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Joe Biden en el Salón Este de la Casa Blanca, en Washington (archivo, abril de 2021).

Foto: AFP, s/d de autor

Estados Unidos: Biden propondrá una reforma fiscal por la cual se aumentará los impuestos a las grandes fortunas hasta 43%

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El mandatario oficializará la propuesta la semana que viene y lo recaudado se destinará a prestaciones sociales.

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Leído por Abril Mederos
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El presidente Joe Biden propondrá duplicar prácticamente la tasa impositiva sobre las ganancias de capital para las personas más ricas del país a 39,6%, lo que, junto a un recargo existente sobre los ingresos por inversiones, significa que las tasas impositivas federales para los inversores pueden alcanzar 43,4%, según informaron a la cadena Bloomberg personas cercanas al mandatario.

Estas mismas fuentes, que declararon bajo condición de anonimato, aseguraron que el plan, cuyos detalles están siendo definidos por el equipo económico del presidente demócrata, aumentaría la tasa de ganancias de capital a 39,6% para aquellos que ganan un millón de dólares al año o más, un aumento de la tasa básica actual de 20%. Además, se mantendría un impuesto de 3,8% sobre los ingresos por inversiones que financian la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio, conocida coloquialmente como Obamacare por haber sido aprobada durante el mandato de Barack Obama, lo que elevaría la tasa impositiva sobre el rendimiento de los activos financieros por encima de la tasa máxima sobre los salarios y las ganancias salariales.

La propuesta puede revertir una disposición de larga data del código tributario que impone tasas de retorno más bajas sobre la inversión que sobre el trabajo. Durante su campaña electoral Biden propuso igualar las ganancias de capital y las tasas de impuestos sobre la renta para las personas ricas, bajo el argumento de que es injusto que muchos de ellos paguen tasas más bajas que los trabajadores de clase media.

Para las personas que ganan un millón de dólares o más en estados con impuestos altos, las tasas de ganancias de capital pueden ser superiores a 50%. Para los neoyorquinos, la tasa combinada de ganancias de capital estatales y federales puede llegar a 52,22%. Para los californianos, puede ser de 56,7%.

Los demócratas dijeron que las tasas actuales de ganancias de capital ayudan en gran medida a los que más ganan, quienes obtienen sus ingresos a través de inversiones y no en forma de salarios, lo que resulta en tasas impositivas más bajas para las personas más ricas. Los republicanos, en cambio, argumentan que la estructura actual fomenta el ahorro y promueve el crecimiento económico futuro.

Con lo recaudado con esta nueva política impositiva, aproximadamente un billón de dólares, la administración de Biden apunta a financiar el proyecto denominado “Plan para las familias estadounidenses”, que será dado a conocer por el presidente en un discurso que ofrecerá en el Congreso la semana que viene. El aumento de impuestos a los más ricos promovido por Biden no es una sorpresa y, de hecho, la actual secretaria del Tesoro, Janet Yellen, en el marco de la crisis económica generada por la pandemia de coronavirus, pidió a los países de todo el mundo que unan fuerzas para crear una tasa global para las grandes empresas.

El “Plan para las familias estadounidenses”, de acuerdo a lo que informó la agencia Reuters, prevé una gran inversión destinada a cuidados infantiles, educación universal de preescolares y licencia remunerada para trabajadores. Dentro de este plan también se extenderá un crédito que les da a los padres de niños chicos 300 dólares mensuales y 250 a quienes tienen hijos de seis años o más.

Esta propuesta con foco en lo social está asociada a otros planes puestos en marcha por el gobierno de Biden para reactivar la economía del país. En este momento se está discutiendo en el Congreso un paquete de dos billones de dólares destinado a fomentar la infraestructura conocido como “Plan de empleo estadounidense”, que será financiado con el aumento de impuestos sobre las empresas. Además, los parlamentarios están definiendo los detalles del proyecto de ley destinado específicamente a los sectores más afectados por la pandemia, que ya fue aprobado en primera instancia en marzo.

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