La titular del Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, la ex presidenta chilena Michelle Bachelet, dijo este lunes que esa oficina está analizando la represión policial en Colombia.
Según se informó, esta dependencia de la ONU está “verificando los casos” en que “el uso excesivo de la fuerza puede haber causado la muerte de hasta 13 personas y las heridas de otras 300, incluidas 77 con arma de fuego”, durante las protestas que comenzaron el miércoles. Ese día se conoció la muerte en un barrio de Bogotá de un hombre, Javier Ordóñez, de 46 años de edad, a manos de la Policía. Detenido e inmovilizado en el piso, Ordónez fue agredido por un efectivo en numerosas ocasiones con una pistola eléctrica Taser ؘ–un arma que se supone que no es letal– y falleció pocas horas después.
“Es función de las autoridades estatales evitar que estos hechos ocurran”, dijo la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, el domingo, durante un acto convocado para buscar la “reconciliación” y pedir perdón a las víctimas y sus familiares. “Hoy también pedimos perdón porque esos hechos ocurrieron pese a todos los esfuerzos y a las claras instrucciones impartidas por la alcaldía para que nunca se usen armas de fuego en las protestas ciudadanas en nuestra ciudad”, agregó López, según citó la agencia de noticias Efe. “Estamos aquí para pedir perdón a todas las víctimas de abuso policial”, a quienes fueron heridos y a quienes murieron, dijo la alcaldesa, y continuó: “Hoy estamos aquí para reconocer la gravedad de los hechos, la gravedad de lo ocurrido”.
La ausencia del presidente colombiano, Iván Duque, en ese acto público, al que había sido invitado por la alcaldesa, generó polémica en el país. Muchos criticaron que no asistiera, y otros cuestionaron que mientras López daba su discurso en la plaza Bolívar, un hombre subió al estrado y colocó un cartel con el nombre del presidente en una silla vacía.
La ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, dijo que “oportunismo y show no son sinónimos de reconciliación y perdón”. Pero otros no estuvieron de acuerdo. “Aquí hoy no debería solamente estar la alcaldesa, aquí debería estar el presidente, aquí debería estar la Policía Nacional, pidiéndonos disculpas y reconociendo este acto que hicieron”, dijo Mayra Páez, familiar de una de las víctimas que participaron en el acto en Bogotá. Su pareja, Jaider Fonseca, murió en el hospital después de recibir varios balazos.
El viernes, el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, había pedido perdón, pero el sábado afirmó que las protestas fueron organizadas por guerrilleros del ELN y disidentes de las FARC que no se sumaron a la desmovilización de esa guerrilla. Por su parte, las autoridades policiales comunicaron que no había orden de disparar, e informaron que se inició una investigación a 65 policías para indagar si fueron ellos quienes lo hicieron.
Después del encuentro del domingo en la plaza céntrica de Bogotá, hubo un concierto con las mismas consignas detrás de la sede del Comando de Acción Inmediata (CAI) de la Policía, que fue incendiado la semana pasada durante las manifestaciones. En el escenario se colocó un cartel que pedía “Verdad, Justicia y Reforma”. Aludía a la iniciativa de la alcaldesa de reformar la Policía para que “se reconozca de una vez por todas que la Policía debe ser un organismo civil”, “que responda ante la ciudadanía y ante la justicia ordinaria”, y que sus funcionarios “no tengan ni formación, ni operación, ni fuero militar”, según describió López. Actualmente la Policía de Colombia depende del Ministerio de Defensa.
Esa propuesta fue transmitida por la alcaldesa a Duque, que la rechazó. “El señor presidente dice que él descarta el plan, esa reforma. Yo lo lamento mucho porque creo francamente que se necesita. Pero le agradezco al procurador [general de la Nación, Fernando Carrillo], que me ha dicho que va a examinar la probabilidad de convocar una reforma interinstitucional [...] para proponerle al Congreso esa reforma”, dijo López.
En otras ciudades también se organizaron desde el fin de semana distintos tipos de protesta. En Medellín decenas de artistas pintaron murales con la consigna “Nos están matando”, mientras que en Cartagena se organizó una manifestación en la que participó el alcalde William Dau.
En Bogotá, después del acto del domingo continuaron las movilizaciones, y se produjeron disturbios entre manifestantes y fuerzas del orden. Una vez más actuó el Escuadrón Móvil Antidisturbios, aunque esta vez únicamente con gases lacrimógenos y bombas de estruendo.