El presidente Luis Lacalle Pou habló con el medio chileno La Tercera y aseguró que no piensa en un segundo mandato en 2030. Consultado sobre la posibilidad de candidatearse en las elecciones dentro de ocho años, dijo: “Siempre he sostenido que si un país evoluciona, yo en 2029 debería ser viejo. Espero que la política y que el partido que yo represento tengan candidatos más aggiornados y que yo me pueda dedicar a ayudar y a servir desde la militancia a mi partido y a mi país”.
Lacalle Pou enfatizó el rol de la alternancia: “Hay que pelear mucho para llegar y hay que entender que en algún momento la alternancia va a venir y serenamente que le toque a otro y lo haga”.
Durante la entrevista, Lacalle Pou reflexionó sobre el concepto de grieta política y afirmó que en Uruguay, “un país de centro”, eso no existe. Para el presidente la población uruguaya “no permitiría nunca a los políticos generar una brecha o una grieta”.
Agregó que “en estos tiempos de redes, eso hay que cuidarlo mucho más, porque el estímulo-respuesta no se hace esperar. En los tiempos que corren es deber del gobierno, la oposición y las fuerzas vivas mantener una discusión fuerte y firme, pero civilizada”; y resaltó que en Uruguay, “la grieta de enemistar a la sociedad no es una práctica constante” entre el gobierno y la oposición.
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Con respecto a la división que pueda haber entre las manifestaciones sociales y los gobiernos Lacalle también fue moderado: “En Uruguay lo que hay son manifestaciones de todos los tonos. En la plaza Independencia día por medio hay una manifestación, con reclamos firmes, pero son pacíficas. Para mí el grito no llega, sino el razonamiento. Si el gobierno presta atención no es porque levanten el volumen, sino porque el reclamo debe ser escuchado”.
Lacalle Pou también habló de la gestión de la pandemia y además de destacar el trabajo del Grupo Asesor Científico Honorario y los equipos que trabajan en el Ministerio de Salud Pública, justificó la decisión de no ir por una cuarentena obligatoria. “Nunca creímos que la cuarentena obligatoria era viable en nuestro país, porque no iba a generar los resultados buscados y al mismo tiempo iba a generar consecuencias muy negativas. Porque si yo soy un asalariado o vivo de rentas, puedo hacer cuarentena obligatoria, pero si soy jornalero o alguien que la tiene que salir a pelear todos los días, ellos la iban a pasar muy mal”, puntualizó.
El presidente definió la estrategia uruguaya como una combinación de “medidas sanitarias y al mismo tiempo mantener viva la sociedad en el factor laboral y económico. No fuimos los primeros en comenzar a vacunar, pero gracias a la estrategia del gobierno de tener vacunas para todos, se llegó rápidamente a una vacunación que hace dos días estaba en el 70%”, agregó.