Este lunes volvió la calma a las calles de Cuba, pero siguen flotando en el aire las repercusiones de las masivas manifestaciones registradas el domingo en muchas ciudades, en las que los movilizados exteriorizaron, como hacía décadas no lo hacían, su descontento ante la actual crisis de salud, económica y política que atraviesa el país.
En la mañana del lunes el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, acompañado por altos funcionarios del gobierno, dio una conferencia de prensa a la que asistieron fundamentalmente medios oficialistas. Allí criticó las manifestaciones, que a su entender fueron promovidas por “delincuentes” que “manipulan las emociones de la población por medio de las redes sociales”.
Como había expresado un día antes, el mandatario remarcó que la verdadera razón de la escasez de alimentos y medicamentos en la isla es el bloqueo comercial impuesto por Estados Unidos. “Si quieren protestar por la falta de alimentos, deben protestar contra el bloqueo, no contra el régimen cubano”, dijo. “La población siente que faltan cosas, pero quien organiza estas maniobras vandálicas está presionando hipócrita y deshonestamente a la gente contra un gobierno que los está cuidando”, agregó Díaz-Canel.
El mandatario también dijo que, sin el modelo actual, Cuba no estaría desarrollando vacunas contra el coronavirus. “Hoy podemos tener vacunas a bajo costo porque hemos desarrollado nuestra propia medicina y gastamos mucho menos en ella que las grandes potencias, que fabrican y venden vacunas a precios muy altos”, dijo el mandatario.
Sobre este tema, hace pocos días el sitio La Joven Cuba citó declaraciones de jerarcas de empresas del rubro farmacéutico, quienes dijeron que la actual crisis de insumos médicos –que van desde antibióticos y analgésicos hasta enseres imprescindibles en intervenciones quirúrgicas y otros procedimientos vitales– se debe a que el sistema biofarmacéutico cubano ha centrado sus esfuerzos en garantizar los productos para seguir los protocolos durante la pandemia y el desarrollo de las vacunas.
Volviendo a las declaraciones de Díaz-Canel, durante su intervención criticó las aisladas acciones vandálicas que se registraron durante las protestas y, mostrando imágenes de saqueos en tiendas, preguntó: “Si no hay comida, ¿por qué robar refrigeradores y televisores y no comida?”.
Por otra parte, el presidente se defendió de quienes lo acusan de haber fomentado una pelea fratricida en las calles, cuando en el medio de las protestas, en vez de pedir la calma, llamó a la gente a salir a “defender la revolución”, lo que sumó a la represión policial la acción de muchos civiles que se enfrentaron con los manifestantes. Díaz-Canel dijo que no pidió “al pueblo enfrentar al pueblo”, sino que los llamó a “defender sus derechos”. “El pueblo fue a debatir, a argumentar”, pero “los manifestantes respondieron con violencia y el pueblo se defiende”, dijo al respecto Díaz- Canel, quien finalizó su alocución apuntando al exilio cubano. Las movilizaciones le convienen “al sector conservador de la mafia miamense, que ha apoyado desde el punto de vista financiero las campañas que se han orquestado, y lo ha hecho para buscar un pretexto ahora que se maneja una revisión de la política de Estados Unidos respecto de Cuba”.
También se expresó sobre la situación en la isla el presidente estadounidense, Joe Biden, quien emitió este lunes un comunicado público en la web de la Casa Blanca, en el que manifestó su apoyo “al pueblo cubano y su clamor por la libertad y el alivio del trágico control de la pandemia y de las décadas de represión y sufrimiento económico a las que ha sido sometido por el régimen autoritario de Cuba”.
Antes se había pronunciado sobre la situación en la isla el gobierno ruso. La canciller María Zajarova expresó que “la autoridad cubana está tomando todas las medidas necesarias para restablecer el orden público en beneficio de sus ciudadanos, en el marco de la Constitución nacional y de la legislación interna vigente”. En este sentido, aseguró que es “inaceptable la injerencia externa en los asuntos internos de un Estado soberano y cualquier otra situación destructiva que fomente la desestabilización de la situación en la isla”.
Por otra parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos afirmó que hizo un monitoreo de la situación en el que se reportó “uso de la fuerza, detenciones, agresiones a manifestantes y periodistas, además de cortes de la señal de internet; así como reacciones estigmatizantes por parte de altas autoridades contra personas que se manifiestan”. En este sentido, la entidad llamó al gobierno cubano a “cumplir con sus obligaciones de derechos humanos, en particular el derecho a la protesta”, y reclamó la “apertura democrática de la isla y el deber de compatibilizar la institucionalidad con los estándares interamericanos”.