El presidente estadounidense insiste en que el voto por correo, que este año está en aumento por la crisis sanitaria, abre la puerta al fraude electoral. A su vez, dirigentes de la oposición advierten que en la votación del 3 de noviembre está en juego la democracia de su país y llaman a no dejarse robar la elección.
“Este gobierno ha demostrado que derribará nuestra democracia si eso es lo que hace falta para ganar”, dijo el ex presidente estadounidense Barack Obama. En su discurso ante la Convención Nacional Demócrata, que este año fue virtual debido a la pandemia de covid-19, Obama dijo que el presidente Donald Trump busca “dificultar lo más posible” el voto y que “así es cómo la democracia se marchitará, hasta que no haya más democracia”. Advertencias como esta hicieron muchos otros dirigentes demócratas, en particular en referencia a la campaña de Trump contra el voto por correo.
Si bien el presidente ha utilizado esa modalidad de votación –porque vota en Florida pero vive en Washington–, insiste en que ese mecanismo promueve el fraude electoral, y ha puesto en duda que sea fiable un resultado que emerja de una votación de ese tipo.
En estas elecciones el voto por correo es especialmente requerido debido al temor a contagiarse de coronavirus al ir a sufragar. Según una encuesta del Pew Research Center, 66% de los estadounidenses no se sentiría cómodo con ir a votar en estas condiciones.
En Estados Unidos existen dos sistemas de voto por correo, que es un mecanismo que implementa cada estado. En la mayor parte del territorio, las personas tienen que pedir específicamente que le envíen las papeletas, y en algunos casos se les exige una justificación para no ir a votar. Son muy pocos los estados que envían de forma anticipada las hojas de votación a todos los habilitados, y esta es la modalidad que los demócratas promueven ahora para facilitar el acceso al voto.
Trump afirma que es posible que alguien reciba una papeleta que no le corresponda y logre votar en nombre de otra persona, o que vote dos veces. Pero es prácticamente el único que muestra ese grado de desconfianza en los controles del voto por correo en su país.
Sí existen algunos indicios de que este sistema podría favorecer a los demócratas. Una encuesta de Change Research y la CNBC concluyó que 64% de los demócratas contemplaba la posibilidad de votar por correo, frente a 14% de los republicanos y 36% de quienes se declaran independientes.
Trump llegó a decir que no está dispuesto a aumentar los recursos del Servicio Postal de Estados Unidos (USPS, por sus siglas en inglés), que tiene problemas presupuestales y arrastra deudas de años de déficit, si los va a utilizar para las elecciones del 3 de noviembre. “Quieren 3.500 millones de dólares para algo que terminará por ser fraudulento”, dijo a Fox News.
“Si optan por este envío universal por correo, se envían decenas de millones de papeletas a todos y a sus perros; los perros las están recibiendo bien, las personas que llevan muertas 25 años las reciben [...]. Nunca vas a tener una elección justa”, agregó. Para Trump, Estados Unidos será “el hazmerreír de todo el mundo” si el recuento tarda semanas, o incluso años, “porque esas papeletas se van a perder”.
El jueves, cuando terminaba la Convención Nacional Demócrata con el discurso de Joe Biden de aceptación de la candidatura, Trump volvió a hablar con Fox News, la cadena en la que más confía, y afirmó que las elecciones de noviembre serán las “más fraudulentas de la historia” del país.
En defensa del voto
“De forma alarmante, en todo el país vemos los devastadores efectos de la campaña del presidente para sabotear la elección al manipular el Servicio Postal para quitarles el derecho al voto a los electores”, afirmó la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. La dirigente demócrata interrumpió el receso de la cámara para aprobar una ley que impidiera que el USPS aplicara reformas aprobadas este año que afectarían todavía más la posibilidad de votar por correo. El martes, el director del USPS, Louis DeJoy, designado en junio, afirmó que suspenderá esos cambios hasta después de las elecciones “para evitar siquiera la apariencia de cualquier impacto en el correo relacionado” con esa instancia. Esto no es lo único que se le cuestiona a DeJoy. Un sondeo del grupo progresista MoveOn Political Action concluyó que 58% de los votantes de Florida consideran que existe un conflicto de intereses en que DeJoy dirija el correo y tenga inversiones en empresas privadas que compiten con esa entidad pública, informó la agencia de noticias Efe. Según la misma encuesta, 52% de los votantes de ese estado cree que Trump está “perjudicando a propósito” al USPS con la intención de que esto lo ayude a ganar las elecciones.
Pese a la postura del presidente, los gobernadores de algunos estados anunciaron su decisión de facilitar el voto por correo enviando las papeletas antes de la votación, aunque no fuera lo regular en esos territorios. El jueves lo hizo Nueva York, cuyo gobernador, Andrew Cuomo, dijo en un comunicado que las diversas medidas dispuestas para hacer más accesible el voto y asegurar el recuento son necesarias y justas para las elecciones, pese al “ataque sin precedentes” del gobierno federal contra el servicio postal.
“El acceso al voto es uno de los pilares básicos de nuestra democracia. Con la pandemia de la covid-19 en curso debemos asegurar que ningún neoyorquino se vea presionado para poner su salud y bienestar en riesgo a la hora de ejercer su derecho constitucional a votar”, dijo la líder de la bancada demócrata en el Senado de Nueva York, Andrea Stewart-Cousins.
También Nueva Jersey enviará las papeletas. El gobernador de ese estado, Phil Murphy, afirmó que existe una mayor probabilidad “de ser alcanzados por un rayo” que de fraude electoral.
Convención con advertencias
Para los demócratas, la intención del presidente es hacer una campaña para sabotear las elecciones y sacar provecho en los resultados. El propio Biden dijo estar convencido de que Trump “va a tratar de robar esta elección”.
También Hillary Clinton incluyó advertencias en su discurso. “Si votan por correo, pídanlo ahora y envíenlo cuanto antes. Si votan en persona, háganlo temprano. Lleven a un amigo y usen mascarilla”, dijo la ex candidata demócrata a la presidencia y ex senadora. “Voten como si nuestras vidas y nuestras formas de vida dependieran de ello, porque así es”, advirtió.
Clinton les dijo a los votantes que la fórmula que integran Biden y Kamala Harris “puede tener tres millones de votos más y aun así perder”. Agregó: “Se los digo yo. Necesitamos números tan abrumadores que Trump no pueda birlar o robarse la victoria”. En la elección de 2016, Clinton recibió cerca de 3,2 millones de votos más que Trump, pero debido a cómo funciona el sistema electoral estadounidense, logró sólo 232 votos en el Colegio Electoral, que es el que en última instancia elige al presidente. Con menos votos que ella, Trump consiguió 302 electores y la presidencia.
Al igual que Clinton, el senador Bernie Sanders, que compitió con ella en las primarias en 2016 y con Biden en las de 2020, advirtió que hay mucho en juego en esta elección. “Muchas de las ideas por las que luchamos ahora son mayoritarias, pero si Trump es reelegido, todo el progreso que hemos hecho está en riesgo”, dijo en la convención del Partido Demócrata. Afirmó que las elecciones de noviembre van a ser “las más importantes de la historia moderna” de Estados Unidos, porque “el autoritarismo ha echado raíces en este país”.
“Está en juego el futuro de nuestra democracia. Está en juego el futuro de nuestra economía. Está en juego el futuro de nuestro planeta. Debemos unirnos, derrotar a Donald Trump y elegir a Joe Biden y [su compañera de fórmula] Kamala Harris”, dijo. “Nerón tocaba el violín mientras Roma ardía. Trump juega al golf”, agregó.
Trump y la democracia
Las sospechas contra Trump tienen varios puntos de apoyo. Su anterior campaña presidencial ha estado bajo sospechas de haber entregado información sensible a agentes rusos interesados en perjudicar a su rival demócrata, Clinton. Después, ya como presidente, fue acusado por la oposición demócrata de presionar a Ucrania para que investigara a Biden, quien ya se perfilaba como un posible rival electoral. Para ello, puso en juego la ayuda económica que Estados Unidos le da a ese país, según se argumentó en el proceso de juicio político que la Cámara de Diputados le inició al presidente por este caso, acusándolo de abuso de poder. Este proceso de impeachment fracasó en el Senado, de mayoría republicana.
Además, tanto en la campaña anterior, cuando era un empresario mediático, como ahora, desde el cargo de presidente, Trump se ha negado a decir que va a aceptar los resultados en caso de que pierda las elecciones. En una entrevista con Fox News fue consultado al respecto y respondió: “Tendré que verlo. No voy a decir simplemente que sí, no voy a decirlo, y tampoco lo hice la última vez”.
En la Convención Nacional Demócrata que proclamó a Biden como candidato, varios republicanos manifestaron su apoyo a este dirigente porque no están dispuestos a votar al candidato de su partido. “En tiempos normales, algo como esto probablemente nunca debería ocurrir, pero estos no son tiempos normales”, dijo el ex gobernador de Ohio John Kasich al pedir el voto por Biden. “Soy un republicano de toda la vida”, dijo, “pero eso queda en segundo lugar ante mi responsabilidad con mi país”. “Estoy orgulloso de mi herencia republicana, pero lo que he visto en estos cuatro años va contra esos principios”, agregó Kasich.
Otro dirigente republicano presente en la convención fue el ex secretario de Estado Colin Powell, que manifestó su apoyo a Biden, al igual que varios legisladores. El candidato demócrata tiene también el respaldo de Cindy McCain, la viuda de John McCain, que fue senador, candidato a la presidencia y referente del Partido Republicano.
Tanto republicanos como demócratas tuvieron la mirada puesta en Trump. En su discurso, Obama criticó al actual presidente. “Nunca esperé que mi sucesor aceptara mi visión o continuara con mis políticas. Esperaba, por el bien de nuestro país, que Donald Trump pudiera mostrar algún interés en tomarse el trabajo en serio [...] Pero nunca lo hizo”, dijo, y agregó: “No ha mostrado ningún interés en tratar la presidencia como algo diferente a un reality show más”.
Trump, Biden y las encuestas
Cuando faltan unos 70 días es difícil predecir quién será el ganador de las elecciones estadounidenses. El propio Trump, en general triunfalista, llegó a reconocer en una ocasión que el resultado puede ser parejo. “Necesitamos cada uno de los votos, porque esto probablemente va a ser ajustado”, dijo en un acto en Arizona. Hasta entonces, se había limitado a decir que las encuestas eran falsas.
Según los sondeos, Biden recibirá más votos, pero como advirtió Clinton, incluso en ese caso, lo que necesita es una ventaja que le asegure 270 delegados en el Colegio Electoral de 538 miembros para ganar la elección. En la mayoría de los estados el ganador se lleva todos los delegados, y en unos pocos la representación es proporcional al número de votos que recibió.
Pero en cualquier caso, las encuestas colocan en primer lugar a Biden. El sitio web RealClearPolitics, que elabora un promedio de los principales sondeos, los resume en 50,2% de votantes para Biden y 42,5% para Trump. Distintas encuestas –de CBS News, Fox News, CNN y ABC y The Washington Post– concluyen que la ventaja del candidato demócrata se sitúa entre 7% y 12%.