver algunas de esas cosas que pasaron en el mundo, sobre todo en sitios muy poblados donde la baja de la actividad permitió que salieran a la luz algunos seres vivos que no estaban teniendo la oportunidad”, dijo Blumetto, y expresó que en Uruguay “el efecto más grande que se vio fue cuando se exhortó a no salir en Semana de Turismo, una actividad que tradicionalmente deja huellas graves en el campo uruguayo desde el punto de vista de la fauna, porque mucha gente sale a cazar”.

En tanto, desde el punto de vista de la reflexión sobre un Día del Medio Ambiente en este contexto particular, Blumetto se mostró poco esperanzado y se animó a soltar un “esperemos que este contexto nos ayude a valorar del cuidado medio ambiente de otra forma”, y agregó que “lamentablemente las crisis a veces nos hacen pensar en cosas que nos pasan, pero después se superan y las cosas vuelven más o menos a la normalidad y no siempre aprendemos de lo que pasó”. “Ojalá me equivoque, pero no veo que esto haya provocado algo que nos permita generar algo de largo plazo permanente, sino que se trata de una coyuntura que puede beneficiar momentáneamente al medio ambiente, pero que se va a revertir”, manifestó.

“Refugios a la vista”

Este año, con motivo de la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, y por el nuevo aniversario de la organización, decidieron inaugurar el ciclo de entrevistas “Refugios a la vista”, que relata las historias de propietarios privados que “apuestan a la conservación de biodiversidad en sus tierras”, informa Vida Silvestre en un comunicado. Blumetto sostuvo que, así como hablamos de los problemas de conservación, esta iniciativa intenta “rescatar que hay gente que quiere conservar la biodiversidad y hacer las cosas bien”. El ingeniero contó que los relatos son muy diversos; hay propietarios que realizan actividades turísticas en sus campos pero otros se dedican a la producción rural.

El ciclo se inaugura hoy, 5 de junio, con un video general que “cuenta qué es ‘Refugios a la vista’” y luego “va a haber un video por cada uno de los refugios, que van a salir cada 15 días”. En cada una de las historias los protagonistas presentarán “qué hacen, dónde están y qué conserva cada refugio”, explicó Blumetto. La Red de Refugios de Vida Silvestre está integrada por 18 refugios, en 11 departamentos.

A raíz de la propuesta, Blumetto contó que Uruguay no cuenta con un marco legal para reservas privadas, algo que ya existe en muchos lugares del mundo, y agrega que “estaría bueno que desde el punto de vista legislativo se avance en eso y se logre ese instrumento”.

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