En los primeros nueve días del año ingresaron al país, a través de la frontera de Rivera con Brasil, 65 migrantes en calidad de refugiados, en su mayoría provenientes de Cuba (61), y el resto de Venezuela, según datos del Observatorio Departamental de Migraciones. Esta cifra, para los integrantes del observatorio, es elevada en comparación con meses anteriores, y genera preocupación por el contexto complejo en que se encuentra el sistema sanitario del departamento, azotado por la pandemia de coronavirus.
Magaly Iváñez, representante de la Universidad de la República (Udelar) en el observatorio, explicó a la diaria que la solicitud de refugio es el instrumento al que recurren los migrantes para poder ingresar al país en el marco de la restricción del ingreso de extranjeros, así como las razones de reunificación familiar, pero se trata de “migrantes económicos” que “migran buscando una mejor condición de vida”, y no de víctimas de persecuciones políticas o de otro tipo en su país de origen.
Una vez dentro del país, los refugiados son hisopados y derivados a un centro de contingencia a cargo de la Cruz Roja en conjunto con la intendencia departamental, en el que esperan el resultado, explicaron desde la Dirección Nacional de Migración. En la actualidad hay dos centros en funcionamiento, instalados en dos hoteles de la ciudad. Los casos positivos son trasladados al Hospital Español en Montevideo, centro de referencia nacional en covid-19. Según señaló Iváñez, en esta última “ola” de ingresos los casos positivos “fueron muy pocos y no presentaron complicaciones, y pudieron hacer la cuarentena dentro del centro de contingencia”.
“En esta última ola no estamos seguros de qué cantidad han permanecido en Rivera y cuántos han continuado hasta Montevideo”, sostuvo Iváñez. La docente explicó que muchos de los refugiados continúan hacia Montevideo pero luego regresan a Rivera “porque la frontera les ofrece una serie de oportunidades que no tienen en el resto del país: el costo de vida es menor y muchos de ellos se benefician de ambos países; en algunos casos están cobrando prestaciones en Brasil y también en nuestro país”, afirmó.
Para Iváñez, se requieren “muchos esfuerzos para poder atender en condiciones dignas a la población que arriba a la frontera” en el contexto de pandemia. En la misma línea, Sebastián Guida, también integrante del observatorio por la Udelar, consideró que “en este contexto va a quedar más evidente que hay muchos servicios que están fallando”. “Con un volumen que va aumentando y con nuestro sistema de salud, que está por colapsar en cualquier momento -por la cantidad de casos que hay tanto en Livramento como en Rivera-, no sé cómo se va a poder atender a personas que ingresan en estas condiciones”, alertó.
Antes de llegar a Uruguay, los cubanos “vienen por Guayana, atraviesan la selva amazónica y pasan por un montón de estados hasta llegar a Río Grande do Sul. Ahí tienen contacto con muchísimas personas, no sólo con migrantes como ellos, sino también en aeropuertos y terminales de ómnibus”, explicó Guida, lo que incrementa la posibilidad de que puedan contraer covid-19, teniendo en cuenta “la situación epidemiológica que tenemos en Brasil y particularmente en Río Grande do Sul”.
A su vez, Guida indicó que “lo que ocurre es que personas que tienen doble documentación [uruguaya y brasileña], cuando ven que no pueden ser atendidas en Livramento se vienen a Rivera”, lo cual genera una dificultad en el sistema de atención. “Es muy difícil de controlar, por lo permeable que es la frontera, y hay personas que viven de un lado y trabajan del otro y están en tráfico todo el tiempo”, indicó. Asimismo, señaló que a esta situación se suma el “turismo de compras” y la “impresionante cantidad de ómnibus que llegan cada fin de semana”.
Para Guida, dado que muchas de las personas que ingresan por Rivera en realidad están en tránsito hacia Montevideo, sería necesario pensar el problema “como una política a nivel nacional, sabiendo que la puerta de entrada es acá pero están en tránsito permanente y que en algún momento pueden trasladarse a otro departamento, sobre todo a la capital”.