El candidato de Perú Libre, Pedro Castillo, que en la primera vuelta electoral del 11 de abril dio la sorpresa y se convirtió en el candidato más votado, aparece como favorito en las encuestas para el balotaje que se realizará el 6 de junio.
Aunque todavía falta más de un mes para la mencionada jornada electoral, en la que competirá por la presidencia con la dirigente de derecha Keiko Fujimori, todas las encuestas le dan la victoria a Castillo por un margen de entre 11% y 20%.
Un sondeo realizado por el Instituto de Estudios Peruanos, publicado por el diario La República de Perú, le atribuye al exlíder sindical docente un apoyo de 41,5% frente al 21,5% de Fujimori. Un porcentaje similar al que apoya a la candidata de Fuerza Popular, 21,2%, tiene previsto votar en blanco o anular el voto, 13,5% todavía no decidió por quién optará, y 2,2% dijo que no irá a votar o no elegirá a ninguno de los dos candidatos.
A su vez, la Compañía Peruana de Estudios de Mercado y Opinión Pública concluye que la intención de voto al líder de Perú Libre es de 35,5% frente al respaldo de 23,1% que recibe la candidata de Fuerza Popular.
Las diferencias por regiones son marcadas en este sondeo. El apoyo a Castillo es de 38,9% en las ciudades del interior del país y de 61,5% en las vastas zonas rurales peruanas. A su vez, el respaldo a Fujimori es de 19,4% en el interior urbano y 13,8% en el rural.
En Lima y su área metropolitana, zona que reúne a un tercio de los votantes, la candidata de derecha apenas supera a Castillo 31,4% a 29,3%. En cambio, en los niveles socioeconómicos más altos, A y B, el apoyo a la líder de Fuerza Popular llega a 38,3% y la intención de voto a su rival baja a 26,5%.
Según informó la agencia de noticias Efe, el gerente general de esta consultora, Omar Castro, dijo a la cadena Panamericana de Televisión, el canal que publicó ese estudio, que la estrategia de Fujimori no está dando resultado, y que, si la candidata insiste en su discurso de “mantener el sistema, el tablero no se va a mover”. En cambio, “Castillo está haciendo una campaña que a él le es útil porque usa el voto de las personas que se sienten marginadas por el sistema”, y “está claro” que la estrategia “en un caso está resultando y en otro no”.
El diario peruano informó que los dos candidatos moderaron su discurso respecto al que habían tenido antes de la primera vuelta.
El dirigente de Perú Libre lo hizo tomando distancia de una figura controvertida de su partido, el secretario general del sector, Vladimir Cerrón, y también del presidente venezolano, Nicolás Maduro. A su vez, la candidata de Fuerza Popular manifestó que en caso de ganar las elecciones incorporará a su gabinete a ministros no fujimoristas.
Castillo “está alejándose lo más posible del establishment y sistema político tradicional que es tan repudiado por muchos peruanos”, dijo a La República Alonso Cárdenas, docente en Ciencias Políticas de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya. En cambio, Fujimori se enfoca en dar la idea de que con ella mejorará la economía, dijo. Ese enfoque “es un error tanto de forma como de fondo” en un momento en que Perú está golpeado por la pandemia y “prácticamente todas las familias estamos viviendo la pérdida de muchos seres queridos, la angustia de conseguir una cama en CTI, entre muchos otros problemas”, agregó Ruiz de Montoya.
Otro analista, el sociólogo Sandro Venturo, dijo a Efe que la estrategia de Fujimori incluye un “mensaje anticomunista” que “no le funciona” a la candidata, “probablemente porque apela a un público que ya está convencido, menor, de clases medias y altas limeñas, y con eso no convence a esa gran mayoría que no la ve como opción”. Agregó que tampoco funcionaron contra Castillo las acusaciones de mantener vínculos con grupos terroristas que suele hacer la derecha peruana, y que en la primera vuelta se dirigieron contra la candidata de izquierda Verónika Mendoza.
Aunque Castillo es un dirigente que se opone al aborto y el enfoque de género en la enseñanza, es considerado un representante de la extrema izquierda que defiende a los sectores más pobres de Perú, y 62,3% de quienes lo apoyan se consideran de izquierda. A su vez, según un estudio del Instituto de Estudios Peruanos, entre los votantes de Fujimori, que es una defensora de la mano dura y del modelo económico liberal, 39,5% se considera de derecha, y 25,4% quiere cambiar poco o nada el actual modelo económico.