Numerosas reacciones causaron en Brasil las nuevas filtraciones reveladas esta semana por el sitio de investigación The Intercept y la Agencia Brasil, en las que queda en evidencia la cercana colaboración que existió entre los principales fiscales y miembros de la operación Lava Jato e integrantes del Departamento de Justicia de Estados Unidos y agentes del FBI. Esa colaboración se extendió durante el desarrollo de la extensa investigación judicial que derivó en el encarcelamiento del ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y la imposibilidad de su candidatura en las elecciones de 2018.
Los múltiples mensajes publicados por los dos medios se suman a las primeras filtraciones sobre este caso, divulgadas por The Intercept en junio de 2019. Aquellas publicaciones pusieron de manifiesto la intencionalidad política con la que se actuó en el caso, y dejaron mal parados a muchos de los actores judiciales que participaron en el proceso, sobre todo a Deltan Dallagnol, quien se desempeñaba como el fiscal principal, y a Sérgio Moro, el juez del caso.
De acuerdo con The Intercept y Agencia Brasil, durante la última década el FBI cambió su estrategia de operaciones en la región, apuntando a las investigaciones sobre corrupción y lavado de dinero en territorios fuera de Estados Unidos. Para esto tomó como base la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA, por sus siglas en inglés), una legislación que busca evitar los sobornos y creada en el año 1977. Así fue que durante el desarrollo de la operación Lava Jato llegaron a Brasil por lo menos 13 agentes del FBI para actuar directamente en este caso, que tuvo como eje hechos de corrupción que involucraban a la petrolera estatal brasileña Petrobras y la empresa constructora Odebrecht.
Uno de los primeros en reaccionar ante estas nuevas revelaciones fue el ex presidente Lula. En su cuenta de Twitter escribió: “Nosotros hemos denunciado desde hace años la participación del Departamento de Justicia de Estados Unidos en la operación Lava Jato. Señalamos hechos concretos, mientras ellos nos decían que se trataba de una teoría conspiratoria. Ahora esto está saliendo a la luz”. Hacía referencia al argumento empleado en muchas ocasiones por el ex juez Moro cuando era cuestionado acerca de la injerencia estadounidense dentro de la operación.
El ex presidente agregó que el objetivo de toda la investigación era Petrobras, además de otras empresas del país. “Las compañías brasileñas de construcción estaban ganando licitaciones para realizar obras públicas en Medio Oriente, y las compañías estadounidenses quedaban en segundo lugar. Algún día se sabrá toda la verdad de esta historia”, publicó en Twitter.
El jueves, el principal abogado de Lula, Cristiano Zanin, dijo que su defendido “fue víctima de una persecución”, informó el diario Correio do Brasil. Afirmó que las nuevas divulgaciones, sumadas a las que ya se habían realizado el año pasado, demuestran claramente la interferencia de Estados Unidos en la operación Lava Jato, hecho que, a su entender, es suficiente para declarar nulo todo el proceso judicial contra Lula, que estuvo preso 19 meses por esta causa. Actualmente está en libertad, pero aún no goza de derechos políticos plenos porque todavía hay en curso causas en su contra.
Para el abogado, la nueva información expone “la responsabilidad directa de Estados Unidos en el encarcelamiento de Lula, quien fue condenado en forma ilegal”. Dijo que pidió al Ministerio de Justicia datos acerca de los diálogos entre los representantes del gobierno estadounidense y los integrantes de la operación Lava Jato, aunque por el momento esas informaciones le “fueron negadas”. Aclaró que no pretende acceder a conversaciones privadas, sino a las que se hicieron dentro del aparato estatal y refieren a acciones realizadas por agentes públicos brasileños por fuera de la ley y con el objetivo claro de perjudicar al líder del Partido de los Trabajadores.
Explicó que la FPCA, la ley estadounidense bajo la cual el FBI intervino en la operación Lava Jato, “inicialmente era una norma destinada a castigar a empresas estadounidenses que incurriesen en sobornos en sus operaciones fuera del país. Pero posteriormente, comenzó a servirle a Estados Unidos como una poderosa arma para ampliar su jurisdicción fuera de su territorio”. Agregó que la ley se utiliza, por ejemplo, para sancionar a empresas brasileñas, sin importar si estas tienen relaciones directas con Estados Unidos. Alcanza con un correo electrónico enviado desde un servidor situado en territorio estadounidense o una reunión puntual en Estados Unidos, para crear jurídicamente la conexión.
Según Zanin, esta táctica fue “ampliamente utilizada” en el caso Lava Jato, en el que se estableció que la “cooperación con las autoridades estadounidenses fue intensa, informal, al margen de la ley y, por lo tanto, fuera de los canales oficiales”.
A su vez, Lula dijo que espera que en algún momento la Justicia lea los expedientes de su proceso, “para dejar en claro la farsa que promovieron” para excluirlo de las elecciones. El dirigente anunció que presentó “un pedido de anulación del proceso llevado adelante por Moro en la Suprema Corte”.