En las últimas 24 horas en Brasil se registraron 1.277 muertes atribuidas al coronavirus, en tanto que fueron diagnosticados 47.984 nuevos casos. Con estos nuevos datos, el total de fallecimientos atribuidos a la enfermedad desde el comienzo de la pandemia es de 61.990 y el de infectados asciende a 1.501.353.
Estos datos no fueron los suministrados por el Ministerio de Salud Pública, que presentan leves variaciones pero significativas, son fruto del trabajo conjunto que están llevando adelante varios medios brasileños, entre los que se cuentan Folha de São Paulo, O Estado de São Paulo, Extra, O Globo, G1 y UOL para reunir y difundir los datos de la pandemia.
Los números son aportados directamente por las secretarías de Salud de cada estado y se difunden diariamente en las primeras horas de la noche. En esta ocasión los datos difirieron muy poco de los oficiales, que informaron que hubo 1.252 muertes y 48.105 infecciones nuevas. Así, de acuerdo a los números del ministerio, el total de fallecimientos es de 61.884 y el de infectados de 1.496.858, de acuerdo a lo que informó Folha.
Mientras las medidas de aislamiento social y de cierre de la actividad económica comienzan a relajarse en la mayor parte del país, el número de muertes y contagios no para de crecer y la tasa de fallecimientos es de 29,6 cada 100.000 habitantes.
Pero al tiempo que la enfermedad sigue siendo un problema enorme en el país, porque además de las consecuencias sanitarias ha repercutido en gran medida en la ya golpeada economía, nuevas revelaciones apuntan a que el nuevo virus está presente en Brasil desde mucho tiempo antes de que se informara sobre los primeros casos.
Así lo reveló una investigación realizada por investigadores pertenecientes a la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC) difundida este jueves. Según este estudio, el Laboratorio de Virología Aplicada de esta casa de estudios catarinense encontró rastros del virus Sars-CoV-2 en aguas cloacales de la ciudad de Florianópolis en muestras tomadas en el mes de noviembre del año pasado. La investigación, según se informó, fue realizada en conjunto con técnicos de la Universidad de Burgos, España.
El estudio, cuyas principales conclusiones reprodujo el diario carioca O Globo, apunta que los primeros registros del nuevo coronavirus fueron detectados en las muestras del día 27 de noviembre, a partir de un análisis de muestras que eran regularmente tomadas por el laboratorio de esta universidad. La concentración del virus en las aguas cloacales fue aumentando hasta marzo, cuando se realizó la última recolección de estas aguas, antes del comienzo de las medidas de aislamiento social en la ciudad de Florianópolis, la capital catarinense.
Gislaine Fongaro, viróloga y profesora de la UFSC, afirmó a O Globo que no existen dudas sobre que el virus que hallaron en las muestras es el nuevo coronavirus. “Nosotros cuantificamos las copias del genoma del virus y tenemos la certeza absoluta de que lo que encontramos es Sars-CoV-2, porque existen algunos marcadores del genoma del virus”.
La investigadora dijo que el descubrimiento realizado por ella y su equipo no quiere decir que el surgimiento del virus se haya registrado en Brasil, sino que la pandemia comenzó muchos antes de lo que se pensaba. Fongaro agregó que, si “todos conseguimos acceder a aguas cloacales en forma retroactiva, en la gran mayoría de los casos se van a encontrar con la presencia del coronavirus”.
La investigadora explicó que “si se llegó a la conclusión de que el virus demora entre 15 y 20 días para generar una infección aguda, y en diciembre del año pasado, en la ciudad de Wuhan, en China, ya había personas que estaban muriendo por covid-19, es obvio que el virus ya circulaba entre la población mucho antes de eso”.