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Manifestación en apoyo del líder opositor encarcelado Alexei Navalny, el 23 de enero, en el centro de Moscú.

Foto: Kirill Kudryavtsev / AFP

Humans Rights Watch denunció que en Rusia “ignoran y pisotean” derechos de los ciudadanos

2 minutos de lectura
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Más de 3.650 personas fueron detenidas en las protestas del fin de semana en defensa del opositor Alexéi Navalni.

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Leído por Andrés Alba
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La ONG internacional Humans Rights Watch (HRW) denunció este lunes que “las autoridades rusas ignoran y pisotean los derechos elementales de sus ciudadanos” y condenó la actuación policial en las manifestaciones del sábado 23 a favor del opositor al Kremlin Alexéi Navalni.

“Una y otra vez, las autoridades rusas han suprimido la libertad de expresión y las protestas pacíficas mediante la brutalidad policial, la violencia y las detenciones masivas, y el 23 de enero no fue una excepción”, dijo Damelya Aitkhozhina, investigadora sobre Rusia de HRW. “Las autoridades comprenden sus obligaciones de respetar los derechos humanos fundamentales y eligen no sólo ignorarlos, sino pisotearlos”, sentenció.

Según la especialista, “las autoridades se habían negado anteriormente a habilitar las protestas pacíficas convocadas por Navalny y su equipo, a menudo haciendo referencia a las restricciones impuestas debido a la pandemia de covid-19. Muchos miembros del equipo de Navalny y activistas conocidos, al menos 60 personas, fueron detenidos antes o el día de la protesta en diferentes partes de Rusia.

Pero no fueron los únicos; HRW constató que las autoridades rusas reprimieron la libertad de expresión y las protestas pacíficas mediante “la brutalidad policial, la violencia y las detenciones masivas”. El sábado 23 la Policía detuvo a más de 3.650 personas en toda Rusia que protestaban contra el arresto de Navalni y contra la corrupción estatal.

“Hubo numerosos informes de uso excesivo de la fuerza por parte de la Policía, incluidas palizas, con muchas fotografías o filmaciones hechas por los medios de comunicación o ciudadanos y publicadas en las redes sociales”, señaló HRW, que también admitió que hubo “algunos incidentes de violencia de manifestantes”, pero aseguró que la mayoría de las protestas fueron pacíficas.

Las autoridades rusas habían advertido, ante la posibilidad de las protestas, que no estaban autorizadas, y que se iba a castigar a los que participaran en ellas. Se estima que 110.000 personas finalmente participaron en diferentes actos para pedir la liberación de Navalni, a quien se lo acusa de violar las condiciones de una pena suspendida dictada en 2014, que podría convertirse en una pena de cárcel real de tres años y medio, aunque él afirma que el objetivo de su detención es silenciarlo.

Oficialmente el Kremlin restó importancia a las protestas y reafirmó que el actual presidente, Vladimir Putin, fue electo por la mayoría de los ciudadanos.

Las protestas en toda Rusia

En el comunicado de HRW aseguran que un investigador de la organización “analizó horas de imágenes, videos en vivo y fotos de ciudades de todo el país que muestran manifestaciones, mítines, violencia policial y detenciones”. El investigador también revisó la cobertura de los medios, incluidas las entrevistas de los periodistas a testigos presenciales.

En los videos se observa cómo, en todo el país, los manifestantes se reunieron en plazas centrales, y los mensajes principales, en pancartas y en los coros, fueron lemas como “Libertad”, “Qué vergüenza”, “Putin es un ladrón”, “No olvidaremos, no perdonaremos”, “Libertad a los presos políticos” y “Rusia sin Putin ”.

Según se constató, en varias ciudades, los manifestantes se enfrentaron a una abrumadora presencia policial. En la mayoría de los casos, la Policía estuvo horas en sus vehículos estacionados cerca de plazas, pero luego avanzó hacia la multitud para disolver la concentración y arrestar a los participantes. Según el comunicado de HRW, en Ekaterimburgo “los periodistas captaron por cámaras a unidades policiales equipadas con rifles de asalto y policías antidisturbios regulares en plena marcha”.

En Moscú, la Policía había acordonado la plaza Pushkin, el lugar previsto para la manifestación, y, horas antes del momento pautado para la protesta, se buscó disuadir la marcha con advertencias por altavoces, pidiendo evitar las reuniones masivas y mantener el distanciamiento social y el uso de tapabocas. Sin embargo, al ver que la manifestación se iba a realizar de todas formas, comenzó a advertir que la reunión era ilegal y exigió que los manifestantes se fueran. De hecho, las detenciones en la plaza comenzaron más de una hora antes de la hora prevista para la protesta.

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