El proyecto de presupuesto enviado por el gobierno de Jair Bolsonaro al Congreso proyecta para 2021 una reducción de los recursos para dos institutos que se dedican a controlar y fiscalizar las actividades en la Amazonia, pese al aumento de los incendios y la deforestación. La iniciativa no sólo prevé una reducción de los fondos entregados a estas entidades, sino también un aumento de los recursos cuya adjudicación está sujeta a la aprobación expresa del Congreso ante una situación particular.
El mayor recorte, de 12,8%, es el del Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad, responsable de monitorear los parques nacionales y las áreas protegidas por su biodiversidad. Con la reducción, el presupuesto del instituto para todo 2021 va a ser de poco más de 110 millones de dólares, pero en principio podrá utilizar sólo 57%, es decir, unos 63 millones de dólares, ya que el resto está sujeto a una nueva aprobación parlamentaria expresa.
El principal organismo que controla la situación de la Amazonia es el Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Renovables, que el año que viene tendrá un presupuesto de 310 millones de dólares, 4% menos que este año. Una tercera parte de ese monto está sujeta a una nueva aprobación del Congreso.
Las reducciones son aún más importantes si se las compara con el presupuesto del último año de gobierno de Michel Temer, 2018: los recursos destinados a control y fiscalización en la Amazonia en 2021 son 25,4% menores que los de 2018, informó el diario Folha de São Paulo.
Este recorte se planifica mientras las cifras de destrucción de la Amazonia siguen batiendo récords. Datos oficiales indican que la cantidad de kilómetros deforestados en esa región aumentó 34% si se compara el período que va de julio de 2018 a agosto de 2019 y los mismos meses de 2019 y 2020. En cuanto a los incendios, las cifras de agosto son las peores desde que se tiene registros, excepto si se las compara con las de agosto de 2019.
La debilitación de las políticas que protegen la Amazonia
Desde que llegó al gobierno, Bolsonaro dispuso en varias oportunidades que distintas tareas del Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad fueran trasladadas al Ministerio de Medio Ambiente como una forma de poner en la órbita del gobierno las funciones de un organismo que es autónomo. Hace dos semanas dejó la titularidad del instituto Homero Cerqueira, destituido por el ministro, Ricardo Salles. Oficialmente no se dieron a conocer las razones de la destitución, pero se atribuye a que el ministerio habría sugerido al director del instituto que no actuara ante el incendio que enfrenta desde hace semanas el Pantanal brasileño, el humedal más grande del mundo.
El recorte de los dos institutos responsables de cuidar la Amazonia llega dos semanas después de que dentro del gobierno de Bolsonaro se generara un malentendido sobre el presupuesto de ambas entidades. Salles dijo que estos tendrían recortes como parte de una reducción del gasto de todo el gobierno por la pandemia del coronavirus. Sin embargo, el vicepresidente y titular del Consejo de la Amazonia, Hamilton Mourão, dijo que esas declaraciones fueron producto de una “confusión”.
Especialistas consultados por medios brasileños manifestaron su preocupación por la reducción de presupuesto ambiental para 2021, especialmente teniendo en cuenta que, a causa de la pandemia, desde marzo se redujeron prácticamente a cero los controles en la Amazonia. Ejemplo de ello es que el Instituto Brasileño del Medio Ambiente gastó en lo que va del año únicamente 20% de su presupuesto, algo que fue utilizado por el gobierno como un argumento para defender el recorte para 2021.