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Los vínculos del Parlamento con la sociedad: sindicatos y asociaciones empresariales son quienes más asisten a comisiones

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Para el politólogo Daniel Chasquetti, debería empezar a discutirse la regulación de los lobbies o grupos de presión en Uruguay.

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Semana a semana, el Parlamento nacional y sus legisladores reciben a asociaciones sociales, económicas y profesionales. De estos encuentros se sabe poco. En Uruguay, a diferencia de Estados Unidos y de varios países de América Latina, no hay regulación del denominado lobby o cabildeo. “En todo eso nosotros estamos muy retrasados. Pero la influencia de los grupos económicos es muy fuerte, así que habría que empezar a discutirlo”, opina Daniel Chasquetti, politólogo especializado en temas parlamentarios.

El lobby parlamentario no se reduce a la acción de los rentados o profesionales del lobby, sino que, en una dimensión amplia, refiere a todo contacto de un ciudadano, ciudadana o asociación con un legislador o legisladora que apunte a promover intereses particulares o de un colectivo particular frente a los representantes.

La regulación del lobby implementada en muchos países apunta a garantizar mayor transparencia a estos intercambios. En el Congreso de Estados Unidos, por ejemplo, la agenda de reuniones de los legisladores es pública. En países como Perú, Colombia, Chile y México se implementó un “registro de intereses”, que determina que toda persona que acceda a encuentros o reuniones con los legisladores debe dejar constancia de sus datos o los de la organización que representa, así como de los intereses que lo mueven a hablar con el legislador o la legisladora en cuestión. En Chile también se pide que se explicite en qué decisiones de política pública se pretende incidir.

En Uruguay no se cuenta con registros de esa naturaleza, pero sí se dispone de algunas fuentes de información que dan un panorama de los vínculos de los legisladores con la sociedad.

En una encuesta a los legisladores realizada por el Programa de Estudios Parlamentarios a partir de un convenio entre el Poder Legislativo y la Universidad de la República, se pregunta por estos vínculos. Los datos aún no son públicos, pero Chasquetti, coordinador del estudio junto al politólogo Juan Andrés Moraes, compartió algunos de ellos con la diaria.

En cuanto a los contactos de los partidos políticos con asociaciones empresariales y sociales, la encuesta pregunta a los legisladores con qué frecuencia los mantienen. Los datos de la última encuesta, de 2018, muestran que el Frente Amplio se vincula con asociaciones sociales con más asiduidad que el resto de los partidos, mientras que el Partido Nacional y ‒en menor medida‒ el Partido Colorado se contactan con asociaciones empresariales con mayor frecuencia que el Frente Amplio.

De todos modos, según aclaró Chasquetti, los datos muestran que el Parlamento está “bastante vinculado con todas las organizaciones”: 60% de los legisladores habla con alguien de una ONG por lo menos una vez cada tres meses, 40% habla con las asociaciones agropecuarias, y 35% habla con las industriales. “Tenemos un Parlamento bastante enraizado, con contactos frecuentes con la sociedad”, consideró Chasquetti.

Si se analiza cómo evolucionaron los contactos por partido entre 2007 y 2018, se constata que el Frente Amplio en el gobierno aumentó sus vínculos con el mundo económico, y el Partido Nacional incrementó sus contactos con el mundo social. Esto se explica, consideró Chasquetti, porque el partido que está en la oposición “tiene que buscar representar el descontento y la disidencia. Y cuando estás en el gobierno, la economía es muy importante”. Ahora que hubo una alternancia en el poder, quizás la fortaleza de los vínculos con asociaciones sociales y económicas vuelva a cambiar tanto para el nuevo oficialismo como para la nueva oposición.

A los legisladores encuestados también se les consultó por los motivos de los contactos y consultas con las asociaciones. En el caso de las asociaciones empresariales, el principal motivo del contacto fue “para promover las actividades del grupo”, con 32%, seguido de “para promover iniciativas legislativas”, con 28%. En el caso de las asociaciones sociales, los lugares se invierten: en 40% de los casos fue para promover iniciativas legislativas, y en 32% de los casos para promover las actividades del grupo.

Si se observan los datos discriminados por partido político, se concluye que las asociaciones se contactan más con el Partido Nacional y el Partido Colorado para promover sus actividades; en cambio, con el Frente Amplio se contactan en mayor medida para promover iniciativas legislativas.

El protagonismo de sindicatos y empresarios

Otra forma posible de analizar los vínculos entre el Parlamento y la sociedad es observar qué tipo de asociaciones asisten a las comisiones parlamentarias. Esta información no está procesada, pero la diaria realizó un relevamiento propio a partir de las versiones taquigráficas y la actuación de las comisiones, tanto de la Cámara de Representantes como de la Cámara de Senadores. Se analizaron los períodos del 15 de febrero al 15 de setiembre, tanto del año 2019 como del año 2020.

A partir del relevamiento se constata que los sindicatos y las asociaciones empresariales son los que asisten con mayor frecuencia a las comisiones parlamentarias, seguidos muy de lejos por las asociaciones profesionales (por ejemplo, el Colegio de Abogados del Uruguay o la Sociedad de Psiquiatría del Uruguay), las instituciones académicas y de investigación (universidades, Academia Nacional de Ciencias, entre otras) y las asociaciones que buscan garantizar derechos humanos y derechos de colectivos en situación de vulnerabilidad (Servicio de Paz y Justicia, Coordinadora de Ollas del Oeste de Montevideo, Red Uruguaya Contra la Violencia Doméstica y Sexual, entre otras).

Si se compara la asistencia de las asociaciones en 2019 respecto de 2020, se nota que este año hubo mayor asistencia de sindicatos, de asociaciones culturales y de asociaciones que buscan garantizar los derechos de colectivos en situación de vulnerabilidad. Esta situación puede estar explicada en parte por la pandemia de covid-19, que generó situaciones complejas a nivel laboral (despidos, envíos a seguro de desempleo, cierre de empresas) y que afectó particularmente a colectivos en situación de vulnerabilidad y al sector de la cultura.

Al mismo tiempo, las asociaciones empresariales tuvieron una mayor concurrencia a comisiones en 2019 que en 2020. Esto podría deberse a que tienen un vínculo más fluido con el gobierno encabezado por Luis Lacalle Pou y las demandas no llegan al Parlamento porque se resuelven antes, a nivel del Poder Ejecutivo. “Muchas organizaciones se anticipan y van al Ejecutivo a hacer el lobby. El ejemplo que rompe los ojos es el de la UAM [Unidad Agroalimentaria Metropolitana], ahí para mi gusto hubo un lobby muy fuerte sobre el ministerio (de Ganadería, Agricultura y Pesca), hay incluso un representante de la Granja que asume un cargo en el Ejecutivo, y en la modificación de la política pública la presión está sobre el Poder Ejecutivo”, ejemplificó Chasquetti.

Empresarios en toda la cancha

Si bien los sindicatos son las asociaciones que asisten con mayor frecuencia al Parlamento, en 60% de los casos se trata de concurrencias a la Comisión de Asuntos Laborales y Seguridad Social de la Cámara de Senadores o a la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Representantes, para exponer problemáticas propias.

En cambio, la asistencia de los empresarios es más diversificada. Sólo en 12% de los casos asistieron a comisiones que tratan asuntos laborales. La concurrencia empresarial se concentró en las comisiones de Ganadería en primer lugar (26%) e Industria en segundo lugar, con 13%. También asistieron en una proporción importante a las comisiones de Asuntos Internacionales (10%) y de Turismo (10%).

En cuanto a las asociaciones sindicales y empresariales que más asistieron a comisiones, este dato depende mucho de la problemática específica de cada sector en la coyuntura, así como de los proyectos de ley que esté discutiendo el Parlamento. De todos modos, se registra una fuerte presencia de las cámaras empresariales tradicionales (Cámara de Industrias del Uruguay, Cámara Nacional de Comercio y Servicios del Uruguay, Asociación Rural del Uruguay) y de los sindicatos fuertes, como el Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (SUNCA) o que afrontan coyunturas complejas o vínculos complicados con la patronal (Federación de Empleados del Comercio y Servicios, Sindicato de Trabajadores de la Industria Química, Unión de Obreros Curtidores).

Tiempo de crisis

Si se compara el motivo por el que asisten las asociaciones a las comisiones parlamentarias, se observan diferencias claras entre 2019 y 2020, posiblemente debidas a la crisis social y económica derivada de la pandemia de covid-19. En 2020, 60% de las asociaciones que asistieron a comisión lo hicieron para referirse a problemáticas propias, mientras que en 2019 ese porcentaje fue de 22%. En 2019, 78% de las asociaciones que asistieron a comisiones lo hicieron para referirse a proyectos de ley en discusión, ya sea porque se requirió su asesoramiento por parte de la comisión, o porque deseaban expresarse sobre la iniciativa en cuestión.

Por otra parte, en los dos períodos analizados, la Cámara de Representantes recibió a organizaciones de la sociedad en mayor medida que la Cámara de Senadores. Los diputados atendieron a 66% de las asociaciones que asistieron al Parlamento. Las comisiones que más recibieron delegaciones fueron las de Asuntos Laborales, Salud, Educación y Cultura, Ganadería e Industria.

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