En el primer día de la diplomática fiyiana Nazhat Shameem Khan como presidenta del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el gobierno de Estados Unidos informó su regreso tras dos años.
El secretario de Estado Anthony Blinken explicó en un comunicado que recibió instrucciones del presidente Joe Biden para que Estados Unidos regrese al Consejo. Afirmó que si bien desde el gobierno estadounidense entienden que “tiene fallas” como un “enfoque desproporcionado sobre Israel” y “necesita una reforma”, alejarse de allí “no lo solucionará”.
“La mejor manera de mejorar el Consejo, para que pueda alcanzar su potencial, es a través de un liderazgo estadounidense sólido y con principios”, indicó y agregó que bajo el mandato de Joe Biden en la Casa Blanca, “estamos volviendo a comprometernos y listos para liderar”.
Según Blinken, el Consejo de DDHH “puede servir como un faro para quienes luchan contra la injusticia y la tiranía” siempre y cuando “funcione bien”, motivo por el que “Estados Unidos está de vuelta en la mesa”. “Cuando trabajamos en estrecha colaboración con nuestros aliados y amigos, podemos llamar a los países con los peores antecedentes en materia de derechos humanos para que rindan cuentas en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. El liderazgo de Estados Unidos es importante”, concluyó el secretario de Estado.
Blinken señaló que la salida del Consejo en junio de 2018, durante la administración de Donald Trump, “no hizo nada para fomentar un cambio significativo, sino que creó un vacío de liderazgo estadounidense, que los países con agendas autoritarias han utilizado para su beneficio”.
“Cuando funciona bien, el Consejo de DDHH pone el foco en los países con los peores antecedentes en materia de derechos humanos y puede servir como un foro importante para quienes luchan contra la injusticia y la tiranía”, agregó en el comunicado.
La salida luego del escándalo por los niños migrantes mexicanos
El 19 de junio de 2018, Estados Unidos anunció su retirada oficial del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, tras las críticas del entonces presidente Donald Trump a lo que consideraba un sesgo hacia Israel para servir a países como Venezuela, Cuba o China.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo ese día que el Consejo “es un pobre defensor de los Derechos Humanos” y que ““Estados Unidos lidera el mundo en asistencia humanitaria”, por lo que “no tomará lecciones de hipócritas”.
El anuncio se produjo al día siguiente de que la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU denunciara que en la frontera mexico-estadounidense, cientos de niños inmigrantes estaban siendo separados de sus padres.
Críticas a la detención en Rusia de Alexei Navalny
La directora de la Oficina de Asuntos de Organizaciones Internacionales estadounidense, Erica Barks-Ruggles, dijo en su cuenta de Twitter que el regreso al Consejo se debe a que “la democracia, los derechos humanos y la igualdad vuelven a estar en el centro de la política exterior de Estados Unidos”.
La decisión sigue la línea señalada por el presidente Biden, que el pasado 4 de febrero durante su discurso en la sede del Departamento de Estado dijo: “Quiero que el mundo escuche hoy: Estados Unidos ha vuelto. América está de vuelta. La diplomacia vuelve a estar en el centro de nuestra política exterior”.
Ese mismo día, Biden también criticó la detención en Rusia del líder opositor Alexei Navalny y afirmó que su gobierno asumirá “los desafíos que plantean nuestra prosperidad, seguridad y valores democráticos de nuestro competidor más serio, China”, que “ataca a los derechos humanos, la propiedad intelectual y la gobernanza global”.
Tanto Rusia como China forman parte del Consejo y lo harán al menos hasta 2023.