El expresidente José Mujica propuso que se cree el Día del Militante, “hombres y mujeres que gastan tiempo y energía tras el sueño de objetivos superiores”, que “procuran conquistas para la vida de sus pueblos” y “recorren tozudamente calles, campos, tugurios y palacios contra viento y marea”.
“Son de hoy, pero han sido de siempre”, dijo Mujica antes de atribuirle a la militancia política la abolición de la esclavitud, la ley de las ocho horas para la jornada laboral y otros “derechos mejoradores de la vida”. “En ninguna parte tienen monumentos, pero sin ellos habría sido derrotado el progreso de la civilización humana”, aseguró.
Tras referirse a la entrega de firmas para convocar a un referéndum sobre la ley de urgente consideración (LUC), que se concretó el 8 de julio, Mujica planteó que ese día pase a considerarse el del militante. “Estos militantes de la vida han derrotado al silencio […], al cerco mediático, al poder acomodado y acomodador”, no por “salario” sino por “un sentimiento de deber”, celebró.
El 8 de julio “debería de transformarse en el Día del Militante, como símbolo general”, una jornada de “homenaje” que “debería quedar en el calendario”. La militancia, opinó Mujica, reivindica que “no todo está perdido, no todo está vendido, no todo se compra, no todo se vende”. “Las esperanzas, las ilusiones, la lucha por una humanidad mejor, son también un fueguito que llevan adentro los militantes, los anónimos militantes por la vida”, concluyó.