Con un panorama desolador por la gigantesca explosión que el martes sacudió a buena parte de Beirut, la ciudad se encuentra, por disposición de las autoridades, en estado de emergencia por dos semanas, bajo el control del Ejército. De acuerdo a los últimos reportes oficiales, la detonación que se produjo en un depósito del puerto de la capital libanesa en el que estaban almacenadas desde hace seis años 2.750 toneladas de nitrato de amonio –un compuesto químico empleado, entre otros usos, para la fabricación de explosivos– mató a casi 140 personas e hirió a más de 5.000. De todas maneras, las autoridades expresaron que el número de muertos y heridos seguirá en aumento, a medida que los rescatistas siguen trabajando entre los escombros para localizar sobrevivientes de la masacre, que causó daños en buena parte de la ciudad.
Por el momento sigue sin estar del todo clara la causa de la explosión. El mismo día de la tragedia, las autoridades libanesas relacionaron la explosión con la enorme cantidad de nitrato de amonio confiscado que estaba en el puerto. La Justicia dispuso poner bajo arresto domiciliario, bajo custodia militar, a las principales autoridades del puerto de Beirut, hasta que se esclarezcan las responsabilidades por el hecho. Así lo confirmó en declaraciones consignadas por agencias internacionales la ministra de Desplazados, Ghada Shreim Ata, quien informó que permanecerán detenidos “todos los directivos del puerto responsables del almacenamiento, la protección y la inspección de los materiales explosivos” que se desempeñaban en la zona portuaria desde 2014.
Por su parte, el ministro del Interior, Mohamed Fahmy, explicó que por el momento la medida se limitará a personas que ocupaban altos cargos en el puerto, si bien ha insistido en que las tareas de investigación están en curso. Agregó, que las pesquisas durarán cinco días y que serán trasparentes, algo que fue puesto en duda por algunos legisladores, teniendo en cuenta el elevado nivel de corrupción existente en Líbano.
Precisamente, la corrupción había sido una de las causas que desde el año pasado habían generado protestas en el país, que está sumido en su peor crisis económica desde el final de la devastadora guerra civil que enfrentó a cristianos y musulmanes entre 1975 y 1990, agudizada en la actualidad por la crisis generada por el coronavirus.
Algunas de las máximas autoridades portuarias de Beirut hablaron con medios locales y expresaron que ya habían alertado sobre la peligrosidad del material que se estaba almacenando.
Hassan Koraytem, gerente general del puerto, dijo a la emisora local OTV que el nitrato de amonio estaba en el puerto por una orden judicial, luego de que el material quedara dentro de un barco con bandera moldava. Según trascendió, el compuesto químico había sido embarcado en el puerto de Batumi, en la ex república soviética de Georgia, donde había sido fabricado, y tenía como destino el puerto de Beira, en Mozambique.
El barco que transportaba el peligroso compuesto estaba en pésimas condiciones, según informaron agencias internacionales, razón por la cual en octubre de 2013 llegó al puerto de Beirut en busca de ayuda. A la embarcación, denominada Rhosus, propiedad de un empresario ruso que la había abandonado –no les pagaba a sus tripulantes y se había desentendido completamente de su destino– no le fue permitido seguir navegando debido a su estado desastroso. De este modo fue que la enorme cantidad de nitrato de amonio quedó almacenada en la terminal portuaria de la capital libanesa.
Koraytem expresó que había pedido en reiteradas ocasiones a las autoridades que el material se exportara o eliminara, pero que “no pasó nada”. En la misma línea, Badri Daher, director general de Aduanas de Líbano, dijo al canal de televisión local LBCI que había advertido sobre el peligro que representaba el nitrato de amonio almacenado, pero sus pedidos para que se eliminara fueron repetidamente ignorados. Daher expresó que la aduana había enviado seis pedidos al Poder Judicial advirtiendo que el material almacenado representaba un enorme peligro. “Solicitamos que se reexportara, pero eso no sucedió. Ahora veremos que los expertos e interesados determinen por qué”, concluyó.
Paralelamente, una fuente oficial libanesa cuya identidad no fue revelada, le dijo a la agencia de noticias Reuters que la explosión se debió a “una negligencia”. Agregó que la cuestión de la seguridad del material almacenado había sido presentada ante varios comités y autoridades judiciales sin que se “hiciera nada” para retirar o deshacerse del compuesto, cuya peligrosidad era por demás conocida. Según informó el diario inglés The Guardian, hace seis meses funcionarios habían inspeccionado el depósito donde se guardaba el nitrato de amonio y advertido que si no se sacaba eso de ahí, “volaría todo Beirut”.
Una ciudad destrozada
Además de generar cuantiosos daños en la zona portuaria, que quedó prácticamente destruida, al igual que los barrios aledaños, la enorme ola expansiva de la explosión causó destrozos en vastas zonas de Beirut, donde viven aproximadamente dos millones de personas. El gobernador de la ciudad, Marwan Aboud, dijo que alrededor de 300.000 personas se quedaron sin hogar. Al ser entrevistado por una periodista de la cadena Sky News, el jerarca rompió en llanto cuando se le preguntó por la situación. “Necesitamos ser fuertes, pero esto es demasiado para que un pueblo lo soporte”, expresó Aboud, quien dijo no tener datos nuevos sobre la situación en ese momento, sino simplemente “la catástrofe frente a mí”.
Además, como si lo anterior fuera poco, la violenta explosión en el puerto ocasionó que se echara a perder 85% de los granos almacenados en el principal silo del país, situado muy cerca de donde estaba guardado el nitrato de amonio. En declaraciones publicadas por la agencia de noticias pública libanesa NNA, el ministro de Economía y Comercio, Raoul Nehme, dijo que el trigo almacenado en el depósito estaba ahora “contaminado” y no podía usarse. Sin embargo, insistió en que hay suficiente para cubrir las necesidades inmediatas del país. Nehme dijo que tras la catástrofe hay reservas para cubrir las demandas de aproximadamente un mes, pero remarcó que se importará más trigo.
El tétrico cuadro de situación motivó numerosas reacciones desde muchos países, que ya comenzaron a enviar ayuda de todo tipo hacia Beirut, desde cargamentos con alimentos, medicamentos e insumos médicos hasta recursos humanos como médicos y otros profesionales de la salud para paliar la emergencia. Irán, Qatar, Holanda y Francia, entre otros países, ya tienen equipos trabajando en la capital libanesa.
En el caso de Francia la situación es particular, ya que la nación gala colonizó Líbano entre 1920 y 1946, por lo que existen fuertes lazos en todos los ámbitos entre ambos países. Por ello, el presidente francés, Emmuanuel Macron, llegará el jueves a Beirut para reunirse con las principales autoridades libanesas, incluidos su homólogo, Michel Aoun, y el primer ministro, Hasán Diab, de acuerdo a lo que informaron fuentes del Ejecutivo francés citadas por el periódico Le Figaro.
En este de marco de grandes aportes globales dirigidos hacia Líbano, la organización Amnistía Internacional (AI) llamó a la comunidad internacional a aumentar la ayuda humanitaria en este momento, pero también abogó por la realización de una investigación independiente de los hechos que ocasionaron la tragedia. Según consignó la cadena qatarí Al Jazeera, Julie Verhaar, secretaria general interina de la entidad, dijo: “Sea lo que sea lo que haya causado la explosión, incluida la posibilidad de que una gran cantidad de nitrato de amonio haya sido almacenada de forma insegura, AI pide que se establezca rápidamente un mecanismo internacional” para investigar cómo sucedió esto.