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Ilustración: Ramiro Alonso.

Los desafíos del periodismo en el interior del país

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En el interior del país se editan cerca de un centenar de publicaciones periódicas entre diarios, semanarios, quincenarios y mensuarios. La mayor parte es llevada adelante por pequeñas empresas, incluso unipersonales. También existen medios de mayor porte, generalmente instalados en las capitales departamentales, que incluso imprimen en sus propias rotativas. En conjunto, esos periódicos llegan a centenares de miles de hogares. Hoy se enfrentan con los desafíos de la supervivencia, que imponen la pérdida de lectores, la masificación de internet y las redes sociales, así como un injusto sistema de distribución de la publicidad oficial que asigna un altísimo porcentaje de esta a los medios capitalinos, aunque, sumados, están lejos de vender las mismas cantidades que sus colegas del interior.

la diaria conversó con cuatro directores de periódicos para analizar el presente y el futuro del periodismo en el interior del país. Adriana Martínez (El Pueblo, de Salto), Sebastián Cáceres (Centenario, de Cardona y Florencio Sánchez), Javier Perdomo (La Semana, de Libertad) y Raúl Vernengo (Primera Página, de Minas) creen que las versiones en formato papel tienen “larga vida”, aunque su supervivencia estará condicionada al periodismo de calidad.

¿Cuál es el diagnóstico que hacen de la situación del periodismo local, de la prensa escrita, en todas sus dimensiones: en la relación con los lectores, con la financiación? ¿Cuál es el modelo de financiación elegido?, propuso la diaria para empezar la conversación.

Martínez respondió que El Pueblo apuesta a continuar con el proyecto de diario en papel y que para consolidar esa idea “hace un año, tras muchas idas y vueltas, concretamos el anhelo de comprar una rotativa con planes de hacer otro tipo de trabajos”. Sin embargo, apareció la covid-19 con un manto de incertidumbres para El Pueblo. “Llegó esta pandemia que nos cambió la vida, y todos aquellos trabajos que teníamos pensado hacer quedaron truncos no sabemos hasta cuándo”, dijo. No obstante, la periodista salteña mantiene el optimismo: “Nosotros consideramos que, más allá de las bajas y de las dificultades, el periodismo es una vocación. Los medios del interior, y específicamente El Pueblo, contamos con que la gente lee mucho más de lo que se piensa. Evidentemente hay gente que dejó de comprar diarios, y si hablamos de cinco años para atrás el tiraje ha bajado un poco, pero no representa una cifra tan preocupante”. La principal preocupación de Martínez en este momento de pandemia es la caída de la publicidad.

Sebastián Cáceres cree que “los desafíos en el periodismo local y en el interior son iguales a los desafíos del periodismo en general”. “En Cardona y Florencio Sánchez, que son los lugares donde estamos instalados, cambiaron los hábitos de consumo, cambió el mercado publicitario y las redes sociales están cobrando cada vez más notoriedad, pero siguen siendo las marcas y los medios tradicionales los que generan mayor confianza en el público, y a la hora de verificar si una información es cierta o no, los lectores acuden a estos medios escritos”, sostuvo.

Cáceres afirmó que la lectoría de los medios del interior también bajó en los últimos cinco años, y aporta números al respecto. “En 2017 se consumieron en el interior del país 856 toneladas de papel, en 2018 fueron 801 y en 2019 fueron 725”. Para el director de Centenario, la caída de lectores y de la pauta publicitaria “no es algo puntual de la pandemia, sino que es algo que viene ocurriendo desde hace varios años y que se va profundizando, y en el fondo creo que se trata de un tema cultural, más allá de una coyuntura económica puntual que estamos atravesando en este momento”. “Hoy los medios de prensa estamos viendo con mayor preocupación, y con la necesidad de generar alternativas más rápidas, cómo podemos enfrentar esta situación”, señaló. Al igual que ocurre con la mayor parte de los medios del interior, Centenario tiene en la venta de suscripciones la principal fuente de ingresos económicos.

En tanto, Javier Perdomo reconoce que “hace cinco años nosotros mirábamos el fenómeno que estaba sufriendo la prensa mundial, incluyendo a la montevideana, con cierta tranquilidad, porque no nos veíamos afectados de la misma forma por la irrupción de las nuevas tecnologías”. Sin embargo, ahora las empresas periodísticas del interior uruguayo “hemos empezado a vivir un proceso lento de desgaste y de pérdida de lectoría en el formato papel, a la vez que hemos ido aumentando la presencia en las redes, que es todo un desafío”. La principal fortaleza que tienen los periódicos del interior, sostuvo, es “contar las cosas que pasan en nuestras comunidades, hablarle a la gente del cuadro de fútbol, de las cosas que están ocurriendo en la comunidad –fiestas religiosas, actos protocolares en las instituciones o un robo que llame la atención, entre otras muchas–, que obviamente no las encontrará en ningún medio de circulación nacional”.

Para Perdomo, la pérdida de lectores “impone nuevos desafíos de ahora en adelante, como la reconversión”. “Todos estamos pensando cómo nos reconvertimos, cómo tratamos de llegar de otra forma, cómo tratamos de monetizar nuestros mensajes por medio de las redes sociales, y a la vez estamos pensando en cómo potenciar la versión en papel, porque ninguno tiene intención de abandonarla”, aseguró. El director de La Semana de Libertad sostuvo que “hemos tenido mejores momentos que el actual, y seguro que la pandemia ha generado desafíos, fundamentalmente por la pérdida de anunciantes, pero no lo hemos sentido tanto en materia de suscripciones, que es nuestro fuerte”.

El director de Primera Página, Raúl Vernengo, observa que la caída de lectores de periódicos impresos es un fenómeno que ha perjudicado a la prensa occidental, “pero no es un fenómeno mundial, porque al mismo tiempo en el sudeste asiático ha aumentado de modo constante la venta de periódicos. Entonces esa pérdida no es un fenómeno general”. Vernengo cree que los medios del interior tienen la capacidad de enfrentar con fuerza ese fenómeno que ha jaqueado a una enorme cantidad de empresas periodísticas. “En el interior de nuestro país existen aproximadamente entre 90 y 100 periódicos entre diarios, semanarios, quincenarios y mensuarios, que en conjunto acumulan centenares de miles de lectores. ¿Cuál es el secreto para que existan tantos periódicos?”, pregunta el director de Primera Página. Y él mismo responde: “Nosotros hacemos un periodismo de proximidad con noticias, relatando sobre la realidad en un radio aproximado de 50 kilómetros dentro de nuestros departamentos, sobre cosas que los medios nacionales normalmente no informan. Ese es el secreto de la prensa del interior para mantenerse en el tiempo y para lograr un relativo éxito, y a esta altura del campeonato la propia supervivencia es un éxito para nosotros”.

La independencia

Vernengo considera que el modelo de negocios basado en la venta de suscripciones es la fuente de supervivencia económica, que también aporta independencia a la hora de relacionarse con las intendencias y municipios de las respectivas zonas de influencia. El periodista minuano apunta a cambiar las reglas que rigen los criterios de distribución de la pauta oficial por parte del gobierno central. “De manera sistemática los periódicos del interior son muy leídos; las pocas mediciones que existen hablaban hace cinco años de que los periódicos de alcance nacional tenían la misma cantidad de lectores que los medios del interior sumados. Nosotros creemos que ahora la cantidad de lectores de periódicos en el interior supera a la cantidad de lectores de periódicos que se publican en Montevideo y tienen alcance nacional”. No obstante, “más de 95% de la pauta publicitaria para medios escritos ha estado dirigida a los medios de la capital, a pesar de que no tienen 95% de los lectores”, asegura.

Con algunos matices, los cuatro periodistas consultados por la diaria coinciden en el diagnóstico de la realidad que viven los periódicos del interior, así como a la hora de indicar cuáles son las recetas que deben aplicarse para perdurar. “Lo que puede salvar a los medios de comunicación es ofrecer periodismo de calidad, más allá del formato y de las plataformas. Los medios del interior tenemos que apostar a hacer periodismo de calidad, con noticias contextualizadas, trabajadas por profesionales de la comunicación, en tiempos en que la información falsa y las noticias no chequeadas campean. Ahí está el futuro de nuestros medios”, confía Vernengo, algo que también apoyan sus compañeros de mesa.

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