Celestino Córdova es un líder espiritual mapuche que en 2013 fue condenado a 18 años de cárcel como responsable de un incendio voluntario que causó la muerte de una pareja de estancieros en la conflictiva zona de La Araucanía. El día del crimen fue detenido a dos kilómetros de la estancia con una herida de bala, pero su defensa argumentó que no estuvo involucrado en los hechos.
Tras cumplir condena por casi siete años, Córdova pidió que le dieran prisión domiciliaria durante seis meses para renovar su energía espiritual en su comunidad, e inició una huelga de hambre hace más de 100 días. Uno de sus argumentos es que Chile firmó un convenio internacional en el que se reconoce a los miembros de pueblos imaginarios varios derechos, entre ellos el de cumplir penas en su comunidad.
La solicitud de Córdova fue rechazada por la Corte Suprema la semana pasada y el mapuche, que ya tiene un estado delicado de salud, decidirá este lunes si inicia una huelga seca. En la noche de este domingo el gobierno chileno presentó una última oferta al líder espiritual: la de que pase 15 horas en su comunidad para participar en una ceremonia religiosa.
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La situación ha llevado los niveles de tensión al máximo en La Araucanía y las protestas y los enfrentamientos con la policía se han repetido en las últimas semanas. Los mapuches han generado incendios y ocupado edificios públicos y también denunciaron una represión excesiva por parte de Carabineros y abusos cometidos durante desalojos forzados.
Para verificar estas denuncias este sábado llegó a la zona una comisión de la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que es liderada por la ex presidenta chilena Michelle Bachelet.