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Ómnibus de transporte urbano (archivo, marzo de 2020).

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El coronavirus y los cambios en la movilidad en Montevideo, Rosario y Curitiba

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Uno de los desafíos es que el transporte público no sea estigmatizado, se planteó en el 6° Encuentro de Ciudades Inteligentes.

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“Planificando la movilidad de una ciudad que se detuvo” fue este jueves uno de los paneles de discusión de la segunda jornada del 6° Encuentro de Ciudades Inteligentes, organizado por la Intendencia de Montevideo (IM).

Participaron Gonzalo Márquez, director de Transporte de la IM; Mónica Alvarado, docente de la Universidad Nacional de Rosario y directora de Transporte y Movilidad del Gobierno de esa ciudad argentina; e Ismael Bagattini, gerente del área de Ocupación del Transporte Público de Curitiba, Brasil.

En pandemia por la covid-19 a las tres ciudades les pasó lo mismo: bajó el uso del trasporte público, en especial durante los meses de marzo y abril.

Márquez especificó que en Montevideo la caída en el uso del transporte público cayó luego del 13 de marzo, día en el que se declaró la pandemia, de manera “brusca y rápida”. “A finales de marzo y en abril el sistema de trasporte estaba en 20%. De un millón de viajes pasamos a 200.000”, una cifra que fue evolucionando según las distintas fases. Las estimaciones de la IM señalan que a fin de año la caída será de 40%, la última referencia de una caída es de 2002, cuando la reducción fue de 10%. El jerarca de la IM aseguró que en la capital la oferta de ómnibus “siempre estuvo por encima” de la demanda, “para generar condiciones de mayor distancia entre las personas”, y comentó que gracias a los datos obtenidos mediante la tarjeta STM pudieron planificar las líneas para que no superaran los 45 pasajeros por coche, 35 asientos ocupados y hasta diez personas paradas.

Uno de los datos de estos meses fue que cambiaron las horas pico, dejaron de ser en la mañana, al mediodía y a la tarde, a ser entre las 14.00 y las 15.00. La hipótesis del integrante de la IM es que esto se debió al cambio en los horarios de trabajo y en que muchas personas dejaron de hacer cosas e iban directo a sus hogares. Márquez reiteró que en la actualidad la oferta es de 85%, pero algunas líneas están por encima del 100%, “eso es posible porque algunas están por debajo”, aseguró.

Por su parte, Alvarado comentó que en Rosario, una ciudad con más de un millón de habitantes y 178 kilómetros cuadrados, tuvo hasta ahora 1.266 casos de coronavirus y 12 personas fallecidas, en la actualidad están en fase 5, pero aún no se retomaron las clases presenciales en primaria, secundaria ni en la universidad.

Sobre la movilidad dijo que gracias al seguimiento satelital, que está en los ómnibus, los trolebuses y los taxis, pudieron saber en tiempo real cuál era la demanda, además de poder controlar, con el mismo sistema, todos los vehículos de la ciudad. En Rosario hay un centro de monitoreo integrado donde se puede controlar a través de cámaras los semáforos, los parquímetros, “con una mirada abarcativa que incluye el alumbrado o la higiene”. La demanda actual en Rosario es de 74% con respecto a antes de la pandemia. Así como Montevideo tiene la STM, Rosario tiene la tarjeta MOVI, con la que se pueden pagar todos los servicios de trasporte, incluyendo las bicicletas públicas y los estacionamientos, Alvarado comentó que próximamente se habilitará el pago de taxis. De cara al futuro la rosarina dijo que “habrá modificaciones en los patrones de movilidad” por lo que están trabajando en una encuesta para saber cuáles fueron las modificaciones.

La premisa es cómo piensa la gente que se van a mover y cómo lo hacía antes, esto va a permitir comparar la situación en diferentes ciudades que hagan el mismo relevamiento y poder analizar patrones de comportamiento, porque dejará de haber “un porcentaje de viajes por el teletrabajo”. Uno de los desafíos para Alvarado es no estigmatizar el trasporte público, y dijo que una buena medida tomada en Montevideo y en su ciudad fue no prohibir el acceso al transporte, algo que no pasa en Buenos Aires, en donde sólo los trabajadores esenciales pueden circular en los transportes públicos. Además, señaló que a pesar de que las clases no se iniciaron en Rosario, el uso de los autos particulares es de 100%.

En tanto, Bagattini dijo que en Curitiba se debió legislar para que el transporte siguiera funcionando, ahora las empresas tienen un subsidio por kilómetros recorridos. En principio la medida era por tres meses, pero ahora se extendió hasta diciembre de este año. Algunas de las medidas implementadas en esa ciudad para prevenir contagios fue la desinfección de las unidades, en las paradas y estaciones finales, el aislamiento de los conductores con mamparas de acrílico y la colocación de termómetros digitales en la vía pública, para que la gente se pueda tomar la temperatura y, en caso de ser necesario, consultar con un centro de asistencia.

Sobre la cantidad de pasajeros, Bagattini contó que antes de la pandemia había un millón y medio de pasajeros y ahora sólo 350.000. En el caso de la ciudad brasileña se permite el 50% de ocupación en los coches.

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