Este miércoles la Justicia boliviana envió a la cárcel al exviceministro del Tesoro Carlos Schlink, acusado por los delitos de resoluciones contrarias a la Constitución y las leyes, conducta antieconómica, contratos lesivos al Estado e incumplimiento de deberes, hechos cometidos en el marco del crédito que el gobierno de facto que encabezó Jeanine Áñez contrajo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Según informó el diario paceño La Razón, Schlink fue detenido el lunes cuando pretendía salir de Bolivia. Había una alerta migratoria en su contra, pero fue dejado en libertad. El martes se presentó voluntariamente a declarar y la Fiscalía decidió su detención por las evidencias halladas en su contra.
El crédito que Bolivia pidió al FMI durante la administración de Áñez ascendía a casi 328 millones de dólares, pero dicha operación, contraviniendo las leyes del país, nunca fue aprobada por la Asamblea Legislativa, en la que el Movimiento al Socialismo tenía mayoría.
Poco tiempo después de asumir la presidencia, el actual mandatario, Luis Arce, decidió reembolsar el préstamo al FMI. De todas maneras, el crédito le implicó al Estado boliviano un pago adicional, junto a la devolución, de 24,3 millones de dólares, de los cuales algo más de 19 millones corresponden a variación en el tipo de cambio y 4,7 millones a intereses.
Por este caso, la Fiscalía también pidió la aprobación de un juicio de responsabilidades contra Áñez, quien está en la cárcel paceña de Miraflores desde hace tres meses y medio. A la expresidenta de facto se la acusa, entre otros cargos, de terrorismo, sedición y conspiración –en el caso judicial denominado Golpe de Estado– por su responsabilidad directa en los hechos que siguieron a la renuncia forzada de Evo Morales, quien, tras imponerse en las elecciones de octubre de 2019, debió abandonar el país en noviembre de dicho año.