La Policía Militar de San Pablo estimó que aproximadamente 125.000 personas participaron en la tarde de este martes en el acto convocado por el presidente Jair Bolsonaro en el marco de la conmemoración del 199 aniversario del Grito de Ipiranga, que marcó la independencia brasileña del Reino de Portugal.
Si bien el acto realizado en la Avenida Paulista fue numeroso, estuvo lejos de las expectativas del mandatario ultraderechista, que días antes dijo que esperaba “dos millones de personas”. Además, el acto careció del carácter violento que quizá el mandatario esperaba como preámbulo de un golpe de Estado.
De todas maneras, tanto en el acto que protagonizó en la mañana en Brasilia como en la tarde en la capital paulista, Bolsonaro renovó sus ataques contra el Supremo Tribunal Federal (STF) y volvió a dejar claro que no aceptará los resultados de las elecciones del año que viene.
“Sólo Dios puede sacarme de la presidencia. Sólo la dejaré muerto o arrestado”, dijo Bolsonaro ante sus adeptos, que portaban carteles con todo tipo de consignas antidemocráticas. En la mañana, en la Plaza de los Tres Poderes de la capital brasileña, el presidente había amenazado en forma genérica a la Justicia, pero en San Pablo fue más específico.
Mencionó a Alexandre de Moraes, uno de los ministros del STF calificándolo de “canalla”, y advirtió que ya no cumplirá con las decisiones del STF. “Fuera, Alexandre de Moraes. Deja de ser un canalla. Dejen de oprimir al pueblo brasileño, dejen de censurar a su pueblo”, dijo. “Les digo a los canallas que nunca me arrestarán”, garantizó. “Debemos, porque hablo en su nombre, determinar que todos los presos políticos sean puestos en libertad. Alexandre de Moraes, este presidente ya no cumplirá sus órdenes. La paciencia de nuestra gente ya se ha agotado”, expresó Bolsonaro.
De Moraes se convirtió en uno de los blancos predilectos del presidente luego de haber abierto la investigación contra Bolsonaro por su presunta implicancia en una red de difusión de noticias falsas a pedido del Tribunal Supremo Electoral. El ministro Moraes también determinó el encarcelamiento de dos políticos aliados de Bolsonaro, el diputado federal Daniel Silveira, del Partido Social Liberal, y Roberto Jefferson, presidente del Partido Laborista Brasileño, recordó Carta Capital.
También hubo en muchas ciudades brasileñas actos en contra del presidente y por la noche, particularmente en muchos barrios de San Pablo, se oyeron fuertes caceroleadas contra el mandatario ultraderechista, que está políticamente cada vez más aislado.
Una muestra de ello es que varios partidos políticos que integran el denominado centrão, que constituyen la base de apoyo de Bolsonaro en el Congreso, decidieron consultar a sus legisladores para analizar si resuelven llevar adelante un juicio político contra el mandatario, algo que los partidos de izquierda vienen pidiendo desde el año pasado.
Según informó CNN Brasil, la reacción de los partidos centristas fue generada por la persistencia de Bolsonaro en su discurso en la Avenida Paulista de atacar al STF.
“El presidente de Solidaridad, Paulo Pereira da Silva, dice que se reunirá con sus legisladores la semana que viene para deliberar sobre la posición del partido. El presidente del Movimiento Democrático Brasileño, Baleia Rossi, también afirmó que consultará a los principales líderes de su sector”, afirmó la cadena.
Una postura similar adoptó el centroderechista Partido de la Social Democracia Brasileña, que este martes en su cuenta de Twitter informó que el presidente del partido, Bruno Araújo, convocó una reunión extraordinaria del Comité Ejecutivo para tratar el impeachment al actual ocupante del Palacio de Planalto, informó el portal Brasil 247.
La reunión tendrá lugar este miércoles, “en vista de las gravísimas declaraciones del presidente de la República”. El objetivo, según la publicación, es “discutir la posición del partido sobre la apertura del juicio político y posibles medidas legales”.
Mientras tanto, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva no asistió a ningún acto, pero sí grabó un mensaje en el que volvió a atacar al presidente por su convocatoria a los actos golpistas.
“En lugar de anunciar soluciones para Brasil, Bolsonaro lo que hace en este día es llamar a la gente al enfrentamiento, es llamar a actos contra los poderes de la República, contra la democracia, que nunca respetó”, dijo Lula.
“En lugar de sumar, fomenta la división, el odio y la violencia. Eso no es lo que Brasil espera de un presidente”, agregó el líder del Partido de los Trabajadores, que también destacó que el país vive una “destrucción”, con un aumento del desempleo y el hambre. Sin embargo, Lula buscó dejar un mensaje de esperanza. “El hambre, la pobreza, el desempleo y la desigualdad no son mandatos divinos. Seguiremos luchando por superar este momento. Vamos a reconstruir este país”, afirmó.