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Un paciente utiliza una nueva tecnología no invasiva, el 16 de abril, en el Hospital Centenario en Sao Leopoldo, estado de Rio Grande do Sul.

Foto: Silvio Avila/ AFP

Varios jerarcas del gobierno de Bolsonaro serán llamados a declarar en la comisión del Senado que investigará la gestión del Ejecutivo durante la pandemia

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Paralelamente, el presidente brasileño dijo que un pueblo que vota a una persona como Lula “merece sufrir”

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Leído por Andrés Alba
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Mientras el coronavirus sigue impactando con dureza en el país, al tiempo que el plan de vacunación avanza lentamente, en Brasil la agenda política por estos días está centrada en la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI), que comenzará a trabajar en los próximos días con la finalidad de esclarecer la actuación del Ejecutivo que encabeza el presidente Jair Bolsonaro durante la pandemia.

De acuerdo a lo que informó el diario O Estado de São Paulo, en el plan de trabajo de la CPI se prevé llamar a un mínimo de seis ministros o exministros del gobierno para que den sus explicaciones sobre la pandemia y su gestión. Además, según reveló el diario paulista, serán convocados a declarar otras autoridades del Ministerio de Salud, autoridades responsables del área de comunicación y también algunos gobernadores.

Según trascendió, el único alcalde que será llamado por la CPI es David Almeida, jefe de gobierno de la ciudad de Manaos, capital del estado de Amazonas, lugar donde la red de salud colapsó a comienzos de este año y donde se registraron numerosas muertes de personas asfixiadas por falta de suministro de oxígeno en los hospitales.

La CPI del Senado pondrá el foco también en la actuación de los militares en el área de la salud. Además del exministro, el general Eduardo Pazuello, también será convocado su subsecretario, el coronel Élcio Franco. También está previsto que sea citado a dar testimonio el excomandante del Ejército, Edson Pujol, quien deberá explicar por qué en los laboratorios ligados al Ejército aumentó la elaboración de la cloroquina, medicamento sin eficacia comprobada para combatir la covid-19, pero que fue promovido en numerosas ocasiones por Bolsonaro y parte de su círculo más cercano.

Otro militar con un alto cargo en el gobierno, el general Walter Braga Netto, actual ministro de Defensa, quien estuvo a cargo de un comité de crisis cuando ocupaba el cargo de jefe de gabinete, también será citado por la CPI.

Ciertamente resistida por el gobierno de Bolsonaro, la CPI será encabezada por Omar Aziz, senador del centroderechista Partido Social Democrático por el estado de Amazonas, quien garantizó que la comisión investigará acciones y omisiones y tendrá “comienzo, desarrollo y final”. En una entrevista con la cadena Globo, el legislador afirmó que “no se puede hacer de cuenta que no pasó nada” durante este período, en el que Brasil sufrió como pocos países con la pandemia. “La CPI va a tener comienzo, desarrollo y final. No se puede hacer de cuenta que no pasó nada, sobre todo alguien como yo, del estado de Amazonas, que fue uno de los que más sufrieron con la pandemia. Brasil tiene alrededor de 2,5% de la población mundial y tenemos casi 26% de las muertes por coronavirus”, expresó.

El senador dijo además que la idea de la comisión “no es crucificar a nadie por anticipado, sino investigar los hechos”. “¿Por qué no hubo oxígeno para la gente de Amazonas? ¿Por qué no se llegó a un acuerdo para comprar vacunas? Nosotros tenemos relaciones comerciales con todo el mundo, Brasil es un país que no tiene enemigos y, sin embargo, tenemos dificultades para importar insumos para producir vacunas”, agregó.

Mientras tanto, el presidente Bolsonaro, incomodado por la instalación de la CPI, dejó de lado su discurso negacionista y desde hace días destaca en sus redes sociales las acciones llevadas adelante por su gobierno para combatir la pandemia. En este contexto, sin embargo, este lunes se tomó tiempo para hablar sobre el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, potencial rival electoral en los comicios que se realizarán el año que viene.

En los accesos del Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial ubicada en Brasilia, donde el mandatario suele detenerse para intercambiar palabras con simpatizantes que se acercan a diario, Bolsonaro se refirió a la votación realizada la semana pasada en el Supremo Tribunal Federal en la que le fueron devueltos los derechos políticos a Lula al anular las causas por las que se lo condenó. “Por el amor de Dios, un pueblo que vote a un tipo de esos es un pueblo que merece sufrir”, afirmó el mandatario, quien agregó que antes de fin de mes elegirá un partido al que afiliarse, ya que desde hace un largo tiempo no integra ninguno.

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