El primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, renunció el martes a su cargo. Ahora, el presidente de la república, Sergio Mattarella, debe iniciar una serie de consultas políticas para conformar un nuevo gobierno, según anunció en un comunicado la presidencia y consignaron agencias internacionales. De todas formas, Conte seguirá siendo jefe de gobierno en funciones para encargarse “de los asuntos corrientes”.
Conte anunció en el Consejo de Ministros su renuncia, horas antes de acudir a comunicársela a Mattarella. Con esta acción busca formar un nuevo Ejecutivo, el tercero desde 2018, que obtenga más apoyos y le permita llevar adelante su plan para reactivar la economía del país, que es la tercera más grande de Europa y una de las más afectadas por la pandemia de coronavirus, que dejó más de 85.000 muertos en el país.
El partido Italia Viva, que lidera el ex primer ministro Matteo Renzi, quitó su apoyo a la gestión de Conte a mediados de enero. El partido de centro critica su accionar durante la pandemia así como las negociaciones en el plan de más de 200.000 millones de euros de la Unión Europea para la reconstrucción de Italia.
El segundo gobierno de Conte totalizó 509 días con él al mando, gracias a la coalición entre el Partido Democrático, de centroizquierda, y el Movimiento Cinco Estrellas, definido como antisistema. A pesar de no tener los apoyos necesarios, Conte quiere seguir en el cargo y espera obtener el respaldo de sectores independientes y de centro para presentarse al tercer mandato.
Conte comenzará entonces a negociar una nueva mayoría, que recupere el apoyo de Italia Viva y otras fuerzas centristas. Esta es la solución que eligió seguir el primer ministro, luego de no conseguir los apoyos necesarios para la decisiva votación en el Senado sobre la gestión del titular de Justicia, Alfonso Bonafede, miembro del Movimiento Cinco Estrellas.
Mientras tanto, desde la oposición, la ultraderecha demanda elecciones lo antes posible, teniendo en cuenta sus altas posibilidades de ganar, y la derecha moderada, liderada por Silvio Berlusconi, aseguró que no apoyará al actual Ejecutivo de Conte y que la única solución es un gobierno “que represente la unidad sustancial del país”.
Por el momento, los números le juegan en contra a Conte porque debe conseguir una mayoría de 175 senadores, de lo contrario se lo debe informar a Mattarella, quien deberá volver a iniciar las consultas para obtener un primer ministro que reúna las mayorías o, si esto es imposible, decidir disolver las cámaras y llamar a elecciones.