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Choque de manifestantes pro y contra Donald Trump, el sábado, en el vecindario de Pacific Beach, en San Diego, California.

Foto: Patrick T. Fallon, AFP

Demócratas evalúan iniciar juicio político a Trump, pero a la vez quieren evitar entorpecer el comienzo del mandato de Biden

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Algunos senadores republicanos también se sumaron a los pedidos para que el presidente deje su cargo.

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Leído por Andrés Alba.
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Mientras la Policía sigue deteniendo a personas que estuvieron involucradas en los violentos incidentes que se registraron el miércoles en las afueras y dentro del Capitolio, episodios que hasta el momento costaron la vida de seis personas, entre ellas dos policías, las repercusiones políticas del tema se acumularon durante todo el fin de semana.

De acuerdo a lo que informaron medios estadounidenses, ayer el pedido de juicio político redactado por los representantes demócratas David Cicilline, del estado de Rhode Island, Jamie Raskin, de Maryland, y Ted Lieu, de California, contaba con las firmas de casi 200 de los 222 legisladores del sector que integran la Cámara de Representantes. En el texto se pide la remoción del cargo del presidente Donald Trump por “incitar deliberadamente a la violencia contra el gobierno de Estados Unidos”.

Ayer de tarde Lieu escribió en su cuenta de Twitter que el pedido sería presentado en la cámara baja hoy, pero el tema sigue siendo debatido.

El veterano representante por Carolina del Sur James Clayburn, de 80 años y uno de los demócratas más influyentes en la cámara baja, dijo ayer, en una entrevista con la cadena Fox News, que mañana se podría aprobar en el Congreso un artículo para dar inicio al juicio político contra el todavía presidente, pero podría dejarse para más adelante su envío al Senado, que es el que debe tomar el papel de juez en un caso como este.

Clyburn dijo que la gran mayoría de los demócratas de la Cámara de Representantes creían que el presidente debía ser acusado por su conducta, que sin dudas fue determinante para incentivar los hechos de violencia ocurridos el miércoles en la ciudad de Washington, pero agregó que los principales líderes del partido estaban evaluando la situación, porque si bien están de acuerdo con enjuiciar a Trump, no quieren que su eventual impeachment entorpezca el comienzo del mandato de Joe Biden, que asumirá la presidencia el 20 de enero con temas enormes para resolver, como la crisis sanitaria provocada por la pandemia de coronavirus y la delicada situación económica que atraviesa el país.

Desde el Partido Demócrata se tiene claro que es totalmente imposible presentar un juicio político y llegar a votar antes de que Trump deje la Casa Blanca.

En este sentido trascendió que la líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, estaba considerando hacer un juicio político ahora, pero no enviaría el artículo al Senado hasta después de los primeros 100 días de presidencia de Biden. En este sentido, el representante Clyburn, quien es un fuerte aliado del futuro presidente estadounidense, dijo: “Démosle al presidente Biden los 100 días que necesita para poner en marcha su agenda de gobierno”, y agregó que luego de ese lapso “tal vez enviemos los artículos” al Senado.

Después de la votación realizada la semana pasada en el sureño estado de Georgia, el nuevo Senado estará integrado por 50 representes demócratas y 50 republicanos, por lo que en las votaciones por mayoría simple el partido gobernante se impondría, ya que el apoyo de la vicepresidenta Kamala Harris inclinaría la balanza. Pero en el caso del eventual juicio contra Trump, las cosas no están tan claras, ya que para castigarlo sería necesario tener dos tercios de los apoyos en dicho órgano legislativo.

Pero mientras Trump se mantiene forzosamente silenciando en las redes sociales, luego de que Twitter se sumara a otras plataformas como Facebook y eliminara la cuenta del líder republicano por tiempo indeterminado (ver recuadro), desde su propio partido comenzaron a sumarse voces pidiendo su salida del cargo antes de que finalice su mandato.

Cancelado

La compañía Amazon comunicó que dejará de albergar en sus servidores a la red social Parler, una plataforma muy utilizada por los partidarios de la extrema derecha en Estados Unidos y acusada de difundir contenidos violentos, después de que Google y Apple retiraran la aplicación de sus alternativas de descargas.

Según informó la agencia AFP, la decisión de Amazon, que suspenderá la cuenta de Parler hoy, debería impedir temporalmente el acceso a la plataforma. En una carta enviada a la red social, Amazon dijo haber “observado recientemente un aumento persistente de contenidos violentos” en esa plataforma.

“Teniendo en cuenta los desafortunados acontecimientos ocurridos esta semana en Washington, hay un riesgo real de que este tipo de contenidos incite más a la violencia”, se dice en la carta, en alusión a los episodios protagonizados por seguidores del presidente Trump el miércoles en el Capitolio.

Parler, empresa creada en 2018, se transformó desde su creación en un refugio para algunos internautas indignados con la política de moderación de las redes sociales como Twitter, que, siguiendo la política de otras empresas, cerró definitivamente la cuenta de Trump el viernes.

En los últimos días se difundieron en Parler numerosos mensajes de apoyo a quienes irrumpieron en el Congreso e incluso algunos en los que se convocaba a nuevas protestas callejeras contra el resultado de las presidenciales de noviembre.

El fundador de Parler, John Matz, confirmó en su perfil que puede que “la red social no esté disponible en internet durante una semana” tras la decisión de Amazon. “Vamos a hacer todo lo posible por encontrar un nuevo proveedor rápidamente”, agregó.

Google y Apple ya retiraron a Parler de sus plataformas de descarga. Esas decisiones tuvieron, sin embargo, menos consecuencias que la de Amazon. Complicaron el acceso a Parler en los teléfonos, pero quienes ya tenían la aplicación la podían seguir usando o entrar a la web de la red social.

Para justificar su decisión, Google mencionó el viernes la presencia de mensajes “que incitan al odio”.

Apple siguió su ejemplo el sábado, lamentando la “proliferación” de “amenazas de violencia y actividades ilegales”.

Cuando recién había surgido, Parler era una red social casi exclusivamente consumida por extremistas, pero con el paso del tiempo fue atrayendo a personas conservadoras más tradicionales y moderadas, incluyendo a algunos congresistas republicanos.

Como otras plataformas alternativas a los gigantes Twitter y Facebook, Parler tiene normas más laxas respecto de la desinformación y los contenidos de odio.

Si bien la nota predominante entre los republicanos en los últimos días fue el silencio, el fin de semana el senador por Pensilvania Patrick Toomey se convirtió en el segundo senador del partido en pedir la renuncia del presidente.

Toomey dijo el sábado que Trump había “cometido delitos impugnables”, en una entrevista con la cadena CNN, una señal del creciente enojo que existe en el partido por el rol que tuvo el mandatario en la toma del Capitolio.

Antes que Toomey, otros senadores republicanos habían manifestado su rechazo a la continuidad de Trump en la Casa Blanca. La semana pasada, Ben Sasse, congresista por Nebraska, había dicho que estaría dispuesto a considerar artículos de acusación en un juicio, y la senadora Lisa Murkowski, de Alaska, fue un poco más allá y directamente pidió al presidente que renunciara. “Lo quiero afuera”, expresó la senadora Murkowski en una entrevista con The Anchorage Daily News. “Ha causado bastante daño”, agregó.

Ayer The New York Times informó que siete legisladores republicanos que actualmente integran la Cámara de Representantes le mandaron una carta a Biden para que interceda ante Pelosi y evitar que envíe el pedido de juicio político contra el mandatario esta semana.

Los legisladores firmantes del mensaje, encabezados por el representante Ken Buck, del estado de Colorado, argumentaron que iniciar un proceso de ese tipo en el Congreso en este momento no contribuiría en nada a la unidad nacional, sino que, por el contrario, agregaría más leña a un fuego ya de por sí muy intenso.

“Un segundo juicio político, sólo unos días antes de que el presidente Trump deje el cargo, es tan innecesario como incendiario”, escribieron los legisladores, quienes se habían opuesto anteriormente a todos los intentos del presidente de impugnar el triunfo de Biden en las elecciones celebradas el 3 de noviembre.

Paralelamente, y abonando a la idea de que sería imposible concluir un juicio político en el Congreso antes de que finalice el mandato de Trump, el senador republicano por Kentucky y líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, expresó que, según el reglamento del Senado, un juicio no podría comenzar hasta la vuelta programada de los senadores de su receso, el 19 de enero, el día antes de la toma de posesión de Biden.

Por otra parte, la posibilidad de que el vicepresidente Mike Pence aplique la enmienda 25 de la Constitución estadounidense –aquella por la que el gabinete del mandatario puede declararlo incapaz de ejercer el cargo– no parece una alternativa cercana, aunque este domingo CNN informó, basándose en una fuente cercana a Pence, que el número dos de la Casa Blanca no descartó completamente esta posibilidad. De acuerdo a la información, Pence quiere preservar la opción de activar esta enmienda en caso de que el comportamiento de Trump se vuelva más inestable.

La fuente señaló que hay cierta preocupación dentro del equipo de Pence respecto de los riesgos de invocar la enmienda 25 o incluso de un proceso de juicio político, ya que Trump podría tomar algún tipo de acción precipitada que ponga en riesgo a la nación.

Pero mientras los políticos especulan con lo que pueda pasar, la población estadounidense también manifestó su opinión sobre los hechos sucedidos en el Capitolio. De acuerdo a una encuesta publicada ayer por la cadena ABC, elaborada con la empresa Ipsos, 56% de los estadounidenses expresó que Trump debería ser destituido de su cargo antes de que expire su mandato. Además, de acuerdo al mismo sondeo, 67% de los encuestados dijo que Trump tuvo una “buena cantidad” o “gran cantidad” de culpa en el ataque al Capitolio.

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