La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, presentó este domingo una disculpa oficial a los habitantes de las islas del Pacífico “injustamente acosados” por operaciones policiales en la década de 1970.
Durante esos años, tanto la Policía como las autoridades migratorias neozelandesas realizaron numerosos procedimientos para detener y expulsar del país a las personas cuyo visado de trabajo había expirado, según recordó la agencia de noticias AFP.
En ese marco, los trabajadores originarios de islas del Pacífico, como Tonga, Samoa y Fiyi, representaron un tercio de las personas cuyo visado había expirado pero cerca de 90% de los procesados por esta falta. En el mismo período de tiempo, los trabajadores británicos y estadounidenses cuya visa para trabajar en el país había expirado representaban también un tercio del total pero sólo 5% de los sancionados, lo que dejó en evidencia un claro perfil racista en la actitud punitiva adoptada por las autoridades neozelandesas del momento.
“Hoy me presento en nombre del gobierno de Nueva Zelanda para ofrecer una disculpa oficial y sin reservas a las comunidades del Pacífico por la implementación discriminatoria de las leyes de inmigración de la década de 1970”, dijo Ardern durante una reunión de líderes del Pacífico celebrada en Auckland, informó la Deutsche Welle.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Nueva Zelanda promovió intensamente la migración de trabajadores provenientes de las islas del Pacífico para hacer frente a la escasez de mano de obra cuando el país se encontraba en pleno crecimiento económico. De acuerdo a estimaciones oficiales, en 1976 había más de 50.000 habitantes de las islas del Pacífico viviendo y trabajando en Nueva Zelanda. Pero una crisis económica a principios de la década del 70 provocó un aumento del desempleo. En ese momento, algunos políticos conservadores e importantes sectores de la prensa comenzaron a atacar a los migrantes. Según recordó la BBC, los procedimientos contra los trabajadores migrantes, que se realizaban casi sin excepción cuando apenas amanecía, comenzaron en 1974 y continuaron efectuándose durante el resto de la década. Esta política discriminatoria y racista generó crecientes críticas de grupos religiosos, políticos y civiles, hasta que finalmente se detuvo a principios de la década de 1980.
Luego del anuncio de Ardern, la princesa Mele Sui’ilikutapu de Tonga recibió con satisfacción el pedido de disculpas del gobierno de Nueva Zelanda de abordar el trato “inhumano e injusto” que se le dio a su pueblo. Ella llamó a la disculpa “un amanecer para mi comunidad”, de acuerdo a lo que consignó la cadena de noticias neozelandesa Staff. El actual ministro de Nueva Zelanda para los Pueblos del Pacífico, Aupito William Sio, fue una de las víctimas de la operación cuando era adolescente.
Nacido en Samoa antes de mudarse a Nueva Zelanda, el ahora secretario de Estado recordó que el día en que realizaron la redada en su casa quedó “grabado en mi memoria”.
“Tener a alguien llamando a la puerta en las primeras horas de la mañana, con una linterna en la cara, faltándole el respeto al dueño de la casa, con un perro echando espuma por la boca con ganas de entrar, es bastante traumático”, rememoró Sio.